domingo, 25 de noviembre de 2018

TARDE DE CINE

"¿A qué sala desea? " La 8, Swiss Army Man" "Es una película rara" "No me desvele el argumento" "Sólo he dicho que es rara" "Quizás eso es la mitad de la trama""No creo que decir que una película es rara sea desvelar trama alguna" "Para usted. Deme una hoja de reclamaciones. Es usted una desagradable" "Señor yo a usted no le he insultado" "Ni yo. Sólo constato un hecho" "Ahí la tiene, pero añada una foto suya, así la tomarán más en serio" "Se burla de mi aspecto" "Para nada. Un señor de más de cincuenta años con pijama de felpa de ositos  y bata de satén azul con zapatillas de piel es el atuendo que cualquier cajera de cine espera encontrar un martes a las cuatro de la tarde" "¿Me va a impedir entrar?" "No. Si hay cuatro gatos""Entonces deme mi entrada y mi hoja de reclamaciones antes que me cabree" "Y si se cabrea ¿que va usted a hacer?. ¿Me está amenazando? ¿Me va a pegar? Vamos anímese. Le animo a que lo intente. Es posible que no tenga ni siquiera que llamar al guardia de seguridad" "Por...favor....deme... esa... hoja y mis entradas. Se...lo ...ruego""Aquí tiene. Por lo menos ya ha pasado el tonto del día. Espero queno tenga un extra" "¿Qué ha dicho?" "Hablaba sóla. Deme esa hoja. Yo la curso. Vaya a ver su película que empieza pronto" "No la comprendo. Ahora se preocupa por si entro con la película ya empezada" "Era un decir" "Debería medir más sus palabras. Uno  nunca se arrepinete de lo lo que calla" "Quizás hoy no me debería haber levantado a las seis de la mañana. Habr dicho que estoy mala. Haber llamdo y a esta hora estrái como usted, caliente en mi casa con mi pijama y  mi bata" "Yo no estoy en mi casa" "Ni en la mía gracias a Dios" "¿qué quiere decir?" "Que en mi casa entra quien yo quiero, a diferencia de aquí. Deme ya esa hoja y vaya a ver su película. Por favor olvide que le hice ningun comentario" "Cómo me voy a olvidar, debería devolverme la mitad de mi dinero. Se ha cargado la mitad del argumento" "Deme esa hoja y márchese por favor" "Me iré cuando quiera. No hay nadie más esperando y puedo pedirle todas las explicaciones que desee" "Yo sólo vendo entradas e informe de películas y descuentos, no soy su psicóloga ni su psiquiatra ni siquiera ese muro donde los judíos dejan papelitos que no recuerdo cómo se llama..." "El muro de las lamentaciones" "Ese. sólo entradas y su queja si lo desea. Entradas y quejas y recomendaciones""Y chafar argumentos también" "No señor. Maldita la hora. Firme el papela.Deme" Coge la hoja de reclamaciones y baja la cortinilla con firmeza . Escucha el golpeteo de los nudillos al otro lado de la ventana. Se echa hacia atrás en el sillón. Cierra los ojos y respira hondo. mIra hacia dentro y busca recuerdos de mar. Escucha plapitaciones y siente náuseas. Espasmos de su cuerpo mientras los ojos se humedecen. El golpeteo disminuye de frecuencia. Silencio. Por fin. Ni siquiera mira las cámaras que le muestran el acceso a las salas. No quiere verlo. Ha sido suficiente. Se incorpora y recoge. Le tranquiliza que no se cruzará con él . La salida del último pase es por el aparcamiento del centro comercial. Es la hora. Han terminado las funciones. cuadra la caja. Ordena todo para mañana. Cambia las películas que cambian. A casa. Leerá un poco y a dormir. Tocan a la puerta de atrás. Se sobresalta. La cadencia es la misma que la del hombre del pijama. Palpitaciones. Nuevos golpes."Estás ahi. soy Juana" La limpiadora. Abre "¿Qué pasa. se te va a hacer muy tarde" "Tienes que ayudarme" "¿Qué pasa?" "En la sala 8 hay un señor durmiendo y no puedo despertarlo" "¿En pijama?" "Sí. ¿cómo lo sabes? Ayúdamen a despertarlo" "¿Está vivo?" "Eso sí. Ronca" "Entonces llama a seguridad. Yo por hoy ya he tenido suficiente"

domingo, 18 de noviembre de 2018

matryioschka

"Me encuentro muy hinchada" "Pero tú te has visto" "¿Cómo lo habías ocultado?" "Ocultado. ¿Qué?" "Mírate. Levántate y mírate al espejo. O no te levantes y tócate simplemente la tripa" Me estás asustando" "No te quiero asustar pero debería verte un médico si no te ha visto ya" ¡Pero esto qué es!Esta no soy yo" "Vamos. Te llevo a urgencias. ¿Cómo no me habías dicho que no te venía la regla desde por lo menos por lo menos seis meses?" "He tendido mis reglas normales. La última hace quince días. Por eso estoy más preocupada todavía"
"¿Qué le pasa?" "Doctor ¡qué entusiasmo! Que estoy muy asustada" "Lo siento pero a las cinco de la mañana, que venga una mujer con un embarazo de siete meses que no ha cuidado , cuanto menos sorprende. Esto es un servicio de urgencias, no un belén" "No puedo estar embarazada" "Sus análisis dicen que sí y la eco obstetricia también. En menos de dos meses parirá" "No le creo. No puede ser. No he estado con nadie hace un año" "Mira que hemos salido y hemos tenido noches de borrachera" "Con nadie pero ya empiezo a notar ardores. Creo que voy  a vomitar" "No se vaya, le ponemos algo. Debe hacer pequeñas tomas, evitar las comidas grasas, pasear y aquí le anoto un fármaco que puede usted tomar"
"¿TE mejoras? Te vas a partir por la mitad con esas arcadas" "Ajjjj" "No consigo aliviarme. Llevo más de cinco horas con esto. Y nada" "Voy a la farmacia a traerte algo" "Qué desgracia. Que´desgracia" "Al menos estás a punto de parir"
En el baño sudaba, se esforzaba en vomitar un estómago vacío. En una arcada terrible sintió como si la mandíbula se le luxara la boca se abrió como la de un Alien sin colmillos y al suelo salió un bulbo del tamaño de un cordero mediano. SE asustó. Se palpó la mandíbula que milagrosamente había vuelto a su sitio. El bulto se movía. Tenía brazos y piernas. Lo limpió con una toalla de agua tibia con todo el instinto maternal del que se pudo proveer. La arropó. La observó. Hasta que aquel ser se puso en pie y pudo contemplar que era una copia exacta de sí misma a una escala inferior. En pie le llegaba por la boca. Tenía su misma voz, sus mismos gestos y sus mismos gustos. Se mostró igual de sorprendida que estaba ella. Llamó a su amiga. Le dijo que estaba bien pero que por favor no volviese que pensaba que estaba incubando algo. Sabía que era muy hipocondríaca y no vendría. Estaba agotada. se fue a la cama y  su vómito, su hija o su hermana o su miniclon la acompaño. Durmieron casi un día. Al despertar su alterego diminuto tenía la tripa tan hinchada como la había tendido ella la víspera. NO se le ocurrió ir la médico. Había sido un desagradable y sabía lo que le iba a decir, además donde iba con una copia exacta de sí misma. Le informó de la situación y comenzó con las arcadas. Le ayudó hasta que la mandíbula se le luxó como a las serpientes y arrojó un bulto igual al del día previo pero más pequeñito. Ya sabía lo que hacer, tranquilizó a su vómito. Se alimentaron y se fueron las tres a dormir. Otras veinticuatro horas y  por la mañana la pequeña estaba hinchada. DE nuevo repitieron los movimientos que se transmitían de unas a otras.Y así ocho días hasta que el resultado fue una copia de ocho centímetros. Al día siguiente la copia, el clon, el vómito forme no estaba hinchado. Todas preguntaron a una "¿Y ahora que hacemos?" La pequeña dijo que debían cerrar el ciclo que se había abierto al revés ingiriendo cada una a la que le dio origen. Esa era la tradición.Era lógico y todas lo aceptaron menos la que les dio origen que no estaba dispuesta de ninguna manera a comerse su propio vómito.La pequeña que era muy mandona dijo que entonces habría que invertir el orden. su boca se expandió como la de un rape e ingirió sin que se quejase a la inmediata. DEspués a la siguiente. Cuando llegó a ella sintió pánico, después con la tranquilidad que da saber que todo está en su orden. Llegó su amiga que ya estaba preocupada. Encontró la cama revuelta y en ella solo una muñeca de madera ovoide de unos ocho centímetros de rasgos toscos pero en los que sin saber por qué se reconocía la cara de su amiga.

miércoles, 14 de noviembre de 2018

EQUIDNA

"Estoy cansado de ver mierda. Con esto de los móviles, todo el mundo trae a la consulta fotos de sus cacas. A veces ayuda, pero ya cansa" "El color de la mierda" "Dejémoslo ya. Algo tan irrelevante y te lo traen con auténtica delectación. Pasa al siguiente" Entra en la consulta una niña de cara angelical de unos quince años. La flanquea una madre cansada y un padre celoso a derecha e izquierda. "Siéntense. Angélica ¿verdad?" "Angelina. Siempre se equivocan" "Angelina entonces. Cuéntame qué te pasa" Mira a su padre , sonríe y se azora. "No me vas a decir qué te ocurre" "Cuéntale hija" "Dímelo. Con tus palabras. Estamos en confianza. Todo lo que se diga aquí se quedará aquí" "Venga hija. No seas tímida. ¿Prefieres que lo cuente yo?" "No. Deje a su hija que se exprese" "Me da mucha vergüenza" "Estoy deseando oírte" "He hecho cacas raras" "Has tenido diarrea vamos" "Un poco" "Con sangre o mucosidad" "No" "Solo caca, bueno, con algo blanco" "¿Algo blanco? Te refieres a moco" "No. No" "¿No sería entonces una especie de cintas?. Eso podría ser una tenia o unos gusanos grandes, los áscaris" "No, citas no . Más grande y redondeado" "Grande y redondeado. No se me ocurre. Le he hecho una foto" "A ver. Eso es un huevo" "Doctor. Ha salido con mis cacas" "Mira. Que me quieras gastar una broma me puede parecer gracioso, pero que dos adultos, tus padres, participen de esta burla a alguien tan ocupado como yo es demasiado" "Doctor no se pase. Mi hija dice la verdad" "Además si no la cree ha traído eso. Usted mismo podrá comprobarlo. Tome" "¿Lo han lavado?" "Claro. Quien cree que somos" " Parece un huevo, el peso, la percusión dice que está hueco y al iluminarlo mire. Es un huevo" "¿Insinúa que  mi hija ha puesto un huevo como si fuese una gallina?" "No sé si una gallina, un avestruz o un ornitorrinco, pero esto no es otra cosa que un huevo" "¿Pero es malo doctor?" "Se ve un huevo muy bueno, y fresco, por el peso" "Doctor., sabe a lo que me refiero" "Si le hablo con franqueza, es la primera vez que veo a una muchacha o a cualquier hembra de mamífero poner un huevo" "¿Y conoce a alguien que tenga experiencia?" "El huevero" "¡Doctor!" "Han despertado mi curiosidad. Si me lo dejan investigaré sobre las causas!" "No me apetece dejarlo" "Hija..." "Mamá de alguna manera ese huevito es hijo mío" " En eso la niña tiene razón" "Bueno, un niño no sé. Un embrión. Tienes que pensar si lo quieres. Si deseas seguir con esto te lo llevas y lo incubas, si no, puedes freírlo" "Doctor. Nadie se va a comer a mi nieto" "Era broma. ¿Me lo dejarán que investigue? Lo trataré bien" "¿Me lo promete?" "Sí. Mañana le digo algo. si es necesario pasaré la noche estudiando" Dejó el huevo encima de un cuenco sobre una toalla y lo incubó con la luz del flexo. Investigó en el medline la puesta de huevos de niñas mediterráneas. Nada. Nadie había puesto un huevo salvo en sentido figurado. La familia aliviada de la situación no regresó al día siguiente, ni en los siguientes siete días. Por la mañana del octavo día de incubación la cáscara comenzó a resquebrajarse. El doctor ayudó a apartar trocitos de la concha. La cáscara se abrió en dos mitades y de su interior salió un hombrecito del tamaño de un clic de famobil. Lo miró. El chico también miró con descaro. Parecía muy avispado para ser recién nacido. Caminaba y  a pesar de su tamaño comía perfectamente, sabía leer y escribir y no se le daba mal el dibujo. Preguntó por su madre en una voz casi inaudible. Le prometió que la llamaría y lo hizo. Por la tarde llegó la niña solo con el padre. El padre al ver a su nieto eclosionado sintió curiosidad y después enfado al encontrarle un parecido que le pareció escandaloso con el pescadero de la esquina. La niña lo cogió en el puño y lo acarició. ""Enhorabuena señor" "¿Se burla?" "No. ¿Por qué está enfadado?" "La niña" "¿Qué le pasa ahora?" "Nos ha salido muy buena ponedora y no sabemos qué hacer con los huevos , tres de ayer a hoy" "Sí que tienen buena pinta. Si quieren me dejan un par de ellos para almorzar" "Doctor qué es mi hijo" "Denme un tiempo que me acostumbre que esto se me hace muy nuevo

martes, 13 de noviembre de 2018

LA NAVE

"¿Y yo?" "¿Quien habla?""Yo.¿Me hacéis un hueco?" "No cabes. Todo completo" "Otras veces hemos ido seis" "Eso no es legal" "Tampoco antes lo era" "Completo. Debes esperar" "Me dejáis aquí" "Puedes decirlo así. Adiós" Y se queda en la acera del Mc Donald donde siempre tenía las citas para salir. Hoy lejos. Tocaba coche. Diecisiete años. Joven. Mayor. Con la frontera inminente de los dieciocho justo delante de sus narices. Y ahora la han dejado. Peor que cuando un portero de discoteca no se cree la copia de carnet que has falsificado. El restaurante lleno. Muchos conocidos. Mira de reojo si alguien la mira. Ya hace frío. Se sube el cuello del abrigo. Repliega el cuello hacia el tórax. Si fuera extrovertida entraría como si nada y hablaría con el primero que la conociese. O haría nuevos y mejores amigos. Aprovecharía la decepción como una oportunidad. Pero ella no era así. Nuca entraría a buscar en desconocidos el consuelo al desconsuelo causado por amigas. A la primera palabra se echaría a llorar. Y llorar delante de desconocidos es ridículo. La peor tarjeta de presentación. No debería saberse que la habían dejado sola abandonada en la acera de una noche húmeda. Comenzó  a caminar por la calle más oscura. En diez metros habría desaparecido de cualquiera que pudiera dañarla. Un taxi para regresar, demasiado caro. Llamar a casa. Reconocer el fracaso , su falta de popularidad delante de su madre: peor aún que entrar y hablar con cada uno de los desconocidos del Mac Donald y echarse a llorar uno a uno en su hombro. Caminó. Ya estaba empapada de todos modos. El viento a ráfagas la dejaba aterida. La calle oscura calculaba que llevaba la dirección contraria a su casa. Unos metros más adelante un coche subido a la acera. Una figura enjuta pateaba los neumáticos. Se detuvo. La oscuridad. Una muchacha de dieciesiete años sola por una carretera mal iluminada, por decir algo, era una temeridad. Cualquier encuentro, con un mínimo sentido común debía manejarse con cautela. Escondió contra su cintura el bolso de mano. Miró atrás.Aun estaba más oscuro que hacia delante. Miro adelante, la figura iracunda contra el vehículo detenido. Por qué temer.  Miró el suelo, había un trozo de barra de acero de las que usan los encofradores. La cogió firme con la mano que le dejaba el bolso. Y avanzó. Dio varios pasos cortos como los reclutas que pierden el paso hasta que recuperó la firmeza de la marcha. Un Citroen Dian seis, una reliquia, un cascarón de hojalata con un pequeño motor. Un chico de su edad mal afeitado se asustó al verla llegar con la barra. Se dio media vuelta y echó a correr dejando el vehículo."No corras. No corras. ¿Adonde vas?. Mira tiro la barra" "El hierro tintineó hasta que empezó a rodar cuesta abajo. El chico se detuvo y miró atrás. Respiraba afanosamente. Cuando regresó se puso rojo. "¿VAs por ahí asustando a la gente con una barra de hierro?Qué clase de loca eres" "Lo siento. Es una calle muy oscura. Gritabas y golpeabas tu coche. ¿Qué querías que pensara?" "Sí está oscuro. Y hace frío. He pinchado una rueda y no tengo la menor idea de como cambiarla" "Es sencillo. ¿Has puesto el freno?" "sí. Veamos las herramientas. Mira" "Se te da bien" "Pero ayúdame, me voy a poner perdida. Ya voy mojada pero no quiero ensuciarme" "Lo siento" "Ya está. Tu rueda" "Gracias. Bueno me marcho" "Te ayudo y me vas a dejar aquí" "Llego tarde a la fiesta en los soportales de la plaza" "Ahí iba yo" "¿Ibas?" "Mis amigas me han dejado tirada. Y no voy a llorar" "No se lo contaría a  nadie. ¿Quieres venir conmigo?" "Tengo pocas opciones" "Vaya" "Era broma. Creo que se me ha enderezado el plan" "En la guantera hay toallitas" "Y condones" Extiende la mano y da un portazo. "Ja ja ja" "Ja ja ja"

jueves, 8 de noviembre de 2018

OSCURO

No hay luces alrededor, ni lámparas, ni estrellas, ni cielo ni ventanas. No se ve le horizonte ni la pared de enfrente. Caminaba. Despacio y la última pisada ha estado a punto de conducirme al vacío, a lo oscuro, no se si profundo o somero. Caminaba. Iba a algún lugar. Porque camino arrastrando l os pies he notado la falta de soporte. No hay luz. Podría haberme quedado ciego. Ver negro en un mundo de luz. Sólo negrura alrededor. Negro mate y silencioso con olores a humedad. El cuerpo espera una brisa un eco una reverberación, sonidos del aire que se mueve. Silencio. Se ha ido la luz pero no se ha ido el aire. Podría ser lo próximo. El vacío helado del universo que colapse los pulmones. La muerte. ¿He muerto?. Es mi cuerpo capaz de detectar las últimas señales de los sentidos hasta que en cinco minutos todo desaparezca para siempre. O llegue la luz si Dios existe aunque nunca haya tenido fe. Oscuro. Parado sobre el último tablón de un puente que se hunde. Extiendo las manos a los lados. las maromas persisten: me aferro.Estabilizo el cuerpo y empiezo a sentir el mareo al detenerse el balanceo de la tabla que me sustenta. En un rato tendré sed. En unas horas estaré hambriento. Hace frío. Tengo ganas de mear. El bajo vientre me estalla. El frío. Junto las rodillas para aguantar la necesidad. No puedo. No sé donde estoy. Podría bajar la cremallera y mear. Fácil. alivio inmediato. No sé donde estoy. Y si es una broma pesada en un parque de esos de bolas y me pongo a orinar en medio de la gente. Gente silenciosa riéndose de la minga de un hombre ciego burlado. Un guardia podría llevarme preso. Preso. El guardia podría sacarme de la oscuridad. La detención sería un rescate. Mejor el calabozo que la oscuridad. no es tan grave. Mear en público, Una falta venial. Y si se averigua que he sido burlado sería absuelto antes de ser juzgado. Voy a mear. La orina es mi salvación. Uf que alivio. NO se escucha el chapoteo contra el fondo. Bajo mis pies se extiende un universo o simplemente algo la empapa junto al suelo. NO hay más olor que los espárragos que comí a mediodía. El guardia no viene. No hay el rumor del escándalo de un hombre que se saca la chorra para mear. No hay pasos ni murmullos ni risas ni gritos de niños ni insultos. Nada. todo sigue igual. sin esperanza. Resiliencia. ¿Y si parpadeo.?. ¿Y si me he vuelto loco y en mi delirio tengo los párpados abatidos?. Parpadeo. Oscuridad. Ciego u oscuro. Silencio. Frío. Si empiezo a tiritar puedo caer. Golpearme contra un suelo próximo y mullido que ha absorbido mi orina o despeñarme en abismo sin fin. hasta quedar suspendido en un punto agrávido del universo asfixiado y congelado hasta que mi cadáver alcance la gravedad de algún planeta y se estrelle contra algún suelo. Profundo o somero. Si tuviera fuerzas me suspendería en las maromas y con las manos me desplazaría hasta el otro extremo, pero no sé la distancia. La madera, el peldaño me sustenta me da la seguridad que me quita lo incierto de lo oscuro. Profundo o somero. Infinito o o próximo . Oscuro húmedo. Ruidos desde el fondo. Callad mis pensamientos. Son voces lejanas. Ven. Ven. Voces. ¿He de escucharlas? O amarrarme y resisitir como Ulises sus llamadas. Ven .Ven. Oscuridad. Tengo sed y tengo hambre. Ven . La soledad. Abajo Ruidos y voces. ¿Y  si son solo delirios de  este sueño sin despertar?. Han venido como la oscuridad. Han roto el silencio como la oscuridad rompió la luz. Ven. Ven. Quedarme y despertar. O desfallecer y caer cuando quizás nadie me llame. Ven. Ven. Voy.

viernes, 2 de noviembre de 2018

MODELISMO

"No nos caben más barcos" "Son miniaturas" "MIniaturas con respecto a las reales, pero el portaaviones mide más de  un metro" "Que sólo hago una cada seis meses. Tengo poco tiempo y el montaje es muy laborioso" "Seis meses y ya nos conocemos doce años: La sala de estar con los ecientes y el trastero con las más deterioradas" "Es mi única afición" "Por eso te la respeto, pero en un piso de menos de sesenta metros no cabe nada más, salvo que hicieses miniaturas de miniaturas" "Me temo que mi vista no da más de sí" "Entonces con la réplica del NImitz te despides, salvo que consigas donar algunos de tus barcos a algún museo o al colegio del pueblo""¿Lo dices en serio?" "¿O las maquetas o yo? Tú eliges" "NO es fácil"

"Vengo a despedirme" "VAs tú también a empezar a comprar las maquetas en Amazon" "No. nunca" "TE has cansado o te has hecho mayor" "No.la que se ha cansado es mi mujer" "Haber empezado por ahí¿quieres una maqueta muy muy especial" "NO sé si debo" "Véndeselo como si fuese un último brindis" "No sé.. ¿De qué se trata" "Mira" "Está llena de polvo" "Es muy vieja. La compré en una aldea de China, en las estribaciones de los Himalayas" "Son sólo maderas y remaches" "Sí, pero quien me lo vendió me dijo que si se usaban adecuadamente podía tener poderes" "¿Y qué puedo hacer?" "Me dijo que lo primero un modelo de tu propia casa" "Je je. es curioso. Le diré que es para hacerme idea de cómo hacer reformas" "¿TE la llevas?" "¿Qué le debo?" "Es un regalo para mi mejor cliente que quiero que lo siga siendo" "GRacias. Ya le contaré"

Tomó medidas de cada una de las habitaciones. Cortó los paneles y los listones. Anotó los tonos de las pinturas y las texturas de los muebles. "¿Que haces? ¿No habrás comprado otra maqueta?" "No" "Yo creo que sí. Eso es la respuesta a la pregunta que te hice" "NO. No. Es una maqueta pero la voy a utilizar como modelo para planificar la reforma que pronto haremos de la casa" "Eso es un detalle" "Me alegra que te guste" "Sigue, luego me la enseñas" En una semana terminó el montaje y comenzó con los detalles más farragosos, los pomos de las puertas, los cuadros, las alfombras, pero aun sin terminar se animó, o más bien sintió la necesidad de colocar en el interior a dos muñequitos, pequeños y toscos, pero uno claramente femenino y el otro masculino. cogió el personaje masculino y agrupó todas las maquetas en una habitación muy pegadas a la pared. Tomó al femenino y lo avanzó por la puerta. Tocó. Abrió. Se puso delante del chico, cuchicheó como si departiesen y dio una vuelta por la sala de estar llena de miniaturas sin reparar en ellas. Sonrió con la escena, pero ordenó junto a la pared rodas las miniaturas. Tocaron a la puerta. Ella entró habló de froma amigable y recorrió la periferia de la salita sin reparar en ninguna de las maquetas. Cuando se marchó se mostró sorprendido. En los días siguientes ensayó interacciones más complejas que después, siempre, se ejecutaban en la realidad. Hasta que un día no encontró los muñecos. Los buscó y estaban ocultos en un cajón. Los sacó , imaginó una escenas amable para el día siguiente pero parecían estar pegados. Desistió. Fue a tomar algo y al regresar, sin saber cómo los muñecos empezaron a moverse llegaron a la casa, la muñequita entró en la sala donde antes no  había visto nada. el muñequito permanecía cabizbajo. Le increpó,  le empujó hasta que tropezó y sin saber por qué el muñequito quedó ensartado en el palo mayor de la reproducción de la PInta. El suelo de madera se llenó de un charco de sangre y la muñequita pareció desolada.
Al día siguiente llegó a casa muy cansado. Nada más entrar su mujer le gritó. Le dijo que le habia engañado y había seguido haciendo maquetas. Le lanzó la maqueta antigua de su casa que no tenía ninguna reforma. Los dos entraron a la sala de las maquetas donde la furia la había enloquecido. El callaba, ella empezó a empujarle. Se dejó. No tuvo fuerzas para resisitirse a su destino.

lunes, 29 de octubre de 2018

MATRIZ

"Los tíos tenías que quedaros preñaos" "Eso no es posible" "Así os sentiríais como nos sentimos nosotras" "Ya quisiera yo" "Ya quisieras tú. Ya quisieras tú" "Ojalá pudiera sentir a mi hijo junto a mí como tú lo sientes" "Ojalá pudieras hacerlo. Ojalá". Por la noche, en el lecho, se sintió raro. Ya antes de acostarse, mientras ella dormía, tuvo la necesidad compulsiva de vestir el neopreno ligero. Le dolía todo. Pensaba que estaba incubando algo, le dolía cada uno de los huesos. Preocupado por no contagiar a su mujer embarazada, se destapó, se acercó al borde de la cama, pero no consiguió incorporarse, ni siquiera consiguió mantener la manta levantada. No tenía fuerzas. Se miró las manos. Las apretó y con una consiguió hacer una bola de la otra y comprimirla hasta donde pudo con unas manos que parecían deshuesadas. Los brazos, las piernas y las costillas. Podía palpar el corazón como si solo hubiese piel. Se formaron arrugas en su piel, las extremidades se replegaron en el tronco como las de las tortugas. Cada plegadura suponía dolor. Y se plegó muchas muchas veces. Su tamaño se reducía, se aplastaba sobre sí mismo, pero su organismo seguía funcionando. Reptó, ruló por la cama mientras se reducía al tamaño de un supositorio. Se movió con la necesidad de llegar a un destino. Una vagina que le pareció enorme. El cuello de un útero entreabierto. Se coló fácilmente dada la flexibilidad que había alcanzado. A su espalda cerró con moco el punto por donde había entrado y reconoció a su lado el bulto apenas forme que era su hijo. Desplegó un dedo y lo intentó acariciar, pero una contracción inoportuna de la matriz lo desplazó hacia una esquina, quedó encajado en la abertura de una trompa. Reptó y se soltó y volvió a acariciar a su futuro bebé. Por la mañana, su mujer lo echó de menos. Palpó. La oyó llamarlo. Correr por toda la casa pronunciando su nombre y quedar desfallecida llorando al sentirse abandonada dos días. No había estado bien. NO le había dejado ni una nota, pero él no había elegido ese destino de escoltar el crecimiento de su hijo en ciernes. Aun no se reconocía el sexo del feto, pero él esperaba que fuese un niño. La mujer denunció su desaparición. Agradeció que a los desaparecidos no los diesen por muertos hasta unos años después. Al darse cuenta de la desaparición del neopreno, dragaron varios pantanos y vigilaron las playas sin éxito. Su bebé crecía. Su mujer que se creía viuda o abandonada. Volvió a ir al ginecólogo. Le notó la cara rara. Le preguntó qué pasaba. Le dijo que había una cosa rara junto al bebé. Nunca había visto nada similar. Tendrían que hacer una amniocentesis por si había algún problema. El se alarmó. Seguro que intentaban ensartarlo con una de esas agujas. Era él. Acaso no lo reconocía. Claro que tan plegado no le extrañaba. El obstetra localizó el corazón del bebé y mostró en la pantalla lo activo de los latidos de un feto muy sano. En dos días le harían la amniocentesis. Tenía dos días para pensar como manifestarse. El médico pensaría que él era un tumor intrauterino, ya estarían pensando en extirparlo. El niño crecía, lo suficiente para invitarlo a chupar un poquito del cordón para alimentarse. Dos días. En un dobladillo del neopreno, encontró una chuleta de morse. Eso había sido muy oportuno. A los dos días cuando volvieron al obstetra percibió en el pulso acelerado de su mujer que le iban a pinchar. Notó la vibración del ecógrafo y comenzó a golpear el útero con un esbozo de su pierna con un SOS. En el exterior el obstetra parecía sorprendido con esos ruidos tan extraños en un tumor de útero. Se trataría de un soplos en un tumor vascular, pero la auxiliar metió los pulsos. a un app que traducía morse."Doctor. Ese ruido es un SOS. Lo repite continuamente" Cuando se supo escuchado se prodigó en palabras. "Doctor, dice que es el padre del bebé que está ahi para cuidar a su feto" "No se burle de mi" "No me burlo. Mire" "Qué pasa doctor" "Hay una señal de morse que dice que es su marido el que está ahí" "La verdad es que desapareció el otro día y no lo hemos encontrado" "Dice que es el que no se preocupe que está muy bien" "Qué alegría, pero ya me explicarás como has llegado ahí" "No me ibas a creer" " Señor ¿Cómo se llama?" "Mi marido se llama Paco" "Paco hágase a la derecha que estoy tratando de ver el sexo del feto" "Dice que no se moleste que tiene un par de güevos y un pinganillo" "Dígale entonces que intente sonreír hacia la luz que les voy a hacer una foto 4 D a los dos" "Dice que en realidad no sabe donde tiene la cara" "Han salido muy guapos. Como se parecen" "Sí señora". Cuando al final del embarazo la dinámica era buena, él mismo empujó el tapón de moco y rompió la bolsa amniótica desde dentro y cuando la dilatación era de apenas dos centímetros, una bola cubierta de neopreno cayó al suelo, y Paco se desplegó hasta alcanzar su tamaño habitual, y justo en el momento del parto, aún con el neopreno empapado de líquido amniótico se volvió a reunir con su hijo con el que siguió muy unido.

domingo, 28 de octubre de 2018

ASCENSOR (3)

Una guardia regular. Las plantas de los pies te escuecen sobre la suela de los zuecos de plástico. Varios kilómetros. Unos miles de pasos.Arriba y abajo de un hospital grande. Por ascensor y escaleras. Llamadas. Marcha imperial una y otra vez. Palpitaciones con la melodía del busca. Respiración honda y silencio para escuchar el mensaje del otro lado del auricular. Notas para no olvidar un nombre o un número de historia. Ni un minuto de paz. Tercera septima urgencias y de nuevo tercera séptima. Ascensos. Puertas que se abren Puertas que se cierran. Cuenta creciente. Cuenta decreciente. "Dios. Estoy harto ya de esta guardia" "No hemos parado. Por lo menos no han sido asuntosmuy complicados" " Pero han sido muchos. Otra vez la marcha imperial. ¿Quien es ahora?" "La tercera de nuevo. Diga" "Dile que abrevie. Ya vamos" "Calla por favor un momento que no oigo" "Cuelga ya. Mejor vamos" "Espera" "Ojalá desapareciesen todos" "Vale. Ya vamos" "¿Adonde ahora?" " A la tercera" "Vamos. Pasa" "Qué silencio" "Sí. Es raro. Teniendo en cuenta que es domingo a media tarde, debería haber mucho más lío" "Y hace un rto cunado hemos venido estaa atestado""La gente es caprichosa. No hay nadie en el control de enfermería. El paciente debe estar más grave de lo que nos han dicho. ¿Donde estaba?" "Trescientos doce. Un trasplantado reciente" "No hay nadie en la habitación. La cama está desecha, pero no hay nadie" "El baño está también vacío" "Se lo habrán llevado a intensivos" "No creo" " "NO está aquí. No está en el baño" "Pero Ast a intensivos se lo habrían llevado en su propia cama y la cama está aquí" "Es verdad. ¿Quien llama ahora?" "Espera. De la tercera" "Pero si estamos aquí. Quizás eso lo explica. Están todos en otra habitación." "Es de la trescientos doce. NO mejora. Me dice que no nos retrasemos" "Pero si estamos en la trescientos doce. Díselo. Tiene que haberse equivocado. O seráen el pabellón maternal" "Insiste que trescientos doce y pabellón general" "No es posible. Dile que compruebe el número de habitación" "Dice te dejes de bromas Ast y que vayamos para allá que no le gusta un pelo el aspecto del hombre" "Yo no entiendo nada" "Yo tampoco. Le digo, mientras nos aclaramos, que llame al internista" "Vale. Otra vez llaman" "Esta vez es la cuarta. Diga. Vamos corriendo" "¿Qué es esta vez?" "Un éxitus. Previsible. Ya está elcertificado" "Vamos. Escalera o ascensor. El ascensor nos ha  metido en esto volvamos a él" "Cuarta" "Nadie. Silencio" "Habitación cuatrocientos veinticinco cama dos" "Mira el cadáver si está. Y amortajado" "Pero las enfermeras y los familiares no" "Me vuelven a llamar de la cuarta. Sí. Me pregunta que si sabemos donde está el cadáver, que han salido las enfermeras, el familiar ha entrado al baño y no está" "Dile que estamos con él en la habitación" "Dice que en la habitación está ella y el familiar que se está poniendo muy nervioso con la desaparición" "Yo tambien me estoy poniendo muy nervioso. Que le diga que el celador se lo ha bajado al depósito. Supongo que con el tiempo todo esto se aclarará" "Llama a centralita que le deriven todas las llamadas al internista que en un ratono vamos apoder atenderlas.¿Quien llama ahora?" "El internista" "Lógico" "Dice que tenemos mucho morro. Que no piensa hacerse cargo de nuestro trabajo. Dile que estamos haciendo una endoscopia muy urgente en el maternal" "Ya está. Ast, ahora qué hacemos tú que estás más acostumbrado a las cosas raras" "Empecemos por recorrer todo el hospital, esta vez bajaremos por la escalera" "¿Y el cadáver?" "Ya tenemos bastantes problemas" Recorrieron una a una las alas del hospital, nadie salvo en el tanatorio. Revisaron y en una habitación apareció un nuevo cadáver. En el exerior las calles estaban desiertas. Todo estaba en silencio. soplaba brisa del Norte. "¿Quieres una café? Creo que nos lo tendremos que hacer nosotros" "Con leche" "Ast y si nada vuelve a su normalidad" "Esa es una buena pregunta. sólo los cadáveres pasan a esta dimensión"

martes, 23 de octubre de 2018

PRUEBA DE MAQUILLAJE

"Es usted nueva por aquí. ¿Qué quiere que le hagamos señora?" "Es para una prueba de maquillaje" "Bien. ¿Una boda, un bautizo, va usted a ser madrina, se va a casar, o quizás una fiesta importante?" "Importante sí y de algún modo una cita" "Quiere que lo adivine. Apuesto por una cena de compromiso. Me equivoco pocas veces" "Esta vez se equivoca" "Entonces...un bautizo. Claro. ¡Qué tonta he estado!" "No la angustiaré más. Quiero que ensayemos el maquillaje de mi entierro" "Soy muy torpe. Halloween está a la vuelta de la esquina. Una fiesta" "No. Yo no tengo edad para ese tipo de festividades. Quiero hacer una ensayo del maquillaje para cuando esté muerta. No quiero que nadie decida por mí. Quiero verme. Póngase manos a la obra" "Está usted ..." "Sana como un roble. Y disfruto de la vida como el primer día si no más. No tema que no me voy a suicidar delante suyo" "Quizás sería mejor que preguntase en su funeraria" "¿Cree que no lo he hecho? El seguro sólo acepta maquillaje postmorten. No me han aceptado ni como paciente privado y le aseguro que le he ofrecido una cantidad  que cualquier persona sensata tendría dificultades en rechazar" "Pruebe en otra. si está dispuesta a pagar tanto seguro que encuentra a alguien" "Lo he encontrado" "Entonces vaya. No pierda el tiempo" "Cree que no he ido. No se ofenda. Tiene muy buena fama, pero entre los vivos" "Cómo me voy a ofender, pero entonces al final no lo ha conseguido" "No. El señor ha comenzado. Me ha acostado desnuda en la mesa de mármol y se ha sentado en un taburete alto a la cabecera. Estaba helada. No se da una idea del frío que da el mármol" "Puedo hacerme una idea" "Pero no ha podido terminar su trabajo. Se ha puesto a gritar. Ha dicho que le daba mal royo que el objeto de su maquillaje lo mirase, le angustiaba sentir el vaho de la respiración en el rostro. Se ha levantado y se ha ido corriendo y me ha dejado tirada desnuda. Ya ve que va a tener que ser usted" "No lo he hecho nunca. Además no sé si llegado el momento con usted muerta, Dios quiera que sea en mucho tiempo, no sé si tendré valor para hacer el trabajo" "Tendrá el valor. Tiene la destreza y tendrá también la costumbre, porque pienso venir dos veces por año a ensayar lo que hoy hagamos" "Buf. Me está poniendo los pelos de punta" "Le voy a pagar muy bien. Con poco más viviría una familia media. Sólo le agradecería que no se muriese antes que yo" "En eso le aseguro que voy a poner todo mi interés. Veamos. Me cuesta visualizar el resultado. Tengo varias imágenes" "Inclínese por una. Las primeras decisiones son las mejoras. Ya. ¿Como me imagina?" "Dormida" "Ja ja ja. Como la bella durmiente del bosque" "Tanto no. Pero relajada" "No. NO es esa la imagen que quiero. Me ha decepcionado con la primera, pero sigo confiando" "Entonces con cara de mala leche" "Eso me gusta más. Seria y con mala leche, pero enfadada no. Sólo seria" "Puedo verlo. Póngase cómoda. Vamos a comenzar. Una buena base de maquillaje. ¿Le hago daño?" "No. siga. Es muy agradable" "Le disimularé las ojeras" "NO tengo tantas""No pero se las disimularé. Así no parecerá cansada. Los labios bien marcados. Este perfilador es estupendo. El pelo recogido. Bien y ahora los retoques. ¿Sabe? Estoy disfrutando" "No sabe cuanto me alegro. Tenía ganas de venir, pero aunque parezco muy decidida no veía el momento" "Ya está. ¿Quiere mirarse?" "Claro. Qué maravilla. Ha hecho un trabajo estupendo. Así quiero aparecer de muerta. ¡¡Ay!!" "¿Qué le ocurre?" "Me están dando muchas ganas de morirme" "Aquí no. Señora . Señora. Llamen una ambulancia"

miércoles, 17 de octubre de 2018

60 PULGADAS

"Nunca he tenido una pantalla de televisión tan grande" "Tampoco tuvo usted nunca un teléfono móvil que le sirva para escuchar música, hacer fotos y organizar su agenda" "Eso es verdad. si me lo hubiesen insinuado hace diez años habría dicho que eso era una locura" "Sesenta pulgadas de realidad" "Pero mi salón no es muy grande" "Póngase usted aquí. Mire" "Se ve bien" "¿Sólo bien?" "Se ve de puta madre" "Así me gusta. ¿Entonces?" "Me lo llevo" "Podemos llevárselo. No le costará nada" "Me lo llevo ya. Estoy ansioso por instalarlo. ¿Es complicado?" "Es todo muy automático. No se preocupe. Si tiene cualquier problema me llama" "Qué amable es usted" "Me excita. Esa pantalla será su mundo desde ahora" "Je je qué exagerado" "Ya me dirá usted. Ya me dirá"

Es tan grande que me ha costado subir la caja. He tenido que ayudarme del antepie para evitar que cayese. Pero ahora que está instalada sobre su peana luce majestuosa.Una ducha rápida. Me preparo la cena y a ver series. 

Me encanta la pantalla curvada. Es como estar en el cine. Parece que participo de la acción. Qué diferencia con la tele anterior. Qué pena. Ya no la recuerdo. Acabo de sustituirla y el nuevo aparato me parece ya irreemplazable. Me he dormido. Es una suerte que el ordenador si no mueves ninguna parte del teclado, para el desarrollo de la serie para que confirmes que quieres seguir. Si no me habría pasado media serie mientras dormía. Una película. No más series. Es tarde pero no encunetro el momento de irme a dormir. sesenta pulgadas. Me parecía gigante y ahora me arrepiento de no haberme hecho  con una más grande. Qué detalles. y de tan cerca. Qué fresco. La mantita. 

Me he vuelto a dormir. Voy muy cansado. Enfrente la imagen fija del Crome Cast que se proyecta si no confirmas que quieres seguir viendo la televisión. Pero esa imagen. Es una imagen familiar. De hecho es mi salon. Qué funcion tan curiosa. Proyecta entre  las imágenes de hermosso paisajes la de tu salón. Es como si la tele se convirtiera en un espejo. No estoy ahí. No es una imagen real. Debio ser grabada en algún momento de la noche o cuando yo estaba. Pero en el suelo está la revista que estaba leyenco hace un instante. Hace calor aquí. Esto qué es mi mano se clava en el suelo cierro es puño y es arena. A mi alrededor una playa paradisiaca entre acantilados. En la orilla cocoteros. El mar azul o verde esmeralda. Tengo sed. Miro a la derecha. Se diriía que hay una puerta enclavada enmedio de la nada. Me acerco y el aire se abre. De la nueva dependencia sale viento fresco. Se cierra a mi espalda. Enfrente sigue estando mi salón. Un río caudaloso. LLovizna. Los salmones remontan la pendiente. Enfrente un grizzlie de más de dos metros. No me mira. en un remanso bebo agua aunque con el fresco no tendo tanta sed. El oso ruge. NO me encuentro ya tan seguro. Miro alrededor. Una cascada. El agua en una zona hace un efecto extraño. Una nueva  puerta, o una ventana. Sidney enfrente de la ópera. Miro en mi bolsillo. Dinero y dos entradas para la ópera. En dos horas comienza la función. Tiempo para toma runa cerveza. Ella se sienta conmigo. Conozco su nombre y conversamos. No sabía que hablara inglés. Enfrente mi salón. La revista en el suelo. A la derecha de la entrada de la ópera, detrás de una cortina el aire festonea. Miro mi salón. Miro la alfiombra roja que conduce a la septima fila. Cuando salga no sé si cogeré la puerta. Pero no atravesaré la pantalla.

domingo, 14 de octubre de 2018

LA MATRICULA

"112 dígame" "Ha habido un accidente en la autovía a Jumilla. Un conductor ha arrollado a un ciclista" "Ya hemos recibido el aviso. si no me equivoco una UCI móvil está ya atendiendo al lesionado" "Ya si los estoy viendo.  Le llamo porque he tomado la matrícula del vehículo huido" "Tiene que decirme su nombre y su teléfono" "Por supuesto, y la matrícula es ...." "Muchas gracias por su colaboración. Es un ciudadano ejemplar" "A ustedes por su servicio".

"Cariño. ¿No te duermes?" "Estoy muy nervioso con el accidente" "Pero sí lo has hecho muy bien. Gracias a ti podrán capturar a ese desaprensivo que se ha dado a la fuga dejando a ese hombre malherido. Llaman a la puerta a esta hora de la noche" "Es muy tarde. Será un error. No voy a ir" "Siguen llamando" "Me levanto. Esto me faltaba para pasar la noche en vela. Un momento. Un momento. Ya voy. Dos guardias. Querrán confirmar la matrícula que les di.  Buenas noches agentes" "Buenas noches señor. Es usted...." "Sí señor" "Es usted el propietario del vehículo con matrícula...." "Sí lo soy" "Un ciudadano ha llamado al 112 porque ha sido testigo del accidente y se ha comunicado su matrícula" "Debe haber algún error agente. Yo iba conduciendo cuando el vehículo que iba delante mío se ha salido de su carril y ha atropellado al ciclista y se ha dado a la fuega. He sido yo quien primero ha llamado para comunicar la matrícula del coche fugado" "El suyo" "No. Como va a ser el mío. El vehículo que ha huido y ha dejado abandonado al herido" "¿Ha bebido?" "Nada agente!" "¿Donde tiene su vehículo?" "Agente. NO me está entendiendo. He sido yo el ciudadano que ha colaborado con la justicia" "Mire el juez ha escuchado el audio del 112 y aquí tengo su orden. siempre será mejor que colabore si no tiene nada que ocultar" "Nada en absoluto. Sólo que estaba intentando dormir con los nervios de haber visto a ese pobre hombre por los aires y al desaprensivo que ha huido" "A veces la gente solo huye por miedo. Uno nunca sabe como va a reaccionar no juzgue tan a la ligera. Entonces ¿Nos vas a enseñar su coche?" "Bajen conmigo al garaje. Aquí lo tienen" "Tiene rota la luna delantera y el faro seño" "Y restos de sangre en la parrilla delantera" "Señor tendrá que aceptar la evidencia. Han avisado y han dado su número de matrícula. Dice que fue usted quien denunció. Nos acompaña a su garaje y nos encontramos estos daños en su vehículo. Daños que son muy sospechosos de un atropello. Señor equivocarse es humano. Conducía usted el coche a esa hora." "Claro se lo he dicho presencié el accidente, pero no fui yo. El vehículo que iba delante mío y huyó" "¿Cómo explica los daños en su vehículo" "No lo sé. El coche estaba perfecto cuando he llegado" "Señor nos va a tener que acompañar. El hecho de que confesase diciendo su matrícula irá en su favor. NO lo estropee resistiéndose. ¿Nos acompaña?" "Cariño ¿qué pasa?" "Un error terrible. Piensan que he sido yo el causante del accidente" "Pero si tú eres quin lo ha denunciado" "Acompañenos. Puede usted guardar silencio" "Cómo voy a guardar silencio con esta broma macabra" "Señor no lo estropee. Le he explicado que esa llamada obrará milagros en su favor. Y lo del ciclista no ha sido muy grave" "Pero" "Señor.."

miércoles, 10 de octubre de 2018

SU MESA

Su mesa señor. Nunca le llamaba por su nombre. Nunca le había dicho que lo hiciera. Dejaba la carpeta o el portafolios y extraía unas cuartillas. Un café solo doble amargo le torcía el gesto al primer sorbo. Muy caliente, que bebía  antes que se enfriase. Miraba al frente al espacio de arena vacío delante de los parterres. Siempre en horas sin niños. No sabía si le gustaban los niños. Adoraba el silencio. La comunicación silenciosa con el camarero de toda la vida. La sombrilla preparada en verano. El sol tibio del otoño. El rincón frente a la cristalera en invierno. Sin decirlo. Sin pedir. Sin dar una orden. Flujo suave y lento.  Ponía las cuartillas en la mesa y afilaba el lápiz hasta que no podía sujetarlo entre los dedos. Unos días escribía. La mayoría solo miraba abstraído al infinito. Un problema de salud le privó de su camarero, pero se notaba que el nuevo había recibido instrucciones precisas. Salvo en el silencio. ¿No se encuentra usted solo? No. Seco y cortante. Sin mal humor. No. Una sola vez. Nunca se había sentido solo. Triste si, pero solo no. En un vacío de puertas que se cierran a tu espalda. clics de pestillos sin eco. Ecos de pasos. Olor a humedad no ventilada. Orden como cuando saliste por la mañana. La gotera de la cisterna resuena por toda la casa. No se sentía solo. Desde niño se había sentido arropado.El simple contacto con el pomo de la puerta de una habitación vacía le hacía sentir calor. En cualquier lugar al que llegaba, aunque fuesen lugares cerrados años encontraba la sensación de un abrazo cálido que no era capaz de explicar. Alguien le dijo que era el abrazo de la soledad. Una defensa de un ser humano frente a las ausencias. Sabía que no. Soledad sí, pero ausencias no. Todo lo contrario. Presencias amables imperceptibles pero cálidas . Afectos puros, sentimientos inmutables, y siempre los mismos, fuese donde fuese.

Su mesa señor. Está muy nublado. En todas las cadenas dicen que pueden llover muy intensamente. Que no cojamos el coche. Claro usted viene andando de casa. Vaya nubarrones. No lo molesto. Su café doble largo muy cargado y sin azúcar. Como le gusta. Me callo. No puedo evitarlo. Voy a recoger el toldo. Así podrá ver mejor el parque desde la cristalera. Está empezando a llover. Fíjese lo oscuro que se está poniendo. El cielo se hizo de plomo. Las nubes se retorcían atormentadas hacia el interior del nubarrón. Oscuridad. Las farolas encendidas. Gotas finas en el suelo. Viento huracanado. Remolinos de las primeras hojas ocres. La gente corre despavorida cuando ven el primer rayo y enseguida un trueno descomunal que sacude los cristales de las ventanas. La nube abre sus exclusas. Un primer chaparrón hace hervir el suelo. Amaina. Un nuevo rayo, un trueno aun más intenso que el anterior y un nuevo chaparrón que deja al anterior en un chispeo. Viento. Ramas de árboles. Ríos de agua turbia buscan terreno entre los parterres. La intensidad sobrepasa el flujo de los imbornales. Nada resta al flujo del torrente. Todo suma. Cada vez llueve más fuerte. Desde su mesa ve la lluvia. Deja el lápiz , cierra la libreta . No va a escribir. La lluvia es un espectáculo extraño en una región seca. Huele. Vuelve  a oler. Evoca imágenes de lluvias del pasado. Imágenes costumbristas, tiernas o tórridas. Más y más imágenes. cuando el chaparrón es más intenso mira al parterre, el agua chapotea y el chaparrón y la humedad dibujan dos figuras de aspecto humano sobre cuyas formas escurre el agua. Las ve transparentes en un traje de agua. Se acercan a dos palmos del cristal donde él mira las presencias que siempre le han acompañado. Sabe lo que va a pasar. Las ve alejarse cogidas de la mano. La lluvia amaina. Desaparecen. Un arco iris doble en cuanto sale el sol. Olor a tomillo y a espliego. El camarero se pone a su lado. Qué bonito el arco iris. Las presencias se han marchado. Abre el cuaderno. Le traigo otro café, este se le ha quedado frío. No es necesario. Sí. qué mas da un café: Se lo debe tomar a su gusto. Habla demasiado, pero sabe hacer un café. Se marcha antes que oscurezca o vuelva a llover. Preparara las llaves del portón y de la puerta. Pasa al fondo a la derecha a su habitación. hace frío. Gira el pomo y hace frío. Solo frío, sin contacto. Se pone cómodo y sale. En cada estancia lo mismo. Se siente por vez primera solo. No sabe si la ausencia de las presencias será temporal. Sospecha que sí.

domingo, 7 de octubre de 2018

EL SELLO

"Es usted muy joven" "Sí, pero eso se cura con el tiempo. Acabo de terminar la residencia" "Tiene pinta de listo" "Gracias. No sé si soy muy listo, pero sí que soy muy trabajador" "El antiguo doctor, que en paz descanse también era infatigable" "Me han hablado muy bien" "El mejor médico de toda la provincia" "Tenía buena fama" "Nunca se equivocó" "Eso es muy difícil en un trayectoria tan larga como la que tuvo" "Mucho. Y ni un error. Los últimos años fuy yo su auxiliar en consulta y se lo garantizo" "Yo prefiero pasar sólo. Ya le indicaré como puede ayudarme más a mi, y más a los pacientes que estando conmigo" "Si le molesto..." "No me molesta" "El doctor dejó el recado antes de despedirse de que le entregara su sello" "Tengo el mío propio. Cada médico tenemos el nuestro. Aunque se trate de un médico joven como yo" "Sólo lo que le digo lo que me dijo su antecesor. Tome" "Démelo. LO tendré en la consulta aunque no lo use como un fetiche, a ver si me da tan buen resultado como el que le dio a él"

No podía entender cómo el médico fallecido podía atender consultas tan numerosas. Siempre terminaba a las tantas. Y no es que hubiese sido un médico poco diligente, cada uno de sus pacientes traía un informe preciso y unas instrucciones exhaustivas incluso en tiempos en que no había ordenadores. Le habría gustado criticar la desgana que el tiempo produce en algunos profesionales, pero no era así. Sólo sentía la vergüenza de verse arrastrado cada día por la marea de los pacientes. Pasaron las semanas, los meses y por mucho que trataba de organizar la consulta, las primeras, las revisiones, las preventivas o las vacunas, aquello no mejoraba, tenía que hacer informes cada vez más escuetos e instrucciones más esquemáticas. Un día, cuando terminó la consulta, rebuscó entre los cajones las llaves del coche. Juraría que las había dejado en el primero, pero rebuscó entre talonarios, tarjetas, recetas sin rellenas y manuales y no las encontró. Abrió el tercero que no solía usar y allí estaban. Al abrir el cajón, al fondo encontró, dentro de un sobre, el sello de su predecesor. Lo abrió. Tocó la madera del mango manchada de tinta azul. Cogió la almohadilla. Lo empapó e instintivamente estampó el sello en un trozo de papel reciclado. Cuando leyó le sorprendió que en lugar de salir el nombre y número de colegiado de su predecesor, se estampó el suyo propio. NO había ningún error. El otro sello estaba sobre la mesa. Volvió el sello que tenía en la mano, leyó los caracteres en relieve y leyó el nombre y numero de colegiado de su predecesor. Volvió a estampar y volvió a aparecer el suyo. Se asustó. Se consoló con la fatiga,  el estrés acumulado, si no mejoraba tendría que visitar al psiquiatra. Metió los dos sellos en el cajón y se marchó. Suspendió todas las actividades de la la tarde que iba a dedicar a descansar.

Por la mañana entró en la consulta. Abrió el cajón y no encontró su propio sello. Estaba seguro que lo había dejado. Miró el listado. Cincuenta citas. Ni un segundo que perder. Recordó la alucinación con el sello del médico fallecido del día anterior. Cogió su sello. Vio los datos del anterior, lo estampó y se estampaban sus propios datos. Comenzaron a entrar los pacientes. Escarmentado, ya en el primero escatimó las palabras en los informes. Aplicó el sello. y cuando lo levantó, el informe era un informe de dos caras perfectamente detallado, y el juicio clínico no coincidía con el que él había emitido. LO leyó y le pareció verosímil. Se lo entregó. LO mismo ocurrió con los cuatro pacientes siguientes. A partir del quinto dio un paso más, después de escuchar al paciente, cogía un folio en blanco estampaba el sello y el informe con diagnóstico y tratamiento aparecía. A la una había visto al último paciente. Justo en ese momento le avisaron de un fallecimiento de uno de sus parroquianos.

Llegó a la casa donde la familia lloraba. Un hombre de ochenta años yacía en la cama. Le mostraron sus antecedentes y no había órgano que no tuviese dañado. Confirmó la muerte y el funerario le trajo el parte de defunción que se antijaba sencillo. Parada cardiorespiratorioa. Infarto. Puso el sello y  se lo dio al funerario quien inmediatamente se lo devolvió con cara de disgusto. Leyó. Causa de muerte asesinato. CAusa antecedente pinchazo con punzón en el ventrículo derecho. Miró a los familiares que le miraron raro. Hizo un gesto al funerario y ambos salieron. Hizo las indicaciones a la pareja de guardias quienes llamaron al juez y al forense que confirmó el delito. Todos felicitaron al nuevo médico que estaba haciendo honor a su predecesor. Y así fue muchos años

jueves, 4 de octubre de 2018

Nido vacío

Media vuelta a la llave. Izquierda y derecha. El resto de llaves tintinean. Se apaga la luz de la escalera. La puerta se resiste . Debería haber cambiado el bombín hace semanas. Separa medio milímetro la llave. Gira y escucha el click. La puerta se abre. De la oscuridad pasa a la oscuridad. Cierra la puerta a su espalda. Palpa en la mesita a su derecha el cable que le conduce al interruptos. Deliza el interruptor. La luz parpadea y no se enciende. El fogonzao lo ha cegado. Desliza la mano hasta encontar la abertura de otra puerta mueve la mano. Esta vez sí el movimiento del interruptor conduce a  la iluminación de la sala. Oscuridad y silencio.  Le falta el aire. El pecho se constriñe y los pulmones parece que le van a asalir por la boca. Hormiguilla en las manos. Otra vez no. Respira. Lento. Repira lento. No le ocurrirá otra vez. Nunca más. Se lo prometió.Controla. Se levanta. Sale.Enciende todas las luces del pasillo. Recorre una a una las habitaciones vacías, desde la puerta. No quiere entrar. Se para en el vano de cada puerta. Cierra los ojos. Rememora imágenes en cada rincón. Imágenes lentas y blanco y negro. A veces entre secuencias detiene una imagen que le resulta grata. Recuerda cosas que había olvidado. Repasa los objetos que permenacen. Evoca objetos que ya no están. Las personas que los habitaban ya no están, o están muy de tarde en tarde. Cuando vienen ahora, ya no usan los objetos. Ni los contemplan ni los miman. Como en un hotel. Quizás de vez en cuando descubren algo que les despierta curiosidad, que les apetece tenerlo en los estantes de su sala de estar, oun juguete vitage que se ha puesto de moda. Y se lo lleban como quien se lleva las bandejas de los hoteles. Deja la chaqueta en el despacho, en el repaldo de la silla de teca. Se quita la camisa y los pantalones. Se pone una camiseta vieja de algodón y e pantalón de un chandal. Alrededor fotos de antiguos moradores. Sonrisas que se fueron. Libros desordenados. Lecturas obligatorias y lecturas libres. Apilados sin orden. Siempre quiso porner en orden aquella biblioteca. El orden. Tan necesario. El tiempo. Pasa demasiado deprisa para poder aplicar el orden. Te atropella. Te arrastra y te deja siempre  mirando atrás, ayer pudiste hacer. Y el presente pasa y el futuro también mientras mirabas el pasado. Y ahora has llegado aqué sin haber cambiado el bombín que lleva tanto tiempo estropeado a una casa vacía que ya abandonaron la mitad de sus habitantes. Tienes habre. Buscas alguna sobra apetitosa. Nada. un poco de pavo y dos rebandas de pan de molde. En un plato. Tienes sed. Dos sorbos. Un poco amargos. Tenías la boca seca por la respiración entrecortada de cuando has llegado. Muerdes. Una media luna se dibuja en la esquina. Masticas. El sabor amargo aumenta a cada mordida. Vuelve a beber agua para poder tragar. Silencio. El pan de molde tiene un tacto untuoso y frío. Escucha. El ruido de uno de los ascensores. Llega. Bebe agua. Toma el bocadillo. coge las llaves y la cartera y sale. El  ascensor en que ha subido sigue ahí. Lo abre y la uerta se cierra en el momento en que se abre la puerta del otro. Baja. Alguien sale del ascensor. Se dirige a la puerta que él ha cerrado. La cerradura falla como a él le ha falaldo. Entra como él ha entrado. Las luces se han quedado encendidas. Escucha nombrar su nombre en el pasillo cuando llega ala primera planta. Gritan sunombre en la escalera. Abre la puerta de la calle y sale. No sabe adonde va a ir, pero no sabe si va a volver.

viernes, 28 de septiembre de 2018

EL MOLINO

"Deben tener en cuenta que está es una casa rural. Se debe hacer un uso racional de la energía. Toda la energía proviene del sol. Eso significa que por ejemplo en horas de oscuridad no se pude usar un secador. Hay un generador, eso sí, pero de uso complementario. Esta es su habitación. Vaya. La puerta no abre" "¿Me deja?" "Lo está cerrando" ". No. Ese es el ruido del resbalón. Ve.Ya está" "Si tienen frío, en el armario hay una manta. Hoy están ustedes solos. Mañana vendrá otra pareja. Si no necesitan nada más me marcho" "Gracias" "Dejen las ventanas cerradas. Esto es campo. Hay insectos."

"El aire acondicionado no funciona. Está en diecinueve grados y no se mueve de ahí" "Por lo menos aquí en el armario hay una manta que parece bastante tupida. Voy a ducharme y vamos a cenar" "Vale" "El agua no sale caliente. Llevo diez minutos y está helada" "Llama a la encargada" "No me gusta molestar a estas horas. Me meto uf uf uf uf" "Tú mismo" "Pásame la toalla. Estoy helado. Echa la manta en la cama. Uf por lo menos así estoy más caliente" Notó un pinchazo o un pequeño pellizco en el costado. Rascó y tocó algo en la sábana. Un gusano. Pegado a la piel un gusano gris con líneas negras nítidas separando sus metámeras, le acababa de morder. Lo empujó al suelo. Intentó respetar a la criatura pero el instinto le pudo. Se sentó. Se calzó la zapatilla y aplastó el gusano, de una textura dura que hizo que no se chafase sino que se fragmentase. El trozo de la cabeza seguía reptando hasta que terminó de aplastarlo. Su compañera le preguntó por qué se levantaba. No le respondió. Se volvió a acostar echando una mirada por el resto del contorno de la sábana. Durmió bien pero por la mañana la ropa que habían dejado sobre la silla estaba empapada. Volvió al baño. En la pared una araña tejía su tela. En el chapoteo del chorro sobre el charquito de la taza le pareció ver algo moverse. Tiró de la cadena. En el lavabo, por instinto, volvió a dar a la manecilla de agua caliente. Ni una gota. Desenroscó el difusor. Introdujo el dedo. El conducto estaba húmedo. Lo giró por los lados. Sintió una punzada que le recordó a la que había recibido en la cama.Retiró el dedo, y del grifo cayó un gusano idéntico al otro. Recordó la textura al chafarlo con la zapatilla e imaginó la sensación de aplastarlo con el dedo. Abrió el grifo, y aunque se resistió, al final se coló. Volvió a dar al mando del agua caliente y no salió nada. No quiso investigar más. "¿Sale ya agua caliente cariño?" "No, sólo la fría " "Me tocará lavarme como los gatos" "Me temo que sí" No iba a volver a intentarlo.

Por la noche regresaron. La habitación estaba helada y húmeda. La cama seguía deshecha. Echó las sábanas hacia atrás y no había compañía. Había orinado en el campo para no tener que usar el lavabo. Se acostó nerviososo. De madrugada le despertó un ruido sutil como una crepitación, pero que atronaba el silencio de una casa aislada. El ruido venía de la silla y el baúl donde habían colocado sus ropas. Se levantó. A la luz de la luna, vio un reguero de humedad procedente del baño. Miró sus ropas. Entre las sombras, los pliegues se movían. Lo replegó y miles de gusanos como el de la cama y el del lavabo lamían ocultos entre los pliegues de sus ropas. Volvió a replegar el faldón que había desplegado. Un grito mudo se le escapó. Y regresó a la cama. Tocó la sábana primero. Se acostó y se tapó hasta la cabeza. Recuperó poco a poco la respiración. Su compañera le preguntó qué le ocurría. Le respondió que una pesadilla. y no se durmió. Amaneció. Recordó la pesadilla. Se levantó. Se acercó a las ropas como las recordaba. Las desplegó. Las ropas estaban mojadas pero no había ningún gusano. Fue al baño y reprimió el deseo del agua caliente. Quiso orinar pero salió al campo a hacerlo. Hicieron las maletas. Avisaron al casero y le dieron la queja del agua caliente. Se mostró muy soprendido. Nunca había habido ningún problema.El hombre se dirigió a la ducha. Dio varias veces al grifo de agua caliente y nada.Golpeó la tubería que llegaba. Dos, tres veces. La hizo vibrar. Un ruido y miles de gusanos blancos cayeron en el plato de la ducha a sus pies. El hombre no se sorprendió. Miró atrás."Ya está resuelto" Salieron en silencio. Sintieron un escalofrío. Sus ropas estaban húmedas.

martes, 25 de septiembre de 2018

SOLO PUEDE QUEDAR UNO.

Pastillas. Primero las accesibles después otras más difíciles de conseguir. Decenas de pastillas. Un sistema poco eficaz. Siempre alguien se daba cuenta o llegaba y ponia el remedio cuando no las nauseas se encargaban de interrumpir la absorción de los fármacos en dosis mortales. A urgencias. Sondaje y lavado de estómago, carbón activo, valoración por el psiquiatra de guardia y a casa. Siguió estudiando y buscó dosis letales. Se escondió en los bosques para que nadie la interrumpiera, pero nada. Incluso sin asistencia médica no pasaba de algún retortijón o algo de sueño. Quizás su cuerpo había desarrollado tolerancia, nada de lo que estudiaba la servía. Comenzó con la lejía, la sosa o el clorhidrico. Con el último sensación intensa de quemazón que le llevó a pensar que lo había conseguido, sintió quemarse sus mejillas en los churretes que escapaban al trago, terminar con todo, con las vísceras disueltas, el ácido perforando el corazón, la mierda revuelta con los intestinos. Un dolor como nunca había sentido le hizo albergar la esperanza de haberlo conseguido. Pero no. Sueño . Y a las veinticuatro horas despertó con un apetito como nunca había sentido. Renegaba de la vida, la despreciaba, pero la vida se aferraba a ella. Necesitaba idear métodos más expeditivos. Métodos definitivos que impidiesen a su organismo aprender como lo había hecho hasta ese momento. Un accidente. Un pilar de un metro en la autovía. Su coche a ciento ochenta por hora y ni rozar el freno. El vehículo se compactó. Los bomberos se sorprendieon, cuando lo desencarcelaron, de que hubiese un superviviente, pero más cuando salió por su propio pie y se fue a casa sin querer acompañarlos a urgencias. Lloraba. Estado de shock dijeron. No no era un shock, era un nuevo fracaso. El fuego. Ni siquiera el acero se resiste al fuego. Vertió gasolina por la cabeza. Se vistió ropas sintéticas para que quedasen adheridas a los jirones de piel, prendió y la deflagración lo envolvió. Dolor intenso al quemarse la piel que desaparecía cuando el fuego alcanzaba capas más profundas. Aguantó el dolor y aspiró el humo ardiente para aumentar el daño no solo a la piel sino a sus vísceras. Se sentó mareado. Se apoyó a una pared. Un vecino lo cubrió con una manta para apagar las llamas, pero ya no podía respirar. Lo llevaron al  hospital, cuando llego  médico preguntó si no se habían equeivocado de paciente. Alta la misma tarde. Con la de personas que mueren sin querer. No se iba a rendir. Estuvo dos semanas. No comíó, por si la huelga de hambre lo conducía a la muerte, pero en dos semanas sin comer engordó. No podía fallar. A la entrada del pueblo había una cementera. Los camiones traían roca caliza a la enorme tolba. que la trituraba y la dejaba con el tamaño de arena. Hizo amistad con uno de los guardias y en un descuido se arrojó. Los torbellinos de rocas, de piedras y de arena descompusieron su cuerpo en una especie de harina y lo arrojaron mezclado con la arena a una montaña blanca. Ya no existía. pero los trozos de su cuerpo se buscaron y se ensamblaron. en menos de cinco  minutos. Su amigo el guarda la vió emerger en pelotas de la arena. Le dijo que lo había asustado y le tendió una toalla para que se tapara las vegüenzas. Era imposible. La vida no se iría nunca de él. Haciendo memoria,nunca había caido enfermo. Llegó a la conclusión obvia: Era inmortal, una maldición para un suicida. Volvío a estudiar con profundidad en google y concluyó que la única posibilidad de muerte para un inmortal era ser decapitado de un tajo por otro inmortal. Se inscribió a todas la páginas de contactos, inisitiendo en personas de apariencia juvenil que llevasen varios años en las bases de datos. Y tuvo éxito en una de las páginas más antiguas. Doce años y la imagen no había cambiado. Espió su facebook y su instagram. Esa mujer no envejecía. Le escribió. Dio montones de vueltas en sus preguntas. Ella guardaba silencio. Y por fin habló. Le dijo qué pasa, tú tambien eres inmortal. Guardó silencio cibernético pero al final respondió que creía que sí. Que había leído que los inmortales debían enfrentarse y al final solo debía quedar uno. Ella le respondió que no tenía ningunas ganas de seguir viviendo, que le dijese donde quedaban que ella no se iba a llevar ni la espada. Entonces no. Para qué quería gastar gasolina, se había gastado ya casi todos sus ahorros en intentar suicidarse, si no llevaba la espada no iría. Pues adios. Y nunca más volvió a saber de esa ni de otra inmortal. Y vivió una vida larga. Y un día uno o  más siglos después muríó dicen que de aburrimiento que es algo que tambien acaba con los inmortales.

miércoles, 19 de septiembre de 2018

REMOLINOS

"Luis, no es por nada, pero te estás volviendo un cochino" "No lo entenderías" "Bien está que venas a la oficina sin afeitar, que te dejes crecer el pelo, pero lávatelo" "Te he dicho que no lo entenderías" "Y la ropa llena de lamparones" "¿Qué quieres que te diga?" "Y hueles a chivo. NO me vuelvas a decir que no lo entiendo y cuentame que te ha pasado. Soy tu amigo. quiero ayudarte" "Nadie puede ayudarme" "Prueba. Por nuestra amistad. Tendrías que verte" "Me veo" "Y olerte" "El olfato se satura y no hueles más, eso es una suerte, pero debo oler mal" "Dime" "Te digo".

"La ducha cuando llegas a casa cansado siempre había sido un placer. Desnudarte. preparar la temepratura. Ver salir el vapor de la mampara. Meterte y que el agua te recorra. Esa sensación de relax , de frescor, las fragancias del jabón. Me metí a la ducha cuando llegué del trabajo. Como siempre, como era antes. Ela gua, el vapor, el jabón. Cogí el jabón y se me fue de las manos. Cayó en el plato y dio dos vueltas hasta situarse en el pequeño agujero del sumidero. Ela gua que me había mojado formaba un remolino antes de colarse. Puse la mano y sentí la succión. Me levanté me pase el jabón y me enjuagué. Al dejar el jabón junto a los geles se me volvió a resbalar, dio dos o tres giros y se depositó en el mismo lugar. Lo cogí, se me resbaló, apoyé la mano y me succionó" "Notaste la succion del agua que s ecolaba" "No. Me succionó, mi mano se fue plegando, después mis brazos y el torso, en una contorsión imposible me colé por la cañería, después por las bajantes que estaban medio obstruidas y llegue a las alcantarillas" "No" "Déjame terminar. Ya te dije que no me ibas a entender" "Era de noche cuando conseguí encontar una tapadera de alcantarilla que se podía abrir. Me vestí con ropas que saqué de un basurero y volvía a casa. Esa fue la última vez que me duché e imageina con el  olor con que llegué a casa. Ya que no podía ducharme probé a lavarme como los gatos con uan toalla en el bidet. Todo bien hasta el momento de quitar el tapón. El mismo remolino, la misma succion y la misma descomposicion de mi cuerpo. Tuberías, cañerías, bajantes y alcantarillas. Otra tapadera de alcantarilla y de vuelta a casa. Un momento" "¿Adonde vas?" "Me ha dado un apretón" "¿Pero qué hacer en el parterre de la oficina" "Ya acabo" "Me lo supongo" "Sí. me senté en el baño. tiré de la cadena y viajé con mis propias deposciones a la alcantarilla" "¡Qué asco!" "Estaba ya casi acostumbrado, si no creo que podría haber muerto" "Pero así no puedes venir a la oficina" "Ya.Me han despedido. Vengo a recoger la carta" "Y lo dices tan tranquilo" "¿Qué quieres que haga?" "No sé. Pensemos positivamente" "Como no me empleen en una empresa de desatascos" "Esa es una gran idea, pero quizás sufres cuando te repliegas" "No es nada doloroso, es como si lo hubiese hecho siempre" "Entonces es tu oportunidad. ¿Y un espectáculo de televisión?" "Todo el mundo creería que se trata de un truco. Además no sé si me apetece contar que soy capaz de pasar por sitios por donde solo hay mierda" "Mucha gente lo hace" "Pero en sentido figurado que no es lo mismo" "No es lo mismo" "La tele no. Los desatascos sí. Pero mi propia empresa. Trabajaré paa mi mismo" "Siempre has sido muy emprendedor" "Gracias" "Eh donde vas. VAya se ha colado por el imbornal. Lo esperaré aquí no tardará en salir"

lunes, 17 de septiembre de 2018

LA VELOCIDAD DE LA LUZ

" Cuando  miramos el firmamento con un  telescopio, puede ocurrir que todo lo que vemos carezca de una existencia real" "¿Como con las imágenes de las nubes profe?" "Pareidolias. No. Nada que ver" "No es nuestra mente la que nos engaña" "Me gusta tu apreciación, pero en este caso no. NO es nuestro cerebro quien nos engaña. Nadie nos engaña" "No se me ocurre nada" "Nuestro cerebro, ayudado por el telescopio ve las imagenes que le llegan de los distintos rincones del  universo. Las ve como se le muestran y cu-an-do se le muestran. Y esa es la clave del acertijo que os he planteado, que no es un acertijo sino pura física" "¿Las estrellas eligen cuando quieren que se las vea o cuando prefieren hacerse invisibles?" "No. Jaja. Me gusta que pienses eso. Las distancias cósmicas son enormes. Galaxias millones y millones de veces mayores que el sol, cuando las vemos con el más potente de los telescopios situado en el cielo más límpido de la montaña más alta, apenas se ven como un punto" "Desde aqui las montañas tambien se ven bajitas. Cuando te acercas crecen" "Muy bien. Pero las montañas están muy cerca en relación a las estrellas. ¿Alguien sabe cual es la velocidad de la luz?" "Tres mil kilometros por hora" "Muchos más" "Treinta mil kilómetros por hora" "Más, mucho más. Trescientos mil kilómetros por segundo" "Eso es muchísimo" "Imaginad que parpadeáis. A esa velocidad, en ese parpadeo, la luz habría dado siete vueltas y media a toda la tierra" "¡Ala!" "¿A que parece mucho?" "Sí" "Pues hay estrellas que están a una distancia mucho mayor que esa" "El universo es infinito. Te alejas , te alejas y no llegas a ningún lugar" "Pero volvamos a nuestra estrella. La imagen que vemos de esas estrellas tan alejadas y tan enormes, es una imagen pasada de esas estrellas. Esas estrellas podrían no existir en este preciso instante" "¿Podríamos planificar un viaje y no encontraríamos nada?" "Si tuviesemos una nave con suficiente velocidad sí que podría ocurrir. Nada. El vacío más absoluto. O una estrella distinta, tampoco hay que ser tan catastrofista y sólo pensar en la destrucción" "¡Qué chulo!" "¡A mi me da miedo!" "¿Os ha gustado chicos?" "Síiiiii" "Mañana intentaremos tambien hacer algo divertido. Por la mañana preguntaré de lo que hemos hablado" "Profe. ¿Y si alguien pudiese ver con esa imagen la realidad de lo que ocurre en la estrella?" "Te refieres a adivinar el futuro" "No. anticipar la llegada del presente distante" "No lo había pensado. Tu pregunta es increíble. Tienes que dejarme pensarla. Hasta mañana chicos. No se me olvida. Mañana te respondo"

Subió a su bici y llegó a casa en un dúplex de una urbanización de las afueras. Abrió la puerta. Solo. Como siempre. El suspiro después que la puerta se cerró a su espalda. Los huecos donde antes hubo fotos.El anhelo por un nuevo día de clases. ¿Y si las personas fuesen como la imagen de las estrellas?. Una imagen vitual distante de la imagen real del presente. Se fue. Cuando todo parecía ir bien. Una nota. Y se marchó. Antes que la imagen del naufragio llegase a su retina. Si hubiese podido verlo antes. Si hubiese podido captar un instante el presente de la estrellas no habría podido evitar el naufragio. Subio por una escalera estrecha.  La cama deshecha de una noche de insomnio o de sueños tardíos. Se descalzó y se acostó. Encendió la tablet. Ast había colgado un nuevo relato. Esa noche se quedó dormido.

"Buenos días. Tengo tu respuesta. Si pudiesemos ver el presente de las estrellas, su destino final solo podría entristecernos. Es mejor estar atentos a la luz. El presente que llegará mañana o en  mil años ya vendrá. Dsifrutemos de la luz. La oscuridad llegará. Será mejor no esperarla"

viernes, 14 de septiembre de 2018

CASTILLOS DE ARENA

Había casi un millar de personas concentradas en la playa. Alguien se quejó y los guardias tuvieron que pedir que los curiosos se dispersasen. En sucesivas caps de cebolla los guardias se abrieron paso. Nadie tení la intención de perder un detalle del espectáculo. A cada capa uno de los guardias debía volverse proque la multitud se cerraba a sus espaldas. El murmullo creció. El guardia, rodeado cogió su micrófono y pidió refuerzos para que la situacion no se le fuese de las  manos. No tardaron. Tres furgonetas y dos motos con sus luces parapadeantes. Uan docena de guardias formaron y a aprtir de ese moento con protestas, una buena parte de la multitud se dispersó. Sólo las dos primeras filas permanecían embelesados contemplando al muchacho de once o doce años tan aplicado en su trabajo. Los guardias que llegaron por fin a la primera fila, cruzaron los brazos, formaron a su vez una primera fila observando cada detalle del castillo que el chico hacía sobre la arena. Las personas ahora quizás dos mil, rodearon a los policías, se subieron a las farolas y a los poyetes del malecón, se había corrido la voz del niño prepúber todavía que jacía castillos en la arena cada día distintos pero precisos hasta el detalle más intimo. siempre costruía en el punto de la playa que alcanzba la marea a esa hora de la tarde. Terminaba de construir y los espectadores se aprtaban del aldo del aorilla para no empaparse con las horas. Y siempre el trabajo minucioso de horas era destruido con el golpeteo de dos o tres olas. El niño se daba la vuelta con las manos en los bolsillos y se marchaba. La gente se quedaba triste. Inmóvil y se dispersaban, seguros de que al día siguiente volverían a ver aquel prodigio efímero. Esta vez algo cambió. El nuevo jefe de policía había querido ir personalmente a comprobar la situación. Esperó en silencio con sus hombres a que el niño terminase su obra. Asistió a la colocación del último blasón. Fjó la mirada en el niño cuando se levantó y se le llenaron los ojos de lágrimas cuando las olas destruyeron la obra. Cuando todo el mundo se dispersó , corrió detrás del niño le echó la mano al hombro de forma brusca, pro la inercia de su profesión, pero cuando el niñoñ lo miró con un gesto ligero de dolor aflojó la tenaza de sus dedos y le pidio unas disculpas que casi no salieron de sus labios. Bajó los ojos. Deslizó la mano al brazo, deshaciendo la presión a cais un roce. Le felicitó por lo hermoso de los castillos de rena que cada día regalaba al mar. Cada día más gente venía a admirarlos. Era una peña que no durasen terminados más que unos segundos. Si quería, podía hacer una gestión con el alcalde para que hiciese sus castillos en un lugar más seguro de la playa donde las obras pudiesen ser observadas más tiempo. El niño encogió los hombros. Se dio la vuelta y se marchó. Esa misma tarde el jefe de policía habló con el alcalde que ya había escuchado hablar maravillas del pequeño escultor en arena de playa. El alcalde le dijo que ya se ocupaba. Un par de llamadas y todo estaría organizado. Con seguridad y para lucimiento del muchacho y la ciudad. El niño llegó a la playa. Solo le esperaban unas pocas personas y dos guardias. Le daba igual Se agachó y empezó a acariciar la arena. Los guardias le dijeron qu eno lo flanquearon y lo acompañaron playa adentro. En la zona más ancha de la playa habían instalado una plaza de tóroz portatil. cuando divisaron que el pequeño artista llegaba, los asistentes prorrumpieron en aplausos. El niño entró por una puerta pequeña. Paso debajo de los andamios. Se quiso esconder pero lo llevron a la puerta grande pro donde slaió. En el ruefo junto a la arena un camión de bomberos humedecía la arena para que tuvera la textura que le permitiese trabajar. Dsde el borde de la puerta miró atrás. los guardias le bloqueaban la salida. En el palco el alcalde y los concejales. aplauso. Cabisbajo. Se agachó. Tocó la arena En lapalza se hizo el silencio. Seguía cabizbajo. Cogió un puñado de arena húmeda, la apretó y se le deslizó entre los dedos. Se hizo de noche. Muchos se aburrieron. Algunos abuchearon. Otros jaleaban. El niño cabizbajo deshaciendo puñados de arena se quedó dormido. Quisieron llevarlo a su casa, pero nadie sabía donde vivía. Le prepararon un cobertizo debajo del camión mienta slosoperaros desarmaban la plaza. Por la mañana nadie había venido a reclamarlo. Abrieron la sábana del cobertizo y no estaba.

martes, 11 de septiembre de 2018

CALBLANQUE

Sentada en la arena, batida por el viento de levante que había despertado a mediodía. Los granos son pequeños proyectiles que se le clavan en la piel. Hace freco. El verano ya acaba y se suceden los días nublados.En el mar cuatro tablas de windsurf interpretan una coreografía al ritmo del viento y las olas. Las olas se lanzan a la playa de costado. Sobre las montañas de la cadena litoral la puesta de sol entre nubes deshilachadas. Una puesta de sol gris y marfil. Ha venido tarde. Una idea de última hora a la que no se ha podido resisitir. ¿Quien se puede resistir a una puesta de sol sobre la arena con música de olas y fondo de mar? La soledad es sólo un accidente. Palabras, susurros o caricias una distracción. Extendió la toalla en el sentido del viento. La sujetó con las rodillas y se tumbó. Puso la cabeza de lado. Miró las ondas, las infinitas ondas impulsadas por el viento. Se imaginó un Gulliver en un país de enanos. Imaginó la playa como un desierto con dunas minúsculas para un gigante. La arena empujada por donde el viento llega. Los granos que se deslizan y son sobrepasados por la avalancha a impulsos de las rachas de nuevos granos. Quitó una piedra de delante de su cara, el hueco, grano a grano se cubrió, impulsado por los lados, cuando estuvo al ras, las ondas lo cubrieron sin dejar rastro. Tanteó a ciegas, cogió un canto gris, plano y lo lanzó sobre la arena. Al caer rompió la línea de dunas, pero el viento arrastraba los granos alrededor y por encima, pronto un montículo de arena llegó a la altura de la piedra. A partir de ese momento la piedra fue engullida por la arena. El viento. Las dunas. Los surfistas y  la puesta de sol. El viento y la arena. La playa quedó sola en la oscuridad de una noche sin luna. Hora de volver para quien tiene motivos para el regreso. Nadie se había despedido de ella, ni un saludo ni un gesto. Salieron de la playa en silencio caminando con dificultad sobre la arena, algunos la miraron pero ninguno hizo un solo gesto, lo mismo los surfistas y el pescador que esperó a más tarde. Sin palabras. Sin gestos. Como ella miró a la piedra o el agujero. Entre dos nubes blancas apareció la luna. Miró. Vio el reflejo blanco en la punta de su nariz. La estela efímera plateada sobre las olas. La señal. El momento. Se levantó. Deshizo el nudo del bikini. el viento se arremolínó sobre las copas y se lo llevó. DEsató los nudos de la braga que cayó al suelo. Dio un paso y la toalla se perdió enrollándose sobre sí misma. Ciento veintitres pasos hacia el oeste. Se sentó. Apoyó el culo. Flexionó las rodillas y se agarró las piernas. Apoyó la barbilla en las rodillas y miró el mar. El viento le golpeaba el costado. La arena se escurría por los laterales de su cuerpo y se amontonaba a barlovento. Con los ojos guiñados para evitar los impactos vio una forma romper las olas. Una forma grande y lenta. A veces hundía y a veces flotaba. Una ola la arrastró de lado y quedó varada en la arena. Sacó las aletas y se avanzó hacia la arena. Una tortuga. La tortuga puso su cola en dirección a tierra. Guiño los ojos y excavó un hoyo. Allí fue depositando decenas de huevos . La miró. Cada brazada que la tortuga daba en la arena ella sentía que el impulso del viento la hundía más y más . La tortuga siguió desovando casi toda la noche. Estaba exhausta. Ya no pudo verla más engullida por la arena. La tortuga tapó sus huevos y antes que saliese el sol la devolvió al mar. Cuando vinieron los primeros bañistas, la arena, sin necesidad de regeneración estaba perfecta. Las ondas se habían apropiado del nido y de la tumba. El azar hizo que las tortugas eclosionaran y pudieran llegar al mar. Solo algunas fueron pasto de las gaviotas. La mujer solo emergió decenas de años después localizada por un arqueólogo, o millones de años después, ya sin humanos, por el golpeteo perseverante de las olas sobre dunas fósiles.

domingo, 9 de septiembre de 2018

LA BOYA

Todos los días hacia el mismo recorrido. Del faro de Cabo de Palos a la playa de Calblanque. Una senda siempre al borde del mar con pocos desniveles que permitía correr casi en todo el recorrido. Avanzado el otoño, con los temporales era cuando más disfrutaba. En junio cuando ya hacía calor, a veces se desnudaba y se bañaba en la Cala de los Dentoles. Un chapuzón y vuelta. Esa Cala se asociaba a casi todos los buenos recuerdos del verano. Con su abuelo de pesca, con su padre de paseo, con su primera novia y ahora cada día corriendo lento con olor a salitre. Admirando desde lo alto un mar siempre distinto. Octubre. Temporal de levante. Media tarde. Entre la hora y las nubes plomizas casi no había luz. Un mal día. Tensión. Cansancio. Hastío. Se le había hecho tarde. Necesitaba salir. Más que nunca, aunque el polvo mojado estuviese resbaladizo. Aunque cayese la noche por el camino. No llegó a entrar a casa. No habría soportado la oscuridad previa a pulsar el interruptor. Se desnudó en una calle desierta amparado por la puerta del coche. Se puso la ropa de deporte y los deportivos. Algunos movimientos para combatir el frío y empezó a trotar. Subio las primeras cuestas. El viento le empujaba. gotas heladas se le clavaban en los brazos desnudos. Entró en calor . Terminó la subida. bordeó la cala. Hoy no tenía tiempo de bajar. Entre las olas que batían la playa vio algo amarillo que aparecía y se hundía entre las olas. Siguió. La lluvia arreciaba. Ni rastro de sol. LLegó a la playa., Cerrró los ojos, respiró el aire del mar de un lugar desierto. Se dio la vuelta y antes de destemplarse empezó a trotar. Ascendió la cuesta con rachas huracanadas que le obligaban a inclinarse hacia delante. El mar hervía. Unas millas mar adentro relámpagos. Euforia. Deseos de gritar. De golpearse el pecho como los gorilas. Sonrió. La tensión había quedado atrás. Se había integrado como un elemento minúsculo en una naturaleza salvaje. Abajo la cala. En las aguas el objeto amarillo con ligeros toques fosforescentes. Una boya en una playa salvaje. Emergía y se sumergía con las olas. Un rayo y un trueno. Más agua. Lamió el labio superior  la mezcla de sudor y lluvia. Era de noche. Más no podía llover. En la playa sobre las rocas podía encontrar un refugio. Ya nadie le esperaba. Bajó a la arena. Las olas batían casi hasta el final. Una boya. Nunca antes había habido una boya. Imposible que un barco hubiese amarrado allí. Los agentes del seprona y la guardia civil no pasaban menos de media docena de veces cada día por la zona. Se descalzó. SE quitó las ropas empapadas. Avanzó hacia el mar y el mar avanzaba hacia él. Estaba helada. La resaca le hundía los pies en la arena. Apunto estuvo de tirarlo. Se zambulló. Sacó la cabeza. Aguantó a que una ola sin romper lo elevase. Un rayo iluminó el mar. Estaba a menos de diez metros. Comenzó a dar brazadas. Por momentos cuanto más intentaba aproximarse, se encontraba más y más lejos. La resaca de las olas lo llevaba mar adentro. Tranquilo. A flote como un corcho. Se dejó llevar por las corrientes que le condujeron al lado contrario de la cala. Empezaba a estar cansado y aterido. La boya seguía allí. Se sumergió. Se impulsó con los pies. Abrió los ojos y bajo la superficie iluminada por un nuevo rayo vio la base de la boya. Una cadena gruesa cubierta de lapas y algas la anclaba a la arena. Emergió. La abrazó y respiró, varias veces hasta recuperar el resuello. Respiró varias veces más. Se sumergió, bajó al fondo agarrado a la cadena. Los eslabones se perdían en la arena. El fondo estaba más tranquilo. Aprovechó la fuerza que le devolvía a la superficie y sus propias fuerzas para descubrir el ancla. Tiró. Con poco éxito. Volvió a la superficie. Respiró entre los valles de las olas. Se volvió a sumergir. Tiró de los eslabones. La arena se movió. Tiró otra vez y de la arena surgió una forma humana. La imagen se paralizó. En el hombro  izquierdo un tatuaje como el suyo. En el costado izquierdo, una cicatriz como la suya. en la muñeca su misma pulsera. No podía más. Volvió a la superficie. Los eslabones de la cadena se le enredaron en el tobillo. Poco aire. Pocas fuerzas. El final estaba cerca en su cala favorita donde había almacenado muchos de sus mejores recuerdos. le estallaban los pulmones. un movimiento rápido del pie lo liberó. Tomó aire. Golpeó la boya y se impulsó hacia la orilla. Nadó hacia la cresta de una ola que lo devolvió a la playa. Luchó contra la resaca y salió. Los rayos se alejaban. Tiritaba. Subió a una roca al amparo del viento. Se acurrucó y se durmió. Por la mañana el cielo límpido, el mar en reposo, la arena llena de algas y de restos. En medio de la playa la boya sin la cadena..Bajó al agua y buscó la cadena. No estaba. Se vistió y regresó a su casa. Era un día despejado. No necesitaba encender la luz.

miércoles, 5 de septiembre de 2018

MARCOS

Marcos fue uno de los cuatro evangelistas. Pero no es de él de quien trata esta historia.
Una casa antigua de dos plantas en medio del bosque.Un tejado a dos aguas de pizarra. Un porche que nunca nadie usó colgado sobre la fachada principal de la finca. La hierba ha invadido el jardín. No se reconoce la senda de piedras que como las manchas de una jirafa jalonaba el jardín desde la puerta hasta la sala de juegos. El columpio está oxidado. Una de las cadenas en el suelo. El manzano se ha secado. En el lugar de la higuera decenas de esquejes que compiten por la luz. Es un otoño temprano. Ha llovido los días anteriores. en las umbrías crecen las primeras setas. No ha metido el coche en la cochera. Ha preferido dejarlo en el rellano de delante de la casa. Unos cuatro metros que camina hundiendo en el suelo hojas secas mojadas.Las hojas se pegan a las suelas de sus  zapatos. Gira la puerta del jardín mientras mira la puerta principal en el porche. Nunca la han forzado. Se detiene en el porche. Mira de arriba abajo. Turbulencias en la parte alta de su vientre. Algo parecido a una náusea pero más leve más cercano al pavor que a la indigestión. En realidad no hace tanto tiempo. sube los tres peldaños evitando la losa que se movía. Se lleva la mano al bolsillo tanteando en busca de la llave. No está. La ha olvidado. El viaje ha sido en balde. Casi lo prefiere. Al girar El fondo del bolsillo tintinea. Vuelve a meter la mano. Está donde había estado siempre. Una vuelta de misterio. la llave a la cerradura. El giro. La puerta chirría como ya lo hacía. Abre la puerta. Sale una vaharada de humedad. Un abrazo de una casa que ya no palpita. Silencio. Fuera de algunos ruidos de dilatación de traviesas de muebles. Silencio vacío. Frío. No un silencio lleno cuando llegaba de madrugada procurando no interrumpir el sueño de sus moradores. Telarañas. En las esquinas cacas de ratón. Da al interruptor de la luz. No hay luz.pasa a la derecha al comedor. Sube la persiana que se atasca a la mitad. Abre la ventana que deja entrar la luz del final de una tarde nublada. Luz mortecina tamizada por nubes grises. Cuando se junten la tarde y la noche lloverá. Puede olerlo. Vendrá un viento húmedo suave heraldo de la lluvia y lloverá. Se sentará en el porche y olerá la lluvia en su jardín descuidado. El olor de la lluvia, la humedad, el tomillo y el espliego. Pronto. Pero de momento la luz ha llegado al salón. Hoy dormirá en el sofá. Aprovechará la hora de luz para poner un poco de orden. Adecentar su entorno más cercano. El sofá de piel. La butaca. Se tumba y lo siente como lo sentía. El abrazo no ha cambiado. Como sentir el vientre de un gato. A punto de dormirse. Casi se duerme. Está cansado de un viaje largo. La pared de enfrente. el televisor se lo llevaron, pero los cuadros, los retratos y las fotos de distintos tamaños y colores no están. Lo mismo ocurre con los portarretratos de la mesa del rincón. sólo quedan los marcos, cada uno en su lugar, huecos transparentes a la pared o el fondo de la habitación. Marcos vacíos. Todos. Fotos. Cuadros. REtratos. Escenas recuerdos. Imágenes suspendidas en tiempos vividos. No están. Al fondo la pared. O el espacio vació del salón. Se levanta. Está oscureciendo. Recorre el pasillo , A un lado y otro marcos vacíos. En las habitaciones. Los portarretratos también huérfanos en su lugar. Baja corriendo la escalera. Se trastabilla y cae. se conduele. Sale de la casa. Ha empezado a llover. Al otro lado del jardín un cobertizo que se usaba de trastero. Un relámpago ilumina la escena que pasa del plomo al blanco. Abre el trastero. En la esquina una caja de plástico. El tejado de madera aguanta el chaparrón que crepita sobre su cabeza. Ahí esta. Le quita un par de enseres que tiene encima. La abre. Una caja de galletas de mantequilla de hojalata. Dos montones enlazados con una goma. NO llega a quitar la goma. papel de fotografía vacío. papeles en blanco. No desvaídos por el desgaste de los colores o el blanco y negro. Las antiguas mantienen sus grietas, sus mellas en las esquinas pero sin imágenes. Ninguna. papeles blancos. Las introduce en la caja. Cierra la tapadera de hojalata. Cierra la tapadera de plástico. Sale del cobertizo y lo cierra. El chaparrón ha sido corto pero al caminar chapotea en los charcos. Sube los escalones Se descalza. Vuelve a mirar los marcos. Entra en el salón. Cierra la persiana. Deshace el camino. Cierra la puerta. Se calza. Regresa al coche y sin mirar atrás se marcha. En el pueblo hay un hotel. No sabe si tiene ganas de quedarse.

domingo, 2 de septiembre de 2018

HIDROMASAJE

El hotel de Salamanca era un cúmulo de buenas voluntades en aras de obtener un cuarta estrella. Sólo buenas voluntades. La papiroflexia habría sido algo más sólido y desde luego más estético. Un collage de un hotel de cuatro estrellas recompuesto sobre unos pisos de vecindad. Sofás de pana y un baño recauchutado, eso sí con una columna de hidromasaje. Detestaba las columnas de hidromasaje. Desde el momento en que pisaba la ducha, la sensación de pisar sobre un plástico hueco le desagradaba. Ssa pisada le encrespaba hasta el último pelo de la nariz. Peor aun el chasquido cuando una segunda pisada posaba el peso sobre la superficie. Se consideró muy afortunado porno tener que ducharse todavía. El inodoro era razonable. No le faltaba más que uno de esos que lanzan un chorro de agua directo al ano para hacerle huir a toda prisa. Pero había hecho una reserva de última hora y la localización del hotel era céntrica. Muy cómoda para visitar en un día o un par de días la ciudad. Respiró muchas veces hondo y despacio, se tumbó y echó una siesta. Era verano. Había olvidado poner el aire acondicionado. Se había levantado empapado, y por instinto llevó la nariz a la axila derecha, siempre la derecha buscando el olor acre que tanto le desagradaba. Puaj. Qué asco. ahora mismo se iba a duchar y poner desodorante. La ducha. No. La columna de hidromasaje. Corrió la mampara ligera sobre un raíl poco preciso. apoyó un pie. Plástico. Apoyó otro pie, plástico frágil Dudaba que aguantase el peso de un hombre de mas de noventa kilos. Cerró la mamapara. Cogió la alcachofa de la ducha, tocó lo que le parecieron mandos, pero no consiguió que saliesen mas que unas gotas absolutamente insuficientes para mitigar el olor de sus sobacos. Repasó todo lo que parecía mecánica. sin éxito. Se dedicó a los dos paneles electrónicos digitales. Pulsó. Y se encendió. Volvió a girar uno de los mandos, dudaba si de un modo distinto al anterior y el agua salió a borbotones. Así sí. Así sí. Cerró los ojos. No estaba tan mal. Los chorros de agua tibia escurriendo por su cuerpo lo estaban haciendo disfrutar.Cuando cambiaba de posición el crujido del plástico le despertó. Cortó el agua y buscó el jabón. A su espalda un dispensador. Echó un chorro y se embadurnó. Cuando terminó  pulsó de nuevo el botón. Salío el agua. Cerró los ojos, pero tuvo que abrirlos porque sintió como si le faltase la respiración. No veía nada. Una niebla blanca cálida y espesa se escurría por cada resquicio. Habría gritado. Pero le daba vergüenza. De todos modos su compañera tenía un sueño muy profundo, de nada habría servido. Estaba entrando en pánico. En un último esfuerzo se controló y atinó a hacer un gesto tan sencillo como correr la mampara. Enseguida la niebla se disipó. Salío de la ducha. Qué gusto pisar el mármol del suelo. Frió, firme, sin quejidos a cada pisada. Se secó, se olió el sobaco de nuevo. Nada que ver. Na da que ver. Volvió a olerlo, ahora sí con delectación, y eso que aun no se había echado el desodorante. Caminó decido por le pasillo de dos metros que le llevaba a la cama, donde su compañera seguía dormida. Distinguió en la media luz de las cortinas echadas su cuerpo acostado de espaldas. Bajó la sábana, le descubrió la nalga la azotó. con el chasquido más que el dolor, se dió la vuelta y lo miró. "¿Tú quien eres?" "Se cuela en mi habitación, me azota y aun me pregunta que quien soy- Márchese ya o llamo a la policía" "Señora" "Señorita" "Señorita usted no debería estar aquí" "Es mi habitación. Es usted quien no debería estar, y menos desnudo, y menos con esas pintas en ella. ¿Acaso no se ha mirado en un espejo?" "¿Oiga?" "Que se marche" "Mire esta es mi habitación" "No puede ser yo no le conozco de nada y es mi habitación" "Mire me he metido a ducharme. He manipulado los mandos del hidromasaje. Al principio no ha pasado nada pero después se ha llenado todo de vapor . He abierto la puerta y aquí estoy. Pero me marcho ya. No se lo diga a nadie. Pensarán que soy un sátiro" "Un sátiro no. Lo que es usted es un genio" "No veo ningún mérito" "No hablo de ese tipo de genio, sino los de la lámpara. El vapor, los agujeros de la ducha. ¿NO le parece muy similar?"." No. Para nada, pero la verdad. Me están dando muchísimas ganas de concederle tres deseos" "¿Lo que quiera?" "No. Tenga en cuenta que si soy un genio, soy nuevo. Póngame unos deseos fáciles" "Los más fáciles: Salga inmediatamente de mi habitación. Márchese. Y no vuelva" "Concedido.¿La puerta?" "La del baño o la de la cale" "La del baño" "Le acompaño. ¿Quiere probarse de nuevo con el hidromasaje?" Bueno . Vale. Pero si me ayuda" "Mire debe pulsar aqui aquí y aquí" Se formó un remolino de vapor que absorbió al genio y lo coló por el sumidero del pie de ducha.

jueves, 30 de agosto de 2018

LA AUDIOGUÍA

El monasterio de Yuste está en Extremadura, en la ladera sur de la sierra de Gredos. Se accede desde Jaraiz a cusco de GRedos por una carretera serpenteante entre umbrías de castaños. A mitad de camino un cementerio alemán de algo así como soldados desconocidos. Entre las especies extintas de la comarca están los monjes Jerónimos, la orden monástica más abundante en el siglo de oro. Solo quedan ocho monjes en el mundo, monjas sí las hay en abundancia. Ast quería ir a Yuste. Siempre le llamó la atención que el hombre más poderoso del siglo de oro en cuyo imperio no se ponía el sol eligiese recluirse abdicando de su trono imperial en un convento relativamente modesto sin gran cantidad de lujos. El bosque mediterráneo húmedo le encandila. En el interior coge los tikets y espera las instrucciones de la guía para colocarse la udioguía en la oreja. "Oiga" "Me llamo María" "Oiga María, no oigo nada por este cacharrito" "Le ha dado usted al botón ON" "Pues no. Qué descuido. Ahora sí oigo un zumbidito" "Ve que fácil" "Cuando uno sabe sí" "Vamos a empezar el tour. Unas cosas las explicaré yo y para una explicación más detallada pueden pulsar el número que hay delante de cada zona" "Pulsen el uno y verán la explicación de las columnas" "Sólo oigo un zumbido" "Apaguelo y enciendalo" "Ahora oigo algo pero no lo entiendo" "Señor guarde silencio y esté atento que nos va a hacer perder la visita" "Lo siento" "Ast soy CArlos" "¿Mi amigo CArlos?" "No Ast, soy Carlos el emperador" "Señora guía esto  es estupendo. Una dramatización del emperador" "NO señor sólo se describen los ábsides de marmoles de lo más lato de la sierra" "Ast parece que has nacido ayer, y eso que hoy cumples cincuenta y uno, solo tú me puedes oír" "Coño ¿sólo yo?" "Señor si quiere alguna pregunta espere a que termine la explicación, entonces le daré su turno" "Esta tía tiene muy mala leche. No le hagas caso. Ahora empieza a soltar una sarta de mentiras que se han inventado con el tiempo. Primero me tildan de tragón y borracho. Después se lían a contar todas mis intimidades, que si mi hijo bastardo Juan que debió ser rey en lugar del otro idiota.Que si mi mujer fue un matrimonio pactado pero después quedé perdidamente enamorado" "Pues tiene usted retratos de ella por todos lados" "Y eso ¿Qué tiene que ver con el amor?" "Hombre. Que en cada habitación hay uno incluso en uno la hizo envejecer cuando en realidad murio joven con treinta y ocho años. Eso es muy bonito" "Pero amor no. Amor por la madre de mi Juanito. La reina era una máquina con el trabajo de palacio, con los despachos con los embajadores. Usted sabe lo tedioso que es tratar con embajadores y con obispos. Además tenga en cuneta que antes habían hecho viajes de semans a la intemperie para recibir audiencia, entinces cuando se postraban ante tí, el tiempo no existía para ellos. Primero las adulaciones, después si eran curas las benciones, si no los obsequios, y después la petición a la que creían tener todo el derecho del mundo. Ella me resolvía todo eso y yo a mi guerra y amis cacerías. Bien todo eso se acabó con su muerte. ¿cómo quiete que no la recoradara, pero amor no, desde luego, gratitud, agradecimiento y amistad toda, pero amor...Era mi prima hermana. ADemás la pobre murío al parir a uno de mis hijos" "En algunas cosas no le deja en mal lugar. Dice que era usted aficonado a la tecnología. Hay un cuadro en que le reflejan mirando funcionar unos autómatas. Pero emperador. ¿Qué hace usted por aquí? Debía estar en el cielo. Hizo méritos para ello en sus últimos años" "No lo sé de veras que no lo sé. Por lo menos he podido hablar contigo" "No lo tenga tan claro majestad. Yo tengo mucha, a veces demasiada imaginación. Todo esto puede ser un subidón de mi imaginación. Puede no tener nada de realidad" "No me digas eso. Después de lo que hemos confraternizado" "Y aquí termina la visita. El señor del fondo. ¿Como se llama?" "¿Es a mi? Yo me llamo ast" "ASt no se ha enterado de nada. Espero que su pinganillo le haya infromado más que yo" "Es que no la he escuchado, pero el pinganillo sí estaba bien" "Tendría que venir el mismo emperador para que se dignase a escuchar" "Sí el mismo" "...."

PATATAS FRITAS

"Chica. Lo que me ha costado sacarte a tomar el aperitivo" "Hace tiempo que no salgo" "Tú, la reina de los aperitivos y los tardeos y hace tiempo que no sales" "Algún tiempo. La gente cambia" "No. Imposible. Tú no. No lo creo" "Y he venido porque eres tú y me has insistido. Ytampoco te miento si te digo que ya me estoy arrepintiendo" "No me gusta ese tono. No sabes cuanto me alegro de que estés aquí.Sientate que tienes muchas cosas que contarme y estoy deseando oírlas" "No muchas cosas, y la verdad no me apetece contarlas" "Chica ¿Qué te ha pasado? ¿Tú? La que decía: mi vida por un chisme. Nada que contar. Nada" "Nada que me apetezca contar" "Eso es otra cosa. De eso ya me encargo yo""¿De qué?" "¿De qué va a ser? De ablandarte muchacha, para que largues. Las cosas no deben quedarse dentro. Hay que dejarlas ir. Si tuviste problemas con algún noviete, pues adiós y ya está, dos lagrimicas y al siguiente" "Me peleé con mi novio" "Cuéntamelo.¡Te fue infiel!" "¡No!" "Entonces le fuiste infiel tu!" "Que no. Que no te voy a contar nada" "No te pongas así, pero que sepas que soy tu amiga y puedes contarme lo que quieras y yo sólo guardaré silencio" "Vale. Gracias por respetar mis silencios" "Camarero, dos cañas y unas pataticas fritas" "¡No!" "Ya no bebes. Entonces traigale a ella un biter Kas" "No quiero un bitter Kas. Me puedo tomar la caña" "Camarero entonces traiga la caña" "No abras la bolsa de patatas por favor" "¿Te parece que no están buenas?" "¡No las abras!. ¿Hay que decirlo todo?" "No te pongas así. Nos cambia la bolsa y santas pascuas" "No quiero patatas" "¿Estás a dieta?" "No. No quiero patatas fritas de bolsa" "Antes te gustaban. Te las metías en la boca y cerrabas los ojos del placer que te producían" "Y seguramente me siguen gustando" "¿Entonces?" "Salgo en ellas""¿Que sales en ellas? ¿Te han contratado para ser su imagen. Mira que no estás mal, pero como para hacer anuncios no estás" "Salgo en las patatas""Estás de broma" "¿Por qué crees que llevo sin salir todo este tiempo? No es una broma. Venga.Ábrelas, pero tapalas un poco con el bolso que me da mucha vergüenza" "¡Coño ! A ver. Esta sí, esta también. Tu rostro está en todas y cada una de las patatas, y ninguna igual a la otra. Además no sales nada mal. ¿Y por qué te han elegido a ti como imagen de sus patatas?" "Yo no tengo nada que ver" "Mujer algo tendrás que ver. O tendrás un sosias que es el que se está llevando la pasta" "Tampoco. LLamé a la empresa para mostrar mi queja. Y me dijeron que no" "¿Que no?" "Ni siquiera disponene de la tecnología para imprimir imagenes en cada una de las patatas y menos con esa calidad. Ellos solo fríen las patatas, no hacen una masa y le dan forma como otras marcas. Me piió una foto de algunas. Se la envié.  Me mandaron fotos de bolsas recien abiertas, y todas patatas impolutas, sal cicatrices de fritura y un aspecto muy  apetitoso.Me invitaron a revisar el proceso de producción. Y en efecto las patatas salían absolutamente limpias. Le pedí si podía abrir una recien hecha de lante de ellos. La abrí. Y allíestaba yo en una postura distinta en cada una de las patatas. Y así en cada una de las diez bolsas que abrimos. Pensaron que era una broma , que yo era algo así como el mago pop, como les dije que no, insistieron y me invitaron a marcharme" "¿Y qué hiciste?""No salir de aperitivo, y si salgo procurar no tomar patatas" "No es tan grave" "Claro , te podía pasar a ti" "Tengo que marcharme. Pero tenemos que vernos el viernes que viene a la hora del aperitivo. No me digas que no. No pediremos patatas" "Si es así"

"Chica qué contenta que te veo hoy. Camarero dos cañas y dos marineras" "Pide también una bolsa de patatas" "Pides patatas" "Ya no me pasa lo de las caras. Fue estupendo verte" "Me alegro" "No he parado de tomar patatas fritas toda la semana para celebrarlo. Abrelas que les eche un poco de limón" "No sé. ¿No podríamos tomar otra cosa?"