jueves, 3 de mayo de 2018

CLEPTOMANIA

No me hace ninguna falta. No me gusta. No es mi perfume. De hecho si me lo regalaran lo devolvería. Sin embargo ahí en el estante, detrás de la columna , a espaldas de la caja lo encuentro irresistible. Con estirar la mano y echármelo al bolsillo sería mío. Nadie me vería. Nadie se daría cuenta. Con sólo pensarlo mi corazón palpita, la respiración se agita y los pelos  de los brazos se erizan. Cógeme. No lo necesito. No lo voy a usar, pero deseo tenerlo. Podría comprarlo pero no sería lo mismo. Habrá cámaras. Si me detienen, sería una vergüenza para mi y para mi familia, pero y si no me detienen, si no me detienen, el subidón me alegraría el día, tan falto como estoy de emociones. El guardia de la puerta sale a fumar. Es el momento. NO veo ninguna cámara aunque pueden estar ocultas. Me pondré delante, así taparé la cámara. Uno dos tres. Mío. Al fondo del bolsillo de mi gabán. La respiración, debo controlarla. Uno dos tres. Control creo que me estoy poniendo rojo, la dermatitis. No debe traicionarme. Ya está la respiración se serena. El rojo de la cara se modera. Voy a salir. La cajera está sola. Cogeré unos clínex.

"Los clínex un euro. Está usted muy rojo" "Hace calor aquí" "Yo porque voy en camiseta pero sí. ¿Quiere un poco de agua?" "No gracias. Guárdala para tí""Veremos si da tiempo a gastarla" "Cerráis pronto" "Mire el cartel de la puerta" "Se traspasa" "Cerramos pronto" "Me refería a hoy" "Hoy pronto, pero también pronto dejaremos de levantar la persiana. Las cuentas no salen" "Vaya otro comercio que cierra en el barrio . Es una pena" "Sí que lo es. Una pena muy grande, pero no se vende. Perdemos dinero. Un poco más de tiempo y la ruina" "Pero tenéis mucha gente" "Gente sí, pero gastan poco y,,,Y roban mucho No se puede hacer una idea de lo que nos hurtan" "No creo" "CRéalo, y personas muy normales y respetadas del barrio, nada de quinquis ni gentes de mal vivir, pero no le caliento más la cabeza a usted que es de las pocas buenas personas. Un euro" "Sí. Sí. Aquí tienes el euro"

Una mujer sale sin compra por el mismo pasillo entre las dos cajas que él. Es muy gruesa y siente los pezones recorrer su espalda. El sobo lo saca de sus pensamientos de sentirse un miserable, pero no puede, ni va a confesar su hurto. Por sí mismo y por no hacer caer en el desprecio al género humano a la cajera. Pronto va a a cerrar. Un día lo hará para siempre, que mantenga al menos un poco de esperanza en el ser humano, que crea que si el barrio fuese Sodoma podría ser salvado . Sale. Cabizbajo. La mujer que lo ha sobado ordena una compra anterior en el carro. Se acerca a la puerta. coge el pomo, pero el vigilante que ha regresado de fumar. Lo para por la muñeca.

"Perdone señor, pero creo que ha cometido usted un error" "¿Es a mi?" "Sí, a usted le he visto coger algo que no es suyo y creo que ha olvidado pagarlo" "No sé a qué se refiere" "Un perfume. ¿Me permite que le registre el bolsillo. Le he visto esconderlo con la cámara de seguridad" "Se equivoca" "No me equivoco. Me permite que le registre" "No tiene derecho" "Sí que lo tengo. Le voy a meter la mano en el bolsillo" "Está bien haga lo que quiera" Va a confesar pero espera. El guardia introduce las manos en el bolsillo donde debía estar el perfume y no encuentra nada" "Nada señor disculpe" La mujer que sale con su carro mira atrás y le sonríe. El también le sonríe. Le ha salvado. No sabe como agradecérselo. Cuando llega a casa que su cartera, su dinero y sus tarjetas también han desaparecido.

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