domingo, 6 de mayo de 2018

EL FONENDOSCOPIO

" Desabróchese la blusa" "¿Me quito el sujetador?" "No es necesario. Sólo la blusa" "¿Qué eso doctor?" "Un fonendoscopio. No lo había visto nunca" "Sí claro, pero en la consulta del médico general o del cardiólogo, pero nunca pensé encontrarlo en la consulta de mi psiquiatra" "Los psiquiatras somos médicos" "Pero yo he venido por mi tristeza, el resto de mi salud creo que es perfecta" "Lo sé" "Pero me ha pedido que me desnude" "Sólo la blusa" "Yo pensaba que sólo venía  a hablar con usted, no esperaba que me fuera a manosear aunque sea con un ¿como es?" "Fonendoscopio. Y me está ofendiendo. Yo no la voy a manosear" "Es un decir, pero me ha sorprendido. Menos mal que he venido duchada y con la muda del hospital" "Espero que lo diga de broma" "Y yo que usted no sea un sátiro, porque venir al psiquiatra y quitarme la blusa me parece un poco forzado" "Voy a escuchar su corazón" "Y qué tendrán que ver mis latidos con mi estado de ánimo" "No me ha entendido, a mi sus latidos, los soplos, sus palpitaciones, sus frémitos o sus extratonos me dan igual. Voy a escuchar lo que su corazón me diga sobre usted" "Ahora sí que estoy perdida del todo. Mi corazón le habla" "A quien sabe escucharlo le habla. A mi me habla y yo escucho" "Eso sí que es nuevo. Siempre había oído lo de hablar con el corazón pero pensaba que era en un sentido figurado" "También habla si sabes escucharlo. ¿Puedo seguir la consulta?" "Siga usted. Tengo mucha curiosidad. De momento está siendo eficaz, la curiosidad está mitigando mi tristeza" "Calle por favor que no puedo escuchar" "Ya me callo" "Ya está" "¿Tan rápido?" "Era un mensaje muy claro" "¿Qué le ha dicho?. Yo no he oído nada" "Ahora tengo que reflexionar sobre sus palabras" "NO me va a decir nada" "De momento no.En una semana le elaboraré mi informe" "¿Una semana?" "O algo más. Soy muy meticuloso" "¿Pero ha oído algo?" "Sí. . Se lo detallaré en mi informe" "Debo estar preocupada" "Preocupada preocupada no. Todo tiene solución" "Me está asustando" "Su tiempo ha terminado. La secretaria le busca una cita en diez días y hablamos con detalle con mi informe completamente reflexionado" "Doctor" "Adiós"

Su corazón decía palabras que ella no era capaz de oír. Quizás esas palabras eran la solución para la angustia que el simple hecho, para otros, de vivir le producía. Tal vez la respuesta había estado siempre ahí, entre sus latidos, saber comprender sus mensajes como el psiquiatra había aprendido. Necesitaba esa respuesta ya. No podía esperar esos siete o esos diez días.Ya le estaban volviendo los temblores, el sudor y la sensación de ahogo. Se sobrepuso. ¿Y si no fuese tan difícil de escuchar lo que decía su corazón?. La secretaria le dio la cita y le preparó la factura. A su derecha tenía un fonendoscopio para tomar las constantes a los pacientes. En un descuido lo cogió y se lo metió en el bolsillo del gabán. Sonrió. y aceleró el paso a casa. Su marido la saludó. Ella guardó silencio. SE fue derecha al baño y cerró el pestillo. Él tocó la puerta y ella no contestó. Cogió el fonendoscopio con las dos manos. LO apretujó contra su pecho. Se desnudó. Del todo. Se miró en el espejo. Apreció su figura. Puso la mano entre los dos senos y captó los latidos que se aceleraron al ser escudriñados. Se puso el fonendoscopio en los oídos. Puso la campana en el lugar donde apreció más nítidas las palpitaciones. Y escuchó nítido y claro. Comprendió. Pero comprender no siempre es fácil. Lloró. Se quedó en cuclillas desnuda y no volvió a hablar. Tuvieron que forzar la puerta para rescatarla. Quedó internada. A los diez días el psiquiatra envió el informe al hospital.

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