domingo, 20 de mayo de 2018

MALDITO

"Hay alguien el el bosque" "No sé como puedes verlo en una noche sin luna" "Sus ojos refulgen entre la maleza y los arbustos se mueven" "Eso es muy sutil para mi" "Coge la escopeta y sal" "No nos está haciendo nada" "Todo el mundo dice que ese merodeador  es peligroso. Sal ya cariño. Me parece incluso que hay una recompensa" "Muy asustada no se te ve" "Porque lo disimulo. Anda ve" "Voy"

"Oiga deténgase. Deténgase o disparo. Que se detenga le he dicho" Corrió detrás del intruso. Era muy veloz. Acostumbrado a vagar por los bosques. Tropezó. La pierna se le quedó atrapada entre dos ramas y sintió un chasquido. Dolor. Pérdida de conocimiento. Abrió los ojos.Miró la pierna esperando encontrarla deformada y sangrando. Estaba vendada con un palo que la entablilla. Junto a él un fuego. Sentado en un tronco un hombre de melena y barba desordenadas de ojos como brasas."¿Me vas a matar?....¿No dices nada?...¿Me vas a matar?. Ya lo has hecho antes" "No he hecho nada. Ni he robado, ni he matado ni he violado" "No es eso lo que dicen" "Mienten. Yo..."

Yo vendía mis manzanas en un puesto del mercado del pueblo. Pocas manzanas, pero según todo el mundo decía, deliciosas. Las mejores manzanas del contorno. La tierra, mi forma de cultivarla o quizás de venderlas daban lugar a delicadezas. Cada vez me duraban menos. Si ponía el puesto a las siete de la mañana, a las 8 u ocho y media ya estaba recogiendo. Subí el precio y cada vez se me acababan antes, y porque rechacé una oferta de vender toda la producción a un afamado restaurante de la capital. Adquirí una pequeña finca adyacente, cultivé manzanos y esperé a ver si la producción era similar a la del primer huerto. Exactas. Tenía más producción. sin querer, sólo con amor y con trabajo, estaba amasando lo que para mí era un pequeña fortuna. Y todos mis vecinos me querían. Ya que el pueblo y el mercado me daban tanto invertí en una nuevo puesto fijo. Contraté albañiles,  herreros, cristaleros y frigoristas de entre mis vecinos para compartir mi prosperidad. Inauguré. Y fue un día aciago. Se vendió como siempre, pero los miradas cambiaron. No sé si conspiraron o no contra mi, pero empezaron a negarme la palabra, y a su vez se la negaban a quien me hablaba. Dejaron de atender el mantenimiento. Dejé de vender cuando comenzaron a asaltar las furgonetas de mis clientes de la ciudad. Un conductor resultó malherido. Una mañana cabizbajo los miré y sentí miedo. Algo pasaba. Algo peor de lo que ya había pasado. Cuando levanté la persina, el puesto olía a gasolina. Mi vecino del puesto de al lado se puso un cigarrillo en la boca. Sacó del bolsillo el encendedor. Y salí corriendo antes que la gasolina y el humo deflagraran en el nuevo puesto. Había escapado, pero estaba aterrado y corriendo como un poseso y me interné en el bosque. Me buscaron varios días. Dos semanas. Y desaparecieron. No me atreví a salir, el bosque me ofrecía cobijo y tranquilidad. Fue entonces cuando comenzaron los rumores. Jacinto que había estado en la cárcel por violación, difundió que había violado a una niña. Juan con orden de alejamiento por maltrato dijo que había huido por pegar a mi mujer y a mis hijos. El anciano Gastón, que en la guerra asesinó a traición a varios contrarios dijo que yo había matado a un hombre.Un niño que hacía bullin a una compañera juró que yo había abusado de él. Eladio el acosador de sus obreros, dijo que yo había acosado al único empleado que tenía. Y así cada uno de ellos veía en mí el reflejo de la mugre de sus almas.

"Pobre hombre. Cuanto ha sufrido usted. Venga conmigo y le ayudaré a rehabilitarse" "Le agradezco que me haya escuchado" "Pero ¿no me habrá mentido? Es usted un mentiroso" " No soy un mentiroso" "Hay ruidos fuera" "Calle por favor" "¡¡¡¡Aquí ayúdenme!!!!. No le hagan caso es un mentiroso" " Me ha engañado"


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