domingo, 1 de octubre de 2017

Democracia. Queremos votar.

Era una urbanización de lujo, exclusiva de la periferia de una gran ciudad. Las zonas comunes, los colegios habían sido muy bien tratados por muchos de los gobernantes que de hecho vivían allí. Hacían fiestas alrededor de la piscina  cuando hacía calor o en las enormes cocheras cuando hacía frío. Era fácil hablar con los amigos. A veces discutían, porque cada uno tenía sus propias ideas, pero había algo en lo que siempre se ponían de acuerdo. Junto a la suya, otra urbanización que en realidad era más antigua, de hecho ni siquiera era una urbanización, sino un pequeño pueblo. Los tejados de tejas, los porches de madera, algunos incluso conservaban un pequeño huerto que abonaban con las boñigas o ls cagarrutas de sus animales. Siempre lo habían hecho así. Tomaban agua de un nacimiento del pueblo, en parte se canalizaba a las fuentes y el resto se conducía por una alberca para regar los huertos.Huertos de los que los habitantes del aurbanización de vez encuando sisaban alguna fruta o alguna verdura Esa aldea era el motivo del acuerdo de los de la urbanización. Una lástima que no hubiesen querido vender, y mira que la oferta fue generosa, mira que les presionaron con lo del  plan parcial, pero nada, a ellos les gustaba como vivían y nunca se quejaban de sus ostentosos vecinos que habían llenado de muros sus jardines. En cada reunión los urbanitas se quejaban un día de los olores, otro de que los niños del pueblo, pésimamente vestidos, sin conocer las normas de protocolo de la urbanización, venían al colegio, hablando en un lenguaje que se les antojaba antiguo, poco cool, lleno de palabras trasnochadas, otro del ruido de sus coches para la chatarra, poco ecológicos, un grave atentado contra el cambio climático, y además, y ahí se hizo un ohh muy grande, a uno de los chicos lo habían visto dar en el patio algunas chicuelinas. Eso era demasiado. Exigieron la expulsión de un muchacho tan apegado a la violencia. El director apercibió al muchacho, pero explicó a los padres que noe ra ningún delito, no había agredido a nadie. A un toro dijo alguien. No había ningun toro replicó el niño. Lo sé le dijo el director al oído, pero lo expulsó una semana. y que no se vuelva a repetir. Al oído le dijo que no se preocupara que le mandaría los ejercicios y los temas por correo electrónico. Que de mayor lo entendería todo. El final de la primavera habíasido muy caluroso. En la asamblea antes del verano. Tocaron varios temas, los impagados, la subida de las cuotas, que generaton grandes discusiones, pero cunado se trató el tema de la aldeavecina, tan descuidada con sus olores, el acuerdo llegó a la unanimidad. Recogieron firmas para llevarlas al ayuntamiento para que clausurara esas explotaciones por insalubres, algunos vecinos que tenían hermanos o primos d peor fortna en el pueblo se resistieron a firmar, pero otros la mayoría firmaron muy a gusto. Unos cuantos vecinos no abrieron la puerta y dos o tres no firmaron. El alcalde les dijo que no había nada que hacer, que hablará con ellos, pero ellos estaba antes y no habían modificado su estilo de vida. A fin de junio se reunieron en asamblea extraordinaria, un abogado, vecino nuevo, dijo mirando por el rabillo del ojo a una vecina de muy buen ver que el problema había que solucionarlo democráticamente. La democracia levantó el interés de los asistentes. síu debemos votar democráticamente si queremos que los echen, de su pueblo por insalubre, así además sus derechos e agua pasarán a nuestra urbanización. Fueron al alcalde. El alcalde le dijo que ese referendum no era legal. El abogado le dijo que sólo había venido a preguntar, que como no tenía opción que lo iban a hacer. El alcalde les dijoq ueno quería líos que por qué no votaban los otros vecinos a los que querían echar. Le dijeron que porque no eran de la urbanización. Pero están antes y las tierras y el agua son suyas. Era igual iban a votar democráticamente para echarlos. LLegó el día de las elecciones. La guardia civil intentó entrar a la urbanización pero le cerraron las puertas. Se votó. Y el sorprendente resultado fue sí, que se debía expulsar a los vecinos. Lo comunicaron al alcalde que les dijo que eso no tenía ninguna base legal. Le dijeron que era un traidor y un fascista por no entender que ellos querían votar. Se fueron al colegio y sacaron de sus clases a los niños del pueblo vecino y lode dejaron bajo la lluvia a la puerta de la urbanización. Por la noche las paredes aparecieron llenas de pintadas. Fuera Fuera sucios y  malolientes. Destrozaron los huertos y echaron los animales muertos al agua. Los vecinos presentaron una denuncia. El alcalde les dijo amedrentado que nada podí hacer. Al día siguiente llevaron a sus hijos al colegio y les negaron la entrada. Insistieron y se la volvieron a negar. Fueron a la ciudad. Y denunciaron en el juzgado. Los cabecillas de la conspiración fueron detenidos por la guardia civil manda por el juzgado, condenados a pena de carcel y a pagar las costas de los daños y el procedimiento judicial.

No hay comentarios: