viernes, 18 de mayo de 2018

GORDA

"Doctor que yo no como para lo gordita que estoy" "Claro que no. Nadie que viene a esta consulta come para lo gordo que está" "Se lo digo de veras. Tendría que verme comer" "La creo, pero entonces pìcará mucho entre horas cosas que son auténticas bombas calóricas" "No pico nada" "Señora...." "Le he dicho que no pico nada" "Pues estará todo el día echada en el sofá viendo la televisión y bebiendo coca cola" "Para ser médico, es usted de un desagradable" "Desagradable o no,  yo cobro por adelgazar. Les tengo que preguntar por sus hábitos y según usted, le engorda el aire" "No sé si el aire, pero comer no como tanto" "Para usted la peseta" "La peseta no. Le he dicho que no como" "DE acuerdo. Pásese al peso y la tallaremos. Bien un metro cincuenta y siete y ciento veinte kilos" "No está mal. Esto da un índice de masa corporal de cincuenta y ocho. Veamos la tensión. ciento sesenta cien, hipertensa y los análisis, glucemia ciento treinta, diabética, los huesos artrosis de rodillas. El aire ya. El aire. La dieta equilibrada" "No se mofe. Estoy llorando" " Si eso sirve para que cierre la boca, para comer, claro, hablar puede hablar lo que quiera" "No creo que ser dessagradable sea un método muy eficaz" "No le permito que discuta mis métodos soy muy bueno en lo mío" "Por eso he venido" "No tiene ninguna conciencia de enfermedad. No acepta que su ingesta calórica es excesiva, No merece la pena que inicie dieta alguna. Fracasará, por lo menos hasta que no acepte su realidad" "Usted no ha fracasado" "¿Qué?" "Es un cretino y sin embargo un  médico de mucho éxito" "Haré como que no he oído lo que acaba de decir" "Puedo repetirlo" " No . Volvamos al tema médico. Si la he ofendido me disculpa" "DE acuerdo. entonces qué opciones tengo" "Descartada la dieta..." "La ha descartado usted." "Ha visto la gente que hay ahí afuera esperando" "Sí" "Es por algo. Hágame usted caso o es libre de marcharse" "Me quedo. Hable" "La dieta está descartada. Demasiado peso para un balón. La única opción es la reducción de estómago" "Por endoscopia" "NO por laparoscopia. Cirugía. Dejar un pequeño estómago que le dificulte la ingesta y la absorción de los alimentos" "Pero le he dicho que yo no como casi" "¿A qué ha venido si lo sabe todo?" "Tiene razón. Soy un poco terca" "Empezaremos con las pruebas, la visitArá la nutricionista y la psicóloga de mi equipo y si no hay ninguna contraindicación en una semana podemos operarla. Su salud lo agradecerá" "Dicen que es lo mejor, pero mi problemas no es la comida" "Sí. No es la comida. A usted le engorda el aire""No empecemos. Me operaré. Puede que esté equivocada" "Esa precisamente es la actitud".

"¿Qué ha hecho señora. Está usted todavía más gorda que antes de la operación. ciento cuarenta kilos" "Se lo dije doctor" "¿Qué está comiendo, confiese. No había pasado nunca. Nutela. Mantequilla, hojaldres" "nada de eso se lo juro" "Permítame que no la crea. Esto no ha ocurrido nunca. Quizás de forma tardía, pero recién operada nunca" "ES lo que hay. y yo no me ssalgo un ápice de lo que me indicó la nutricionista" "Miente" "No se lo tolero. Ingreseme" "De veras quiere que la ingrese aunque quede usted en evidencia" "Hágalo. Así se convencerá"

Ingresó. Ella sola pidió quedar aislada y sin visitas. Le pasaban una dieta de ochocientas calorías, pero no había que ser un genio para ver que la aseñora engordaba y engordaba. Al cabo de dos semanas casi llegaba a los doscientos kilos. Tenía dificultades incluso para respirar. El médico no lo podía creer. analizó su sangre en busca de alteraciones hormonales, su función renal, la Energía de su corazón. Todo estaba bien , pero no paraba de engordar. "Ve doctor. sin comer engordo.El estómago operado no está sirviendo de nada" "NO tengo una explicación, pero le pido disculpas" "Esto es raro. sólo me queda aceptarlo" "Siento no haber podido hacer nada por usted. Hablaré con mis colegas por todo el mundo" "GRacias

Seis meses después la enfermera le anunció que la mujer entraba a la consulta. El médico dudó si podría pasar por la puerta. con el ritmo que llevaba pasaría ya con holgura de los quinientos kilos. Lo mas probable es que la trajesen en una silla o peor aun en una retroelevadora. "Hola doctor" "¿Quien es usted?" "La gorda que no comía" "Pero está delgada. NO pesará más de sesenta kilos" "Sesenta y tres, y los tres los he cogido al regresar" "¿Al regresar?" "Me fui a buscar remedio" "¿en qué clínica ha estado?" "En ninguna. Emprendí un viaje. Pensé que iba a morir pronto y decidí viajar" "Con el ejercio ha mejorado" "No. Mis viajes me condujeron a bolivia, a la provincia de el Alto. A mas de cuatro mil metros con zonas a cinco mil" "Estuve una semana y de repente me encontré que había perdido ochenta kilos" "¿Qué comió?" "Poco como siempre" "Pero adelgazó" "A cinco mil metros el aire es muy poco denso. Eso me adelgazó. Usted lo dijo. Mi problemas era el aire. Mi solución una presión atmosférica baja por la altura. Venia a agradecer su diagnóstico" "Tengo que reconocerle que era pura ironía" "Pero ha funcionado le quedo muy agradecida"

el doctor hizo un estudio con otros gordos que engordaban del aire. En efecto, por encima de los cinco mil metros, con menos oxígeno adelgazaban de una forma notable y sin necesidad de cirugía, pero lo que no logró es que ninguna regresara sin volver también de forma acelerada a su situación previa

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