sábado, 14 de octubre de 2017

EL PERRO

Están arañando la puerta. Trata de abstraerse, pero siguen raspando suavemente. De forma rítmica. Raspan y paran. Es más complicadio olvidarse. Está cansada. La han pillado en el momento justo en que ha llegado de trabajar, tiene hambre pero está tan cansada que no sabe si le apetece más descansar o comer. Justo en el momento en que la balanza se había decantado por el descanso han comenzado  los ruidos. Sale descalza. Abre la puerta. No hay nadie. Mira al suelo y sí hay algo. Un perrom, un bichón . Está sentado. La mira con los ojos negros profundos. Mueve el rabo hacia los lados. Agita el felpudo de su cola. "¿Te has perdido?" El perro permance apoyado. "Pasa" El perro la sigue. "¿Tienes hambre? toma un poco de pavo frío. Qué rápido comes. Ten un poco de agua. Me gustaría saber tu nombre. No me lo vas a decir. Te llamaré Peluchín. si no te reclama nadie no te preocupes vivirás conmigo" SE agacha y el perro le lame los dedos. Es una sensación de humedad cálida agradable. Suena el timbre. Ahora tiene hambre. le gustaría cocerse un poco de pasta. Son casi las cinco y no ha comido. Por la mirilla ve un hombre calvo con barba. No le suena la cara. Vuelve a llamar. Se le nota que le ha incomodado que miren por la pequeña lente sin abrir. Llama una vez más. " Un momento. Ya abro" A sus espalda ve el hocico del perro husmeando.  Agacha el rabo entre las piernas y desaparece en la cocina. "Buenas tardes señor . ¿qué desea?" Detrás del hombre a un par de metros apoyado en el hierro de la barandilla de la escalera un niño con el pelo muy rapadao, con las piernas cruzadas y girandolas. Mira de reojo malencarado arqueando las cejas. Los ojos húmedos de rabia. Se chupa el dedo gordo. "No habrá visto un perro blanco por aquí. Un cachorro lanudo. El niño estaba jugando con él y se ha escapado" El niño la mira enfadado. No para de mover el pie. "No . Yo estaba en casa descansando. he llegado hace un rato de trabajar" "Mi hijo insite en que estaba jugando y se ha dirigido a esta puerta" El niño la mira inquisitivo. Tiene los ojos negros como los del perro, pero sin un rastro de bondad. Una mirada inquisitiva y amenazante. "No. Estaba acostada. Y no" El hombre se vuelve al crío "La señora dice que el perro no está aquí" El niño agacha la cabeza frunce los labios. Da un patada contra el suelo y agita la cabeza a derecha e izquierda negando. "Vamonos a casa" Ella teme que el perro pueda salir, pero habría salido antes a buscar a sus amos. No se lo va a a entregar. Pero si son vecinos nuevos tampoco podrá ocultarlo mucho tiempo."¿Son ustedes nuevos en el bloque?" "sólo estaremos unos días. Estamos de paso en la ciudad, apenas un par de días. Mañana nos vamos" "Papá ¿y mi perrito?. Quiero jugar con él. Tengo que ponerle los pendientes" "Al diablo con tu perrito. Si se ha escapado que tenga suerte. Lo más probable es que lo haya atropellado un coche. Una molestia menos en casa. Andando. Buenas tardes"  Se le ha pasado el hambre, pero calienta un poco de agua y hierve pasta de cocción rápida , un poco de tomate y un poco de queso rayado. El perro se acerca a sus pies y se tumba. Le mira puntos rojos y negros en las orejas. Tiene las orejas perforadas en varios puntos. Algunos hematomas en la piel rosada del lomo "Pobrecito. Pobrecito"  Se gira y le ofrece el vientre rossado a su nueva dueña "Tendrás que aguantar hasta mañana sin salir. Te quedarás en la habitación del fondo. Si ladras no te deben oír. Pasado iremos al veterinario. Cuando deja de acariciarle el vientre abre las cuatro patas en equis y apoya el hocico en el suelo. "Pobre"

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