lunes, 16 de octubre de 2017

EL GATO

¿Un gato o un perro?. Una mascota. Llegar a casa y sentir algo de calor. Revestir el piso de pinceladas de hogar. Un perro: fidelidad compañía, afecto y dependencia, sumisión. Un gato: Gallardía, independencia, afecto distante. Pero un perro debe salir a pasear, y ella a veces llegaba a casa muy cansada, o  le apetecía salir hasta la madrugada en lugar de pasear al animal. Un gato se apaña solo. Si quiere salir sale, si se quiere quedar se queda. Un gato. Era una decisión firme. No le seducía comprar un animal.Una adopción de una gato sin familia, pero pasó por una tienda. Un siamés. De ojos grises claros. La miró a través de la mampara de cristal.Le mantuvo la mirada.Siguió. Se volvió y el gato la volvió a mirar. Aunque el cristal no trasmitía sonidos vió el gesto de su maullido. Entró emocionada, tanto que no pudo rebajar . Compró además un transportin y pienso. Desde el principio se adaptó a su terrario. Se pulió las uñas en la columna de cuerda. Cuando llegaba a casa cansada el gato aparecía por el salón. Se sentaba junto a ella y la miraba continuamente. Cuando se acostaba se acercaba sigiloso y se posaba a los pies de la cama. Era una sensación familiar. Unas semanas después llegó a casa cansada. Se fue directa a la cocina a preparar un sandwich. Cuando regresó el gato estaba tumbado en su butaca favorita. Intentó sentarse en ella. Pero el gato no se movió,le mostró los incisivos y  maulló amenazante. La miró. Con la mirada fija de la tienda que ahora le pareció fría. Se puso en el sofá . Cenó despacio sin perderse de vista mutuamente. Ese fin de semana organizó una cena con amigos. cuando llegó el gato estaba tumbado en la butaca. Lo echó. El gato protestó y le lanzó un zarpazo que no la alcanzó. Enfadada le cogió la piel del lomo y lo echó a la galería donde tenía su terrario. No se erizó. Se quedó quieto sentado y la miro con atención. Preparó la cena. Sus amigos llegaron. Comieron y bebieron. Pusieron una serie. En la penumbra y el cansancio, una de sus invitadas se perdió con sigilo en la casa, unos instantes después la siguió otro de los invitados. Los otros sonrieron. Diez minutos después los dos amantes clandestinos empezaron a gritar y salieron corriendo desnudos al salón donde estaban sus amigos. El sangraba por la espalda donde se seguían de arriba abajo las marcas de las garras. Ella tenía un desgarro en el pecho izquuerdo. La dueña se levantó. Entró en su habitación. En la oscuridad vio el reflejo de los ojos del gato. Encendió la luz. La cubierta de la cama estaba manchada de sangre. Colgando de un colmillo un trozo de piel. La miró. Desafiante. quiso darle un manotazo. Sintió el escozor de las garras que desgarraron la piel de su mano. Extendió la otra lo cogió del pellejo de la espada. Cerró la ventana por la que había salido de la galería y lo volvió a encerrar. Regresó al salón. Sus amigos se habían vestido. Estaban en pie. Se marchaban. Ella se disculpó y ellos le dijeron que no se preocupase. Se quedó sola y lloró. REcogió y cada vez que se acercaba a la puerta de cristal el gato la miraba. Cambió la colcha manchada. No se atrevió a dormir en la habitación aunque comprobó que la ventana estaba cerrada. Se llevó una manta y se acostó en el sofá. No soportaba el silencio. Puso la teletienda.. Entre sartenes se durmió. La despertó un maullido . Sintió frente a su rostro el aliento del gato. La miraba fijo. cuando despertó le lanzó un zarpazo al ojo. Le rasgó el párpado.Temía aquel animal, pero lo odiaba. Quiso cogerle el cuello, aplastar a un ser débil. El gato saltó al otro sillón. Se levantó deprisa. La manta se le enredó entre las piernas. Se trastabilló de espaldas y se golpeó la nuca con la mesa de travertino.
Tres días después sus amigos extrañaron su falta y la ausencia de respuesta a sus llamadas. De la puerta salía ya el hedor de un cuerpo en descomposición. Llamaron a la policía. La encontraron morada e hinchada en el salón. en la galería el pobre gato ya sin alimento y agua en un día tan caluroso. A ella la incineraron. El gato lo pusieron en adopoción en la web de una protectora. Una familia con niños pequeños lo adoptó. El gato miró a la niña más pequeña encantado de conocer a su tercera familia.

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