jueves, 15 de marzo de 2018

La alcantarilla

"¿Por qué se metió usted en la alcantarilla?" "Cualquiera habría hecho lo mismo" "No me parece que quitar la tapa de una alcantarilla en la calle más centrica de la ciudad y meterse en la alcantarilla sea algo que se pueda considerar habitual" "Podría ser un operario" "Un operario con un traje de chaqueta de dos mil euros" "Un poco más" "Peor me lo pone. Explíquemelo en términos que yo pueda entender" "Llevo ya un rato intentándolo, pero no sé exactamente cuales son los términos que usted prefiere" "Términos de un hombre de la calle" "¿Como yo?" "Con sus hechos no puede considerarsele un hombre de la calle" "¿Y eso es bueno o malo?" "No me desvíe de nuestra conversación. ¿Por qué entró en la alcantarilla?" "Porque la alcantarilla estaba justo delante mío" "Una razón poderosa" "Sí" "No se chotee de mí. La alcantarilla más cercana a los sótanos del banco central. Y es esa precisamente la que elige" "Es la que había en mi camino" "En su camino al banco. ¿quien le ayudaba?" "Ignoro adonde conduce esa alcantarilla, pero yo no me dirigía, por lo menos de manera voluntaria, al banco. Eso estoy en condiciones de asegurarlo" "No esperaba que me dijese otra cosa. ¿quien le esperaba ahí abajo" "Que yo sepa nadie" " Más le vale hablar" "No he parado de hacerlo" "Hemos sellado todas las salidas del alcantarillado del barrio, y vamos a empezar a lanzar bombas de humo. SAlvo que usted hable y delate a sus compinches" "A las ratas eso no les va a gustar" "Vamos avanzando. ¿Quienes son las ratas?" "Roedores" "Volvemos a las andadas. Están selladas. No lo olvide y no estamos dispuestos a abrirlas. Podemos estar así semanas. ¿Tiene idea de lo que supondría para sus amigos?, las ratas o como los llame ese encierro" "¿`Para las ratas? Nada. Es su vida. Una vida de oscuridad, humedad y mierda,  una vida tranquila para ellas. Pero no son  mis amigas" "No se burle más de mi" "De veras no me burlo. Pero no son mis amigas. No son personas. No hay complot alguno, si es eso a lo que se refiere" "Yo no he hablado de ningún complot. Ya sabe excusatio non pedita" "Acusatio manifesta. Pero acusatio ¿de qué? de querer pasear por una alcantarilla en lugar de hacerlo por la superficie como todo el mundo. Pasear en solitario por el centro de la ciudad aunque sea entre los deshechos de sus habitantes.¿Donde está escrito que eso esté prohibido?" "¿Pretende que le crea?" "Me da exactamente igual si me cree o no, pero de que usted me crea depende que yo pueda salir y pasear o seguir aquí encerrado conversando con usted" "¿Le aburro?" "En absoluto. Es usted muy ameno" "¿Está de broma?" "¿No va a aceptar mi halago?" "No suelo" "Teme que le ablande la voluntad" "Mi voluntad es firme" "Pero no tiene nada contra mi" "De momento" "Le voy a dejar libre" "Ya era hora" "Pero en dos días deberá volver a declarar" "Estaré encantado. He pasado un rato delicioso con usted" "¿quiere cambiarse antes de salir. Su traje apesta" "Sí es una buena idea" "Pase al lavabo" "¿Tiene otro traje igual?" "Todos mis trajes son iguales" "Hasta la vista" "ADios. Chicos seguid al hombre del traje blanco"

Sale de la comisaría. Se dirige a la calle más céntrica de la ciudad. Mira atrás. Sabe que le siguen. hace un par de zigzags, vuelve la cabeza y sonríe a sus perseguidores que se dan la vuelta para disimular. Se agacha. Abre la tapadera de la alcantarilla. Y se cuela. La cierra por encima de su cabeza y la asegura con un candado. Los perseguidores corren. No saben como abrirlo. No es cuestión de liarse a tiros en el centro. Esperan que alguien acerque una palanca. Baja. Se marean. Suben de nuevo. El oxígeno es escaso ahí abajo. Llaman a su jefe y le avisan que el desconocido ha desaparecido en una alcantarilla.

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