viernes, 2 de marzo de 2018

ASCENSOR (DOS)

No me gustan los ascensores inteligentes. No me gusta que las máquinas tomen decisiones por mi. si subo a un ascensor y pulso el seis, no quiero que pare en el uno , en el dos , en el cinco porque otros usuarios también hayan llamado. Si marco el seis quiero que el habitáculo no se detenga hasta la sexta planta. No tengo por qué romper mi soledad con la visita de un vecino o un extraño ( casi todos los vecinos son extraños para mi y tampoco quiero que eso cambie). Y menos con dos. Y menos con personas que quieran entablar conversación conmigo. Qué lento es este ascensor. Hace calor o frío aquí. Ha cambiado el tiempo. Por fin llueve o por fin llegó la primavera. Qué más me da a mi si llueve o truena. Estoy en la cabina de un ascensor. Quiero llegar al sexto si no me interrumpen las personas que también quieren subir Dios sabe adonde. Por qué no dicen oiga le huelen los sobacos o mantenga la boca cerrada que tiene usted halitosis o guárdese los gases para cuando esté en casa o incluso es usted realmente feo. NO. El tiempo. La lluvia o la niebla y mi viaje interrumpido o retrasado.  Respondería más a la realidad, sería más original y contribuiría a la mejora del aseo personal y colectivo. Un aporte a la vida vecinal. Por otro lado yo podría usar la escalera. Pero el repiqueteo de los pasos al bajar o el golpe sordo al subir me destroza los tímpanos, que puedan ver mi persona aparecer desde arriba o desde abajo en una planta y que un vecino que abre la puerta , ralentice sus movimientos para esperar a ver de quien es ese cuerpo apuesto que aparece por el hueco de la escalera, me parece lo más vulgar y desagradable del mundo. Peor cuando oyes el click del resbalón de la puerta cuando después de haber espiado por una rendija , consistentes de quien baja se ocultan para seguir por la mirilla tu evolución en ascenso o descenso. Aburridos. Raros. Personajes. Me gusta este ascensor. Le doy al sótano y me lleva al sótano. Pocas veces tengo que cruzarme con alguien. Sin más olor que el rancio a humedad del yeso de los sótanos de edificios viejos. Al sótano. Cinco, cuatro, tres, dos, uno, cero y menos uno. Nadie me ha interrumpido, Menos mal. Soledad. La puerta está dura. TEngo que apoyar el hombro para abrir los primeros centímetros. Hay más resisitencia de lo normal. Si no  abro pueden llmarme y tener que pasar por la vicisitud de dos vueltas con multitud de vecinos que quieren importunarme. Abro un poco, suficiente al menos para que no llamen el ascensor. SE abre de golpe. Casi me caigo. ¿quien es usted? Por qué me coge del cuello. Deje mi falda . Dejen mi falda por favor. Déjenme. Van encapuchados. NO puedo salir al pqrking sin abrir con la llave. Espero que venga algún vecino. Alguien que me ayude. No me toque. Se lo ruego. No me hagna daño. Soco.... Me tapan la boca. Es inutil. Que entre alguien. Nadie puede bajr la puerta del ascensor está abierta. Han dejado una pata de cabra en el suelo bloqueándola. Me arranca las bragas. Me manosea y me hace daño. Me estiro y cojo la pata de cabra. Le doy en la cara. Se duele. El que me iba a follar se ve sorprendido con los pantalones en las rodillas y se cae. Salto al ascensor y cierro. Marco el sexto. Ojalá algún vecino llame. Pero si llaman podrían ser ellos que me persiguen escaleras arriba. No sé qué prefiero. NO oigo nada afuera. La alarma del ascensor. Pulso el stop ente dos pisos y toco la alarma. Una voz al otro lado. Han intentado violarme. No saldré hasta que me rescaten.

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