domingo, 25 de febrero de 2018

KINDER

Fue aquel día cuando dejé de comer huevos. Hasta ese momento, los huevos eran mi comida favorita, fritos con puntillas, rellenos con tomate y atún, cocidos, pasados por agua. Eran deliciosos. Eran. El día en que decidí hacer una tortilla de patatas. sin cebolla, a mi me gusta sin cebolla, desde el respeto a los amantes de las cebollas. Tenía las patatas pochadas en poco aceite. Calculé cinco huevos para que la tortilla estuviese jugosa. Eran unos huevos caserros muy hermosos. Los miraba y me imaginaba a la gallina haciendo la puesta. Preparé un plato hondo, tomé el primer huevo con una mano, lo casqué contra el borde del plato , pulsé con los dedos a su  mitad y lo vertí en el plato. Repetí cinco veces. Las cincoyemas estaban en el fondo del plato. Cogí un tenedor para comenzar a batir. Rompí las yemas una a una , primero con cuidado y después con más vigor. Cuando golpeaba con el tenedor, notaba un tacto como de grumos. Loshuevos son blandos, la textiuraes líquida, o como mucho algo cremosa y sí, sin duda alguna sentía un tacto grumoso. Me puse las gafas. Miré el plato. y entre medias de la pasta de huevo había unos restos negruzcos. Olí. el huevo no olía a podrido. Acerqué el tenedor a uno de los grumos. Se movía. Nadaba. Me acerqué y tenía un estilo de croll nada desdeñable. en dos o tres brazadas llegó al borde del plato y se sentó. Un hombrecito. Removí los otros y el resultado fue el mismo, a crol o a braza incluso a espalda llegaron al borde del plato y departían amigablemente entre ellos. el que quedaba permanecía inmóvil flotando boca abajo. Cuanod los otros lo apreciaaron, se lanzaron al huevo batido, lo llevaron al borde del plato y con una coordinación perfecta inicaron maniobras de renimación. Con éxito. Y ahí estaba yo, con las patatas a fuego débil y el huevo batido de piscina de unos enanitos que habían salido de los huevos. Acerqué una cuchara a los hombrecitos y los deposité en un bol. Vertíel huevo sobre la patata y empoecé mi tortilla, después decidiría si aquello era o no comestible. Los hombrecitos no eran conflictivos se sentaron ene el fondo del bol. Uno tiritaba. Le acerqué un trozo de clínex y se tapó. Probé la tortilla. Sabía raro. Quizás me había condiconado lapresencia de los hombrecitos, pero no sabía raro. cogí el huevo y la caja que quedaban, metí los hombrecitos, bueno los cuatro hombrecitos y una mujercita en una taper que tenía un respiradero y me acerqué al súper donde lo había comprado.

"Buenos días señora. Puedo hablar con el encargado" "Los curriculum se presentan por internet" "No tengo ningún interés en trabajar  aquí. Vengo a informar sobre un producto que me he llevado esta mañana" "Otro melindroso" "Señorita. quiero hablar con el encargado" "Si quiete le doy yo otra caja de lo que nosea de su gusto. Es lo que hace siempre y se ahorrará el viaje" "Es una sunto muy importante" "Ah. Entonces. Mire la puerta zul al final de la línea de cajas. Si está es ahí su despacho" Tocó a la puerta. "Es usted el encargado. No no vengo a entregar ningún curriculum" "Me ha leído el pensamiento" "Vengo a formular una queja sobre un producto que he comprado esta mañana" "Dígame" "Mejor se lo enseño" "Oiga. Nosotrosno vendemos personitas aunque sean tan pequeñitas.¡Qué se ha creído! Este supermercado tiene su ética" "No he comprado hombrecitos. Los hombrecitos me han salido de los huevos. De los huevos que he comprado aquí" " Es in posible. Nuestros huevos son fresquísimos, y en cualquier caso si no fuesen frescos saldría un pollito y no un hombrecito" "Le he traido la cja queda uno sin cascar. Compruebelo usted mismo" "Dejeme" Lo cascó en el borde del cenicero y lo vertió en el fondo. en el interior de la yema se veía una motita negra. La rompió y salió otro hombrecito. Llamó por su eléfono para que le trajesen tres docenas de huevosde aquella referencia. Los cascó uno a uno y en todos apreció un hombrecillo,menos en dos de ellos en que aprecieron dos. Los hombrecillosse amontonaban esperando a conocer a su nuevo compañero. "No puede ser" "Usted mismo lo ha comprobado" "Llamaré a la central de compras" Sonó el teléfono "Sí señor dígame. Los huevos, que los empaquetemos y los devolvamos a la central. Que ha habido un error. DE acuerdo. No no habíamos vendido ninguno. Los devuelvo todos" "Ha mentido usted. Qué más da. Quiere un jamón a cambio de sus huevos" "Claro. ¿Y los hombrecitos?" " Me los quedo. Me servirán para limpiar los rincones"

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