lunes, 31 de julio de 2017

EL TERMÓMETRO

"Doctora. ¡qué ganas tenía que viniese!" "Aquí me tienes" "Doctora. Tengo un buen trabajo en un banco. Tengo amigos estables de toda la vida. Voy aseado. Quiero a mi mujer y a mis hijos. ¿Cree usted que doy el perfil de un enfermo mental?" "Eso es que lo que me han pedido que averigüe. Pero sí tiene usted muy buen aspecto" "Y aunque estos dos policías, por cierto muy amables, me acompañan he venido voluntariamente" "Eso está muy bien, pero ha mediado una decisión judicial" "Sí. Si no se ve globalmente, he causado daños" "Veamos. Me dicen que ha entrado usted por la rampa del Parking de este Hospital. ¿Sabe como se llama este Hospital?" "Doctora la Arrixaca, y el rey Felipe sexto, y es uno de agosto, y el presidene de España es Mariano Rajoy, y mireia Belomnte ha gando varias medallas, estoy orientado en las tres esferas" "Me alegro que haga usted parte de mi trabajo. ¿Es cierto que entró con una máquina excavadora por la rampa, dañando varios coches en su camino y que la emprendió a golpes con el reloj vertical que hay o mejor dicho había junto a la pasarela de este hospital" "Claro que es cierto, pero no es un reloj, ni un termómetro" "Entonces sí que robó" "Tomé prestado" "Esa máquina tan pesada y la emprendió a palazos con el reloj" "Como le he dicho no era un simple reloj" "Y ¿qué le lleva a un hombre ordenado en todas las esferas de su vida, como usted mismo se ha definido, a cometer un acto tan...inusual?" "Acérquese" "Sí" "He salvado el mundo" "Explíqueme. Eso me interesa" "¿Me cree?" "Dígame no soy una jueza. Soy una psiquiatra y estoy aquí para ayudarle" "Se lo agradezco. Veo  que puedo confiar en usted. ¿Ha oído hablar del cambio climático?" "Claro" "Eso de que los polos se derriten por culpa del calor de los tubos de escape sobre todo de los diésel y los humos industriales y que en unos años el nivel del mar subirá y anegará todaslas ciudades costeras y el interior se convertirá en un desierto. Lo había oído¿ verdad?" "Claro. Cada día. ¿Usted cree en el cambio climático?" "Claro. No ve usted. Cada vez hace más calor en verano y los inviernos son más tibios""Exacto. Pero me he perdido. Eso qué tiene que ver con que entre usted con un bulldozer a derribar un termómetro" "Acérquese de nuevo. Se lo diré al oído" "Lo que no es cierto es la causa del cambio climático. No son los combustibles fósiles" "Entonces" "Ese reloj no era un reloj , sino un termostato. en los meses de invierno llegó a 50 grados y hacía frío" "¿No cree que pudo ser una avería?" "No. Eran ensayos. Nos van a freír a todos" "¿Quien quiere cocernos perdón feírnos?" "No se aleje. Hay micrófonos por todas partes. Los coreanos" "Pero ellos también se freirán" "No. tienen trajes especiales para toda la población. Cuando tengan perfeccionado el sistema para activar el calor del centro de la tierra, nos cocerán a todos. Y después conquistarán el mundo. Un mundo amarillo. se imagina. Y todos desapareceremos y ese KIng John ha construido una especie de arca de noé en su pais para conquistar un mundo devastado, Los he descubierto. He encontrado mensajes encriptdos en internet y he actuado" "¿Y por qué no lo ha dicho a las autoridades?. Tenía pruebas" "¿Quien cree que  me creería?. He actuado, he destruido su arma de destrucción masiva y estoy orgulloso" "Lo que ha hecho no es muy grave, no creo que llegue a la categoría de delito, pero tengo que dejarle ingresado. ¿toma usted drogas?" "¡¡No!!" "¿Alcohol?" "Abstemio. No me cree" " Se pondrá bien. Enseguida empezamos con la medicación"

Akiko Ono una de los mejores endoscopistas de la Arrixaca sale de endoscopias a la hora de comer Akiko es Uruguayo japonesa pero lleva con nosotros más de diez años. Va con Elena Iglesias " Anda akiko. Están reparando el termómetro que el loco ha tirado esta mañana, y fíjate, son japoneses los que los están instalando" "Eso no son japoneses. Son coreanos. Los coreanos y los japoneses no se parecen en nada"

domingo, 30 de julio de 2017

LLUVIA DORADA

"Buenas tardes, Avelina" "Buenas doctor" "Cuénteme qué le pasa" "..." "No tenga vergüenza.Soy un urólogo muy experimentado. Seguro que lo que me cuente es algo mucho más común de lo que piensa. Ninguno somos tan especiales" "Por eso he venido a usted, porque tiene muy buena fama. Me tranquiliza no ser tan especial" "Bien. Bien. Dígame" "Mire" Oiga que yo soy urólogo. Un urólogo no es un médico de los pies, me dedico a ...la colita y...lo que no es la colita. Los piés no. Eso el podólogo o el traumatólogo. El doctor de Prado la atenderá fantásticamente" ""¿No ha visto esas quemaduras?" "Tampoco veo quemaduras señora. El médico de familia o el dermatólogo" "Lo de menos son las quemaduras de mis pies" "Entonces por qué me las ensaña" "Porque me las he hecho en la ducha" "No comprendo" "CReía que  me lo iba a poner más fácil ¿Quiere que se lo explique todo?" "Se lo agradecería. Confieso que estoy un poco perdido" "¿Usted no ha orinado nunca en la ducha?" "Eh ..." "Es igual. Ysí.Cuando voy a ducharme, sé que es una cochinada pero me da un gusanillo...que no tengo más remedio que soltar una meadilla" "Bien . Mucha gente lo hace. Pero ¿Qué relación guarda con las quemaduras? ¿Una alergia?" "¡¡¡NO!!!. Cuando empecé a mear, las salpicaduras me quemaron. Menos mal que tenía la ducha encendida. Y no sólo eso me ha dejado el plato de ducha completamente picado" "Tendrá una infección de orina. La sensación de quemazón al orinar se explica por eso" "No. No. No es sensación. En cuanto mi orina sale es corrosiva. Que tengo que cambiar el plato de ducha" "Le tomaremos un cultivo" "Que le he dicho que no es una infección" "Y la analizaremos a ver de qué se trata" "Tome estas dos duquesitas" "No parecen muy resistentes" "A la salida de la consulta tiene un baño. Cuando esté le dice a la auxiliar que la pase".

"Doctor" "Dígame" "La paciente anterior me ha dicho que le de esto" "Plastico fundido" "Dice que son las duquesitas" "Que tía más rara. Ten dale esta bacinilla. Me tiene intrigado"
"Disculpe doctor. Le he dejado la taza hecha un cristo. NO le he hecho un agujero por muy poco" "Sí es un caso grave" "Lo voy a enviar a a analizar. De momento sé que es una solución fuertemetne ácida con un pH menor de 1" "Qué puedo hacer mientras no están los análisis definitivos" "Los tendré mañana, pero mientras, tome mucho bicarbonato. Pruebe hasta que sea menos corrosivo e hidratese bien " "Eso ya lo he probado cuanta más orina peor"

"Buenas tardes. Ya tengo los resultados" "¿Y qué?" "Tiene usted razón. NO hay nunguna infección. De hecho ningún germen podría vivir en una orina con un pH tan ácido" "¿Y?" "Su orina es ácido clorhídrico puro" " ¿Y qué puedo hacer doctor?" "Su desorden metabólico puede que se pase en unas semanas" "GRacias a Dios" "O puede no tener cura" "Oh dios" "¿Qué he de hacer?" "El bicarbonato" "No es demasiado eficaz" "Esperar" "Y si no" "Confío que mejore espontáneamente, pero de momento hay cosas que no debe hacer" "Lo haré encantada" "No use urinarios de aviones o de barcos" "Ya lo había supuesto" "¿Tiene pareja?" "sí" "Por supuesto olvídese de la lluvia dorada" "¡Doctor...!" " Y mientras no mejora. ¿tiene amigos con piscina?" Algunos." " Puede ahorrarles un pico en productos para la depuración" "Eso es todo" "De momento sí" "Muchas gracias doctor. Ha sido usted muy amable" "En tres meses nos volvemos a ver ...si sigue siendo usted tan ácida.. je je . disculpe el doble sentido" "Es usted muy gracioso. Hasta la vista"

sábado, 29 de julio de 2017

LA VELA

"Papá se ha apagado la tele. Creo que se ha ido la luz" "Si se ha ido hija. A mi también me ha dejado a medio con el horno" "Mamá el ordenador se ha apagado. Creo que se ha ido la luz" "Sí.Se ha pagado la tele del salón" "¿Cuando va a venir?" "Eso. Esto es un asco. Además el móvil se ha quedado sin cobertura" "Es cierto qué desastre. Sin luz sin tele, sin internet y sin móvil" "Hemos vuelto a la prehistoria" "Y sin cena, la pizza está en ele horno a medio hacer. Voy a ver por la ventana. Ha sido algo gordo. No veo luces en toda la ciudad" "Mamá. No viene. Estoy harto de estar en la cama" "Papá ya no sé qué hacer en la silla a oscuras"
"Yo tambien estoy a oscuras. Llueve" "¿Papá eso son truenos?" "Mamá he visto un relápago" "Papa tengo miedo" "Tranquilos. Esperadme cada uno en su sitio" "Voy a preparar algunas cosas para cenar y nos juntamos" "Cariño. ¿Sabes donde está la linterna?" "En el cajón de la entrada" "Aquí. Maldita sea. No tiene pilas" "Hay una vela en la galería. En el estante superior en el lateral" "Sí aquí está" "Niños. Vamos a cenar" "Bien Pizza" "No, pizza no, que está a medio hacer" "Prepararemos bocadillos a la luz de la vela" "Yo prefiero un sanwich" "Vale. Ya estamos los cuatro" "Unas cerillas y ya tenemos luz" "Se ve muy poco" "Es lo que hay niños." "Papá ¿qué son esas sombras del techo?" "Somos nosotros hija" "Y ¿por qué se mueven?" "Fíjate en la vela" "¿Qué ves?" "Un pequeño fuego" "Exacto. Y el fuego ¿está quieto?" "No. El fuego se mueve?" "Y si el fuego se mueve las sombras se mueven" "Sí. Pero por qué hay cinco sombras" Un rayo se cuela por los resquicios de las ventanas. La luz del rayo hace desaparecer las sombras. Sólo los cuatro rostros que se miran. Un trueno zarandea el edificio. Gotas gruesas repiquetean en el suelo del terrado. Oscuridad. Los ojos tardan en adaptarse a la explosión de luz del destello. Cuatro personas y cinco sombras que se agitan en el techo. "Papá no me has respondido" "Estoy pensando qué puede estar causando esa quinta sombra" "¡La botella que sostiene la vela"  "Eso es muy bien mamá. ¿De qué quieres el bocadillo?""NOcilla" "Yo  también" "Es la cena" "Hagamos hoy una excepción. Nocilla y nocilla" Él se prepara también un sanwich de nocilla. Hace mucho tiempo que no toma uno. De todos modos no tiene hambre. En su infancia tenía pánico a las tormentas. Algo queda. Y esa quinta sombra el movimiento de las otras sombras lo tiene intrigado. No encunetra relación. Ha hecho movimientos sin que los niños se dieran cuenta que no se han reflejado en las formas de las sombras. Y hay cinco. La botella es pequeña y está por detrás de la llama. Quizás son sus  miedos infantiles que regresan, pero ahora es padre, por encima de sus miedos tiene que calmar los miedos de sus pequeños, dibujarles un mundo seguro que amortigua los golpes. La quinta sombra de hecho hace rato que no se mueve. Aunque afuera llueve, adentro con las ventans cerradas hace calor. Sus manos están frías, su cabeza muy caliente. La luz. La casa se llena de pequeños pilotos rojos. "La luz. Ha vuelto. El móvil vuelve a tener señal. Me voy a mi habitación a ver la tele" "Y yo sigo con mi ordenador a ver si mis amigos se han vuelto a conectar" "Niños la mesa" La luz a vuelto. La quinta sombra ha permanecido suspendida unos segundos, quizás unas décimas de segundo más que las demás. La puerta de la salita se cierra de golpe, la de la cocina después y por último la de la calle. "¿Habías dejado abierta la puerta de la calle?" "Que yo sepa no" "¿Has visto algo cuando ha vuelto la luz?" "¿Como qué?" "La quinta sombra ha permanecido suspendida un instante cuando ha vuelto la luz" "CAriño esa sombra era la botella. Ya lo hemos hablado" "¿Y por qué la he visto cuando ha vuelto la luz?" "El destello de la lámpara te ha cegado y ha dejado esa sombra en tu retina. Sólo en tu retina. NO se te olvide sacar la pizza del horno. Terminala y  mañana ya tenemos la cena" "Sí. A eso iba. por curiosidad. ¿De donde sacaste la vela?" "Ji ji ji" "¿Por qué te ríes?" "La robé" "Cómo" "Me la eché al bolso en un funeral. Estaba apagada y había tantas...".

viernes, 28 de julio de 2017

CONCIERTO DE JAZZ

Salió de su apartamento, un semisótano junto al estadio de los Cubs en la West Addison Street. Una vivienda compartida con otros dos estudiantes de Medicina en universidad de Chicago. A las nueve comenzaba la actuación en el local de la calle Lake, un sótano tapizado cargado de moqueta roja y tapizado de madera de roble. En la esquina, el cuarteto de Jazz del que él era el saxo. Al salir de la ducha comió un sandwich con la toalla a la cintura y buscó en la esquina de su habitación su saxo, la caja marrón de piel gastada, la que siempre llevaba  a los conciertos:un fetiche, nunca le había ido mal con ella. No estaba. Una broma o un olvido. Dudó. Quizás la dejó en el club la noche anterior. Recordaba que había bebido demasiado. Confiaba no haberlo perdido. Cogió el que usaba para ensayar. Más nuevo, de mejor sonido pero menos cálido que su saxo. El plástico antichoque de la funda estaba frío. Salió. A la calle. seis escalones renegridos enmohecidos por la humedad. El aire del lago le hizo subirse las solapas. Llevó la mano al bolsillo buscando las llaves del coche, pero no estaban. Regresó abrió el cajón de la entrada y tampoco las encontró. Cogió las de respuesto. En la calle hacia el norte en la calle Wilton había dejado el coche. Caminó contra la brisa helada que depositaba copos que comenzaban a cuajar en sus hombros. Su coche no estaba. Tenía el recuerdo vívido de donde lo aparcó. Miró el suelo buscando la pegatina que indicara que la policía lo había retirado por un aparcamiento deficiente. Nada. El saxo, las llaves, el coche. Llegaba tarde al club. La tercera vez este mes. Corrió al metro. Línea azul en Addison. Comprobó que llevaba algún billete de un dólar. Lo introdujo en la máquina y esperó el tren hacia el sur.  A lo lejos se distinguía la luz de la locomotora. Clark Lake. El tren iba casi vacío. Nueve paradas hasta Clark Lake, en el loop de Chicago. En Division subió un negro de más de dos metros. Se sentó enfrente suyo y miró en su dirección. Hello le dijo y no hubo respuesta. Se aferró al plástico de su saxo y de dejó mecer por las sacudidas del tren. Apenas cinco minutos para recorrer tres manzanas. Cerca de la puerta del club aparacado un POntiac Gris  Marengo con asientos de cuero beis, como el suyo. Miró la matrícula y era su coche. No podía explicar cómo había llegado allí. Debió beber más de la cuenta. Nada recordaba. Siguió caminando. Pasaban cinco minutos de las nueve. Respiró delante del portero del club. Muchas veces se retrasaban con la excusa de la llegada de algún scouter de talentos. Pasó la primera puerta. Le llegó la vaharada de la calefacción del interior. El portero no lo saludó. La asistente del guardarropa no se ofreció a quitarle el abrigo, se lo quitó el mismo y lo dejó en la mesa. Entró en el cuarto estrecho entre cajas de licor que usaban de camerino. en la esquina estaba la caja de piel de su saxo. Entreabierta como él mismo solía dejarla. No quería que nadie la cerrase nunca. Abierta hasta el último bis de la actuación. Se ajustó la pajarita. Sacó el saxo antiguo y caminó por la rampa de madera entre rebotes mate de sus pisadas hasta el salón donde en una veintena de mesas en una penumbra brumosa unas treinta personas escuchaban un concierto que ya había comenzado. Un redoble de batería, tintineo de los platillos y entraba el saxo, su saxo. Y entró. Comenzó a tocar en el escenario. Su gorro, su rostro, sus manos, su forma de moverse. Era él. Tocando. Estaba en el escenario tocando. A su hora donde debía estar. Pero él , el yo del que era consciente acababa de entrar en el local, con su saxo de los ensayos , había venido  porque su coche no estaba, había llegado tarde, pero cuando llegó ya estaba allí, tocando, le encantó escucharse en directo. Se mantuvo en pie en las sombras. Disfrutó con la música. Encontró incluso algo que mejorar. Terminó. Brillante. La gente se levantó y aplaudió emocionada. Amagó una reverencia que abortó a tiempo. Desde la oscuridad, se dio la vuelta y salió. Cogió el estuche de plástico de su saxo, no se atrevió a cerrar su antiguo estuche. Tomó de la percha su abrigo que nadie le dio. Salió a la calle. Nevaba en Chicago. Metió un billete de un dolar en la máquina expendedora y tomó de vuelta la línea azul del metro hasta Addison, Cuando llegó la nieve se arremolinaba. Caminó con cuidado. Se dio la vuelta y vio como con la ventisca sus huellas desaparecían. Bajó los escalones del apartamento. Entró. Se cambió y se acostó. Unos segundos después el sonido de su Munstang aparcando. Las pisadas. Las llaves. Y llegó él que no sabía que ya estaba allí

jueves, 27 de julio de 2017

. Ella (anemia 3ª temporada capitulo 7

No la esperaba y llegó. No era a quien esperaba pero llegó. Una mujer muy hermosa. Decidida se coló en su cripta. Le llamó por su nombre Vlad. Miró por los rincones. No se sorprendió cuando él se alzó ante ella. NO fue amable. Le pidió que se fuera o que se atuviese a las consecuencias. No contaba conque ella quería atenerse a las consecuencias. Las consecuencias la habían llevado allí después de tiempo de meditacion y de lectura obsesiva de los relatos del mundo de ast. Estaba allí. Lo buscaba. Vlad no fue amable, pero suavizó sus maneras y escuchó. Ella lo deseaba. Quería ofrecerle lo que otras, sobre todo una, le habían negado. Él negó y se dió la vuelta, pero se volvió a girar para preguntarle que qué le podía ofrecer que no hubiese obtenido ya. Ella le dijo,con la mirada humillada, que compañía. Deseaba más que nada ser su compañera por toda la eternidad.  El le preguntó si era consciente de cada una de sus palabras. Llevaba meses hilvanándolas fue su respuesta. Quería ser eterna con él. Quiso saber si era por despecho. Ella calló. El no repondió y se perdió en una esquina oscura. Despecho no, desilusión, cansancio de ver pasar el tiempo sin cambios. La eternidad puede llegar a ser tediosa. Lo sé. No lo sabes. Lo sé. Estoy decida. Hazme eterna y seré tuya. Nunca más estarás solo. De nuevo a la oscuridad. Los dedos entrelazados en el gesto de la oración que en Vlad no significaba más que reflexión. No había tenido el valor en momentos de tristeza de acabar con su vida. Acaso acabar con la soledad se le antojó un acontecimiento ventajoso. ¿Estás decidida?. Lo estoy señor. Acércate. Serás mi reina. Lo deseas. Sí, despójame de mi alma. Se abalanzó sobre ella, sorbió su sangre poderosa hasta hacerla desfallecer. Pálida, exangüe aun era más hermosa. La tomó en brazos. Bajó a la cripta adorando su belleza inerte. Su corazón no latía. En la cripta dos tumbas. La acomodó en una. Se agachó, escuchó el silencio de sus labios. Le acercó su cuello y el cadáver volvió a la vida. Sorbió. Sorbió. El sonrió. Sintió un placer nuevo al ofrecer su sangre. Se separó. Vio su pecho turgente volver a palpitar. Sintió el frémito de la sangre que empezaba a devolverla a la vida eterna de los muertos. Sintió cansancio después del placer y se tumbó junto a ella. Sus cuerpos se rozaban en silencio. Cinco días yacieron juntos. Cinco días y cinco noches en que se consumó la transformación de ella. La sexta noche la levantó. Le ofreció un nuevo sorbo de su sangre, pero no la dejó que se saciase. Tocaba cazar. Volaron juntos bajo la luna menguante. Se perdieron entre las nubes antes de abatirse sobre un botellón de una discoteca poco antes que comenzase a amanecer. Libaron sangre ebria. Volaron y jugaron por encima del mar. Regresaron a la cripta un instante antes que saliese el sol y en la oscuridad se amaron como sólo lo pueden hacer los vampiros. Vlad era feliz. La eternidad se hizo más liviana. La rutina se tiñó de colores vivos. Deseaba el sueño diurno para buscar el contacto de los cuerpos. Le emocionaba su entusiasmo. Su compañera. Hasta que un día poco a poco o quizás de repente ella dejó de sonreir. Evitaba salir de cacería. Se deterioraba. Vlad tenía que traerle sangre o darle la suya propia porque su cuerpo muerto se consumía No recuperó la alegría. Le preguntó qué le pasaba y sólo respondía alzando los hombros. Un día regresó. Casi amanecía. Se ocultó en la cripta. Buscó su contacto pero ella no estaba. Arriba escuchó un quejido un instante. Olió a azufre y después silencio. Sabía qué había ocurrido. Por la noche subió. La ventana estaba abierta. Frente a ella en el suelo un montón de ceniza todavía templada. En una silla un papiro donde pudo leer de la letra de ella que si la vida se le había hecho insufrible, la eternidad era un condena mayor. Cerró la ventana. Tomó la forma de lobo y aulló en el bosque. DEsgarró gargantas de cuantos animales y humanos se cruzó, pero no bebió ni una gota. Ella le había señalado un camino que él no iba seguir para terminar con la eternidad. La vida, aun la vida escuálida de un muerto le atraía demasiado

martes, 25 de julio de 2017

SINDROME POSTVACACIONAL (PROPOFOL 3)

"Bueno días señor. ¿Como está?. Soy el Dr Belmonte, su anestesista. Sabe a qué ha venido" "Claro. A pasar mis vacaciones" "Y donde ha elegido usted ir de vacaciones" "A Nepal. quiero hacer excursiones por el Himalaya. Me he documentado mucho" "Ah muy bien. ¿Cuanto pesa?" "ciento.....veinte kilos" "¿Y su altura?" "Casi uno setenta. Estoy un poco gordo, pero cuando sueño estoy más estilizado, llevo semanas preparándome" "Ha hecho muy bien. Bueno sabe que le vamos a poner el propofolneovip que se ha introducido hace un año. Hace unos treinta años cuando comenzó a usarse, producía un sueño muy plácido en los pacientes que tenían que ser sedados, que incluso, al despetar pensaban que habían dormido muchas horas. A alguien se le ocurrió mejorar este efecto y lo ha conseguido. En su sueño va a tener unas vacaciones absolutamente reparadadoras. ¿cuanto tiempo?" "Un mes" "Bueno pues para la cena está usted en casa con su mes de vacaciones disfrutado. Ya nos cuenta como está el Everest" "Gracias doctor"

"¿Cómo ha ido todo?" "Sí. Ah. My bien doctor. Aquello es maravilloso . Se lo recomiendo. Una experiencia vital. He subido el Everest dos veces sin oxígeno, como Killian Jornet" "Sí, lo mismito" "¡Qué maravilla!" "Ahora pasa usted a la reanimación, y esta noche para cenar está en casa" "El fin de semana que viene vengo otra vez" "No . No puede ser. El propofolneovip sólo se puede usar para unas vacaciones al año. Más se desaconseja. Vamos celador a reanimación con él. Adiós señor. En un rato está usted cenando con su señora" "Gracias doctor"

"Buenas tardes señor. Soy el Dr Belmonte su anestesista" "Sabe usted a que ha venido" "A disfrutar de unas vaciones pagadas por mi empresa. Tengo turno de noche. ¿Me dará tiempo?" "De sobra, y podrá cenar antes si quiere. Qué va  a hacer usted" "Algo sencillo. TRabajo. Mucho. Me relajaré en la playa: La Manga" "Una buena elección, pero aproveche algún destino exótico" "No me ha dado tiempo y en La Manga veraneé una vez todo un mes" "¿Gastó un mes de su vida en hacer unas vacaciones?" "Es que yo soy muy chapado a la antigua. Si no es por mi empresa ni me entero de esto" "Es una buena empresa, nos ha mandado a muchos trabajadores, y en media hora un mes de vacaciones. Y a los ejecutivos un año sabático en el mismo tiempo" "Siempre hay clases" "Preparado" "Nos vamos a La Manga. Escuche las olas. Al chiringuito"

"¿Qué tal?" "Eh. Me ha despertado junto cuando me despedía de mi amor de verano" "Lo siento. Hasta ese extremo no está calculado" "¿Pero la señora que estaba con usted en la consulta donde le vi?" "Mi mujer. NO le diga nada doctor" "Lo que ocurre en un quirófano se queda en un quirófano. No se preocupe" "Sé que son ustedes muy discretos" "Es nuestra obligación y un honor" "Celador. A la reanimación. El siguiente" "Doctor Belmonte. Tiene una llamada de la calle" "¿Estoy trabajando? ¿Quien es?" "La mujer de un paciente a quien le hicimos la sedación vacacional hace cuatro días" "¿No lo puede consultar con su médico?" "Dice que es grave," "Pues a urgencias. Yo ahora estoy liado" "Insiste" "Pásamelo mientras pasáis al siguiente paciente. Señora sí. Sí ya recuerdo. Su  marido fue a Hawai. Sí. Quedó muy contento y el procedimiento quedó muy bien. Muy satisfecho. Que el día siguiente estaba triste. Sí y el siguiente fue a una tienda de surferos a comprarse bermudas anchas, tres pares de chanclas y  media docena de camisas hawainanas a lo Martin Sheen. Señora HOy cada uno viste como quiere. Algunos de mis residentes vienen así a trabajar. Ya. Ya. Eso sí es un problema Una camisa hawaiana si  su marido trabaja en una funeraria sí que choca. En principio no tiene nada que ver con el fármaco. Más con las vaciones tan vívidas que ha tenido. Bien lo consulto. Veo si podemos hacer algo y la llamo. Google. Ficha técnica del neopropofol vip. Ah,  pues sí. Efectos secundarios raros: síndrome postvacacional. Vamos al medline. Coño hay casos definitivos , bueno pero un uno por ciento, La mayoría en un año han desaparecido. Pero contraindica el fármaco. Hola señora. LO he consultado. Su marido no podrá tener más otras vacaciones de este tipo. Sí. Tendrán que gastar tiempo en hacer el equipaje, en desplazarse y gastar su tiempo de nuevo. Eso o no tener vacaciones. Usted ha llamado. Lo más probable es que en seis  meses a un año esté bien, pero algunos casos son definitivos. ¿Usted?. Sí. Usted si puede . NO tiene nada que ver, a él lo manda de vacaciones con los niños y usted se toma unas intensas vacaciones con nosotros. GRacias señora. Sabía que le gustaría. Un placer. Siempre a su servicio"

sábado, 22 de julio de 2017

ESPAGHETTI FRUTTI DI MARE.

"Buenas noches.¿Van a cenar el señor y la señora?" "Sí" "¿Buenas noches. Me llamo Pedro. ¿Alguna alergia o intolerancia" "Tú sí cariño ¿verdad?" "Soy alérgica al marisco y soy celiaca" "Muy bien. Les dejo la carta y cuado decidan les aconsejo. ¿Algún aperitivo.Un vino?" "Cerveza" "Cerveza yo también" "Cerveza sin gluten señora" "No. Yo quiero cerveza normal. ¿Por quien me ha tomado" "Mis disculpas. había entendido que era usted celiaca" "Y lo soy" "Y quiere tomar cerveza normal" "Sí. Me ha dicho que qué quería y le he dicho que una cerveza" "Se lo ha dicho señor. ¿cómo se llamaba? Pedro" "Sí, claro. Disculpen"

"Aquí tienen sus dos cervezas bien tiradas" "Tiene buena pinta" "Oiga. ¿La mía será sin gluten?" "No. Es normal" "Pero yo le he dicho que soy celiaca" "Se lo ha dicho" "Sí señora pero me ha insistido que quería una cerveza normal" "Los celiacos no podemos tomar cerveza normal. Debería usted saberlo. Llévesela inmediatamente" "Sí señora. Le traigo una sin gluten." "No. Ya no me fío. Traiga un vermouth con dos olivas por favor y compruebe en la lata que no tengan gluten" "Sí señora" "Aquí tiene su vermouth" "Con una aceituna. Le he dicho dos" "Perdón tiene usted toda la razón. Con los nervios me he confundido" "¿Que insinúa con eso?" "Sí, porque no lo habrá dicho por casualidad" "Perdon de nuevo. No me refería a usted" "Entonces a qué se refería. Usted es un profesional..Creo" "Le traigo su vermouth con las dos aceitunas" "No. Ya no lo quiero así no hay quien se tome un aperitivo. traiga un vaso de agua mientras decidimos con la carta" "El agua la quiere con hielo o sin hielo" "Sin hielo" "Pero fresca o del tiempo" "Fresca" "Alguna marca especial" "No" "Y no la quiere carbonatada" "Me está atosigando" "Intento ser preciso en mi comanda" "No me gusta ese tono" "¿Qué tono señora?" "Bueno. Dejémoslo" Voy por su agua. Otra cerveza para el señor" "Sí" "¿Con gluten o sin gluten?" "¡¡Oiga!!" "Lo siento. Un agua y una cerveza normales. Marchando"
"Su cerveza normal y su agua no carbónica, fresca y sin hielo" "¿En copa?" "Sí" "Yo no bebo agua en copa" "Qué más da. Señora . El agua es agua" "Pedro,mi mujer no bebe agua en copa y no tiene por qué contarle su vida" "Tiene razón señor. Se la cambio" "Esta vez si le aceptaré el vaso porque me muero de sed de repetirle a usted todo tantas veces" "Sí . Lo siento. Ya vuelvo con su vaso"

"Aquí tiene.¿Todo bien?" "Oiga. Yo soy una persona fácil. Me adapto a todo. Gracias" "SEguro. ¿Nada más?. Podemos tomar ya el encargo de la comida" "Sí.claro" "Qué van a tomar" "Mi marido y yo tomaremos los Spaghetti Frutti di Mare" "Frutti di Mare.Señora usted me dijo que era alérgica al marisco" "¿Y?" "Frutti di mare significa frutos de mar, es decir marisco, gambas mejillones,calamares y en un caldo de marisco" "Es usted muy pesado. Tráigalos. Nos está arruinando la cena" "No era mi intención. Las alergias al marisco..." "No se inmiscuya. Nos está hartando" "De acuerdo, pero se lo he advertido" " Es muy cansado"
"Espaghetti Frutti di mare al dente. Les sirvo" " Pero ¿qué ese eso?" "Sus spaghetti" "pero llevan marisco" La señora se levanta. La silla cae hacia atrás y la mujer se aleja un par de metros. El marido,  malencarado se le acerca. El resto de clientes miran "Pretende usted matarme, NO le he caído bien y no le basta con ser desagradable que quiere matarme. Una bandeja de marisco. Es usted un inconsciente" "Un asesino querida. Una asesino es lo que es. No vamos al volver" "Quiero hablar con el encargado" "Ahora mismo señora. ahora mismo" "Y llévese eso"

"Señores . Cuentenme qué ocurre" "Ese camarero, Pedro" "Es uno de mis mejores camareros, lleva mucho tiempo trabajando con nosotros" "Es irrespetuoso y ha querido matarme" "¿Señora?" "sí, le dije que soy celiaca y alergica al marisco y me trajo cerveza y ahora una enorme bandeja de marisco con los spaghetti" "Parece que es lo que había en su orden. La nota electrónica especifica su intolernacia y su alergia y la comanda que usted  ha ordenado" "Usted tambien" "Bueno, No se preocupe. Le preparamos otra mesa. ¿Qué deseaba?" "Era spaghetti para celiacos a la carbonara""SE lo traemos y un vaso de agua y una cerveza" "Exacto. usted sí que sabe. Cómo se nota que es el jefe" "Se lo traeré yo mismo"

"Ha estado todo delicioso. CAsi se nos han olvidados los disgustos del principio" "Es usted un encanto" "Señora" "Ah. una cosa. Los espaghetti frutti de mare. ¿Los han tirado?" "No tiramos comida en buen estado. Hay personas necesitadas y la donamos" "El marisco frío está muy malo. Nos los podría poner en una cajita de transporte y los tomaríamos para cenar" "Enseguida, pero lleva marisco..." "No empiece"

jueves, 20 de julio de 2017

EL FLAMENCO ROSA

"Hermanita quédate sentada. Aquí tienes tu cubo y la pala para jugar. Voy a lanzar la caña y enseguida estoy contigo y jugamos" "Zí el cubo" Jamal no tiene más que ocho años. Como casi todos los días ha venido a pescar. Le gusta la desembocadura de la rambla del Albujón en el Mar Menor. Ese entorno cenagoso es el preferido por el mújol. No es un pescado muy noble, pero con varios anzuelos clavados en un trozo de pan seco se pesca fácil. Le acompaña su hermana de tres años. La ha dejado debajo de la sombrilla. Termina de darle las instrucciones y tira el primer cebo que traía montado. A su derecha dos docenas de flamencos rosas se apoyan en el barro con sus patas sarmentosas, rebuscando en el barro pececillos y gusanos. Jamal lanza y se retira mirando al lugar donde ha dejado el cebo y hacia atrás a su hermana. Cerca de la orilla se detiene. Al principio el pan flota en un mar inmóvil. Poco a poco , como un tintineo, pequeñas ondas se alejan. El ritmo de las ondas se hace alocado, el mar alrededor parece que burbujea. Jamal recoge el sedal. Hay uno enganchado. Mediano pero uno. Ha empezado bien. Hoy habrá pescado para la cena. A mitad de camino uno de los flamencos se aparta del grupo. Salta, da un par de zancadas , abre el pico,se abate sobre el pececillo y lo que queda de cebo y lo engulle. Jamal sigue  tirando del hilo hasta que se da cuenta que es inútil. Tira, pero el flamenco tira a su vez del cuello hacia atrás. Tira uno y tira el otro. el flamenco se apresura a pesar el pescado por el cuello al buche. "Pájaro estúpido. Pájaro estúpido. Te has comido mi cena" El pájaro y él se miran. Jamal saca la navaja de la bolsa que esperaba llenar de pescado y corta el hilo. El cuello del flamenco , sin la tracción de Jamal, se dispara hacia atrás. Casi pierde el equilibrio pero recupera su posición, deglute el hilo que le sale de la boca y en tres zancadas regresa con el resto de pájaros. "Pájaro estúpido" "Adióz pajarito" "ES un pájaro malo. No le digas nada Fátima" Regresó a casa cabizbajo. No había pescado para la cena. Contó a su madre lo del pájaro y ella lo consoló. De un cajón le dio un nuevo aparejo con diez anzuelos sin estrenar. El regalo lo calmó. cogió el pan seco le quitó la cáscara y lo hizo dados para el siguiente día.

Los dos días posteriores la pesca fue fructífera. El tercero cuando entró a lanzar vio en el centro del grupo de flamencos un bulto. Se acercó. Los pájaros salieron volando. En medio había otro flamenco. Tumbado de lado. Demacrado, con los ojos sin brillo. De vez en cuando hacía intentos por ponerse en pie, pero no tenía fuerzas. Se caía y el barro cada vez le empapaba de negro las alas "Pájaro estúpido. Te comiste mi pescado y ahora te estás muriendo. No debiste hacerlo. Diría que el pájaro lo miró, incluso hizo un chasquido con el pico que le pareció una respuesta. A su espalda Jamal escuchó el agua moverse. Miró a la vez que unas manos gorditas se aferraban a su cintura. Su hermana "Pajarito" "Se está muriendo Fátima. Se tragó el pez con el aparejo y no puede comer" "Pobe pajarito" Lleva cuidado. Tiene el pico muy fuerte no te vaya a hacer daño. La niña pasó la mano gordezuela por el cráneo del flamenco, por el pico, por sus ojos secos. El flamenco pareció morir, pero no, se dejaba acariciar. Disfrutaba del mimo. que se le ofrecía. Entonces levantó el cuello. Hizo el gesto de una náusea. Una vez. Dos veces. Tres veces. Jamal creyó que eran los estertores, un último suspiro. Tosió, y el pescadito  y los anzuelos salieron disparados. En cuando tocó el agua el  mújol empezó a mover la cola, primero poco a poco y después la agitó. Movió la cabeza, se soltó del anzuelo y se alejó nadando de la costa. El flamenco miró el pez, se levantó y se mezcló con el resto de flamencos que se habían posado unos metros más allá. Metió la cabeza y tragó alimento del fondo. Jamal miró a su hermana asombrado. Le tocó la mano. No notó nada. Se lo contó a su madre que se rió. Pero no perdían nada. Una amiguita de Jamal estaba ingresada muy enferma. Llevaron a la niña que se acercó, la miró y le tocó la mejilla. No pasó nada, pero la niña agradeció la caricia de una mano pequeña tan suave.

miércoles, 19 de julio de 2017

EL CAMINO DEL FARO

Ahí está esperando. Con el cigarro en la boca y renegando. "Sales ya ¿o qué?" "Espera que estoy terminando de ordenar la fregaza" "No quiero llegar muy tarde. Quiero escuchar El Larguero" Ya voy. Ya voy. Como tú no haces nada" "Estoy jubilado" "¿Y yo? ¿No estoy jubilada?" "Echo a andar" Qué harta me tienes.No te lo puedes ni imaginar.
La anciana cierra la puerta mientras el anciano camina cuesta abajo en dirección al faro . Septiembre. Entre semana queda poca gente. Es de noche. De casa a la cuesta que termina en el faro y vuelta. Una rutina. El viejo cojea, pero acelera lo que pude para dificultar que la anciana llegue a su altura.
"¡Vienes!. A ver si me diera algo  y no tuviera quien me mirara" "Si te da algo que te entierren. Nadie se ha quedado sin enterrar" "Mira que eres borde" "Tú. ¿tú me dices borde a mi?" "Sí. Borde desde la primera leche" A la anciana los ojos se le humedecen. El labio inferior se le frunce en un pequeño espasmo. Va  a hablar pero calla. Maldito viejo, no me dará Dios o el demonio unos años de viuda."Bien a gusto se quedó tu madre. Vocinglera. La señorita, con su tipito para acá y para allá " "Bien guapa que estaba. No sé por qué me fijé en tí. Ya eras tonto y ahora eres tonto y viejo" "No me ofendas que te doy" Alza el bastón. Se trastabilla y cae al suelo. "El señor te ha castiagado. Ja ja ja""No te rías vieja pécora y ayúdame a levantarme. No puedo solo .Creo que me he roto la cadera" "Por dios no me digas" "Me duele mucho. Ayúdame a levantarme por favor. Me duele. Me duele" Se acerca. Le tiende la mano. Él la coge y tira. Con elimpulso ella también cae. En el suelo él le da dos golpes en la espalda con el bastón y después se levanta.  "Ahora soy yo quien se ríe. Ja ja ja . Ves como me río. ja ja ja" "Estás loco" "Pécora. Vamos que no hemos terminado el paseo" "Me voy a casa" " ¿A casa? Al asilo te tenías que ir, donde vais las viejas. Vamos que me pierdo El Larguero" "Me voy a casa ya" SE levanta y coge el camino contrario al faro. Él la increpa. La insulta. Levanta el bastón. "Vamos al faro como todos los días. Me estás cabreando" Ella se enjuga las lágrimas. Con la espalda dolorida. Da un último hipido y se da  la vuelta. Tranquila. No mostrará miedo aunque él tiene el garrote en alto. "Deja la garrota o me vuelvo a casa y me voy al cuartel de la guardia civil. Si digo que estos moratones me los ha hecho el viejo loco de mi marido, la edad no te salva" "Bandida" Baja el bastón y retoma el camino. Ella sonríe. El está serio. La mira. Va a hablar pero ahora es él quien calla. La última cuesta es pronunciada. Se agarran a la pared lateral de rocas. Se detienen en varias ocasiones a recuperar el resuello con aspiraciones de brisa. "Hemos llegado. Siempre merece la pena. Mira a lo lejos la luna" Señala con el garrote y se sienta en el borde del acantilado. "No tengo ganas de ver la luna. No tengo humor. Me voy a casa. Estoy destemplada y me duele la espalda". "Te he dicho que te acerques. ¡Acércate!" Los ojos húmedos de ella. La respiración que empieza a recuperarse del esfuerzo de la cuesta. Mira alrededor. Nadie. El faro hace tiempo que es automático. Los pescadores se han marchado. el esta sentado en un mojón al borde del acantilado. Se acerca. "¿Donde tengo que mirar?" "Eres idiota no lo ves" Se echa hacia delante, se levanta casi incorporado con la mano extendida  y el bastón señalando la luna. Ella es una mujer pequeña, pero un pequeño empujón basta para que el corpachón de más de ciento diez kilos caiga golpeándose con las rocas del acantilado y acabe en el mar. Las olas siguen su batir manso. Su corazón de nuevo desbocado. Las olas siguen. Su corazón se amansa. Libre. A casa tranquila. A llorar. A pedir una ayuda que es innecesaria. De vuelta no se cruza con nadie. Acelera el paso lo que le permite la artrosis. Un bar a punto de cerrar. Llega jadeando. Le dice al camarero que le ayude que su pobre marido se ha caído al mar. Tiembla y llora sin consuelo. Llega la guardia civil. El cadáver no aparece. La mar está mala. Por la  mañana los bomberos intentarán rescatar el cadáver. No tiene hijos. Su hermana murió. EStá sola. Le preguntan si necesita algo. A casa de una amiga. El día siguiente el rastreo es infructuoso . el cadáver no aparece. Por la noche se carga de valor y convence a su amiga  para que la deje ir a casa. Abre la puerta. En el suelo pisadas húmedas. La radio está encendida. Se escucha El larguero. El bastón apoyado junto al sofá. Se ducha. Se acuesta. No ha apagado la radio. La radio se apaga sola cuando termina el larguero. El otro lado de la cama se hunde. Tiene que agarrarse a la colcha para no rozar a un marido del que es viuda.

martes, 18 de julio de 2017

EL PUERTO

"Hace una noche tan bonita. Sería increíble" "Hemos terminado. Vamos" "Estás loco es muy tarde" "Si te apetece no es tarde. En media hora estamos ahí. Levanta. Ya he pagado"

Sonriendo, de la mano, cogieron el coche y tomaron la autovía de la costa. San Pedro. Las salinas, el puerto de San Pedro. A fines de setiembre, las luces son escasas. Atravesó las salinas donde a ratos, cuando los nubarrones lo dejaban pasar se veía el reflejo de la luna. Mar adentro rayos. El viento arreciaba. El gris del cielo y el olor a humedad presagiaban lluvia. En el interior también se veían ya rayos. Salieron del coche.

"Hace fresco . Abrázame. Vamos al espigón" Subieron las escaleras. Pasearon por el hormigón. El viento arrastraba algunas gotas tanto de las olas encrespadas como las que se descolgaban de las nubes. Se besaron. Un rayo y un trueno inmediato. Separaron los labios y se abrazaron. El resplandor de un nuevo rayo iluminó el puerto, los barcos , el mar y sus rostros. "¿Has visto eso?" "¿Qué?" "Al final del espigón hay alguien" "Un loco como nosotros.Bésame" Un nuevo relámpago. Apartó la cara y señaló."¿NO me digas que no lo has visto ahora?" "Sólo te miraba a ti, Me has dejado frío" "Lo siento. Lo siento mucho, Pero hay una niña con un camisón blanco o una camisa grande" "Eso sí que no es posible. Será un pescador" "Llueve. Tenemos la tormenta encima. Mira hacia allá. En el siguiente relámpago" "Me estoy empapando" "Y yo" Un relámpago" "Lo has visto. Es una niña. Ha saltado a los bloques de piedra. ¡Niña, niña sal de ahí te van a arrastrar las olas! Vamos" Un nuevo relámpago se ramifica desde el horizonte hasta sus cabezas. "La niña se ha lanzado al agua" "No puede ser. Está loca. Vamos" Corrieron hacia la punta del espigón. Las olas rompían contra los bloques de piedra. Imposible encontrar ningún rastro de la zambullida entre la oscuridad y la fiereza del oleaje "¿Vamos a por ayuda?" "Se va a ahogar . No aparece" "¿ADónde vas? Al agua. Se va a ahogar. No hay tiempo. Fue de esa piedra de donde saltó" "Estás loco" Se lanzó al agua. Ella lo perdió de vista. A los pocos minutos salió, emergió de las aguas tomó dos grandes bocanadas de aire y se sumergió. No se veía nada. Era inútil. Perdió la noción de espacio. Dudó hacia donde emerger y el aire le faltaba, dos amagos le condujeron al vientre de unos olas  y lo devolvieron al fondo. Se dio la vuelta. Robó un poco de aire entre los senos de dos olas. Se alzó buscando un lugar donde salir, porque la resaca lo arrastraba mar adentro. Escuchó su voz. En un relámpago la vio. Intentó nadar pero no avanzaba. No avanzaba y se fatigaba. Casi no podía respirar. Empezó a pensar que se iba a ahogar. La niña ya se habría ahogado. En un último arresto de lucidez evitó dirigirse al espigón. Si se acercaba las rocas lo aplastarían. Aprovechó las corrientes, aprovechó los lomos de las olas y se acercó a la playa de La Llana. Llegó a la arena casi un kilómetro al sur. Se levantó y e hizo gestos. Ella no le oyó. Se levantó y le gritó. Corrió hacia ella. que estaba acurrucada temblando en el espigón pensando que le había perdido. Se abrazaron. Un relámpago iluminó la escena. En lo alto del espigón la niña con el camisón blanco les contemplaba. Cerró los ojos. Los abrió con un nuevo relámpago y había desaparecido. La tormenta amainó. Se refugiaron en el coche y esperaron a ver amanecer.

lunes, 17 de julio de 2017

ESNORQUEL

"Estas nuevas gafas son una pasada" "No me convence. Prefiero la clásica con el esnórquel independiente" "Son costumbres" "Pero estas sólo se pueden usar en superficie" "Me gusta probar cosas. Vamos esta tarde a las rocas de la playa de levante de Cabo de Palos" "Si no hace viento" "La previsión es muy buena"

El agua estaba calmada. Las gafas les daban un aire raro cubriéndoles toda la cara y el esnórquel en la parte superior. Ya cerca de las costa vieron uno de los mejores fondos de Europa. Las nuevas gafas permitían una visión panorámica. UN pulpo se escondió entre unas anémonas. UN pequeño mero se alejó de ellos. Un banco de sarpas plateadas con líneas doradas. Y a lo lejos. Hacia el levante se movía algo grande. Lento, parsimonioso, torpe. Entraba y salía desde las profundidades. Sintieron más curiosidad que miedo, pero las corrientes eran fuertes no se atrevían a seguirlo. Se les acercó. Era una tortuga enorme. Más de un metro de longitud. Los miró a unos centímetros. Uno y otra. Los miró y de nuevo se encaminó aguas adentro. Se detuvo. Y regresó. Volvíó a mirarlos y se dio la vuelta mostrándoles el caparazón. "¿No tienes la sensación de que quiere decirnos algo?" él también sacó la cabeza del agua"Sí es una sensación muy extraña" Se pusieron las gafas y ella sin saber  uy bien por qué se agarró al caparazón. La tortuga cuando la sintió al lado movió enérgicamente sus aletas delanteras. Él se agarró en el último instante. Los llevaba aguas adentro. No podía hablar con las máscaras puestas. Se dirigían hacia las islas hormigas. A su espalda quedaba una estela en el mar. En un  momento la tortuga se sumergió tan rápido que no tuvieron los reflejos de soltarse. Descendieron unos cuarenta metros. Estaban seguros que se iban a ahogar. Aunque el oxigeno les faltaba vieron la popa de un barco enorme en el fondo. La tortuga se movió entre el amasijo de hierros ocupados por corales y estrellas. Una morena salió de una chimenea abatida amenazándoles. Entraron por una puerta derribada. Después una  puerta y una escalera. No podían más. Ella casi se desvanecía. El estaba muy mareado. El espacio se abrió. Una cavidad de unos ocho metros. Una bóveda y aire. Era aire. Del suelo burbujeaba aire respirable. Se quitó las máscara y sorbió dos bocanadas. Se la quitó a ella que recuperó la consciencia. "Hay aire. El suelo burbujea. Huele mal. Quizás algunos gérmenes anaerobios producen aire respirable. Es un milagro" " No. Ella nos ha traído aquí" La tortuga los miraba. Esperaba que se recuperasen. Después los miró, con la mirada atenta con que miraría un perro que desea su paseo. Después se sumergió "No te vayas. No nos dejes aquí. El aire se acabará" Volvió a emerger y se volvió a sumergir "Ella se puso las gafas y se sumergió. La tortuga señalaba con el hocico un objeto. Ella emergió. Tomó aire. Se sumergió. Lo cogió. Al tomarlo, la caja de madera podrida se deshizo. En su mano quedó un anillo con una piedra roja. La tortuga la miró. Ella supo que eso es lo que el animal quería. Emergió en la cavidad. Esperó que tomaran aire y lesa sacó a toda velocidad por donde habían entrado. Al salir vieron en una pared el nombre del pecio, Sirio. Cuando emergieron soplaba Levante. Las olas y la resaca hacían arriesgado dejarles en la misma playa. La tortuga les arrastró hasta la cala de Las Mulas en el Parque de Calblanque. La tortuga se alejó. Dicen que as tortugas viven mas de cien años. El Sirio naufragó en 1906. "Tenemos que devolverlo" "Estás loco. Si lo devolvemos acabará en un museo. ¿Tú crees que una tortuga nos ha llevado donde nos ha llevado para que esto acabe en un museo?" "Quizás no" Cuando llegaron a casa limpiaron el anillo. En el interior se leía una inscripción. Piero Rossi y Francesca Buonarrotti. El Sirius partió de Italia con destino a Argentina. Se metieron en Google pusieron Francesca Buonarrotti. Y sí había un historia. Francesca había huido de Italia con 18 años embarazada. Una familia española adinerada la había acogido a su servicio, pero era lista y había sido capaz de montar un hotel próspero en Buenos Aires. Reuníó dinero en 1906 para que Piero que a su vez le había pagado el pasaje viajara a Argentina y así conocer a su hijo, pero no lo conoció nunca. Nada decía en el artículo del anillo. Pero lo tenían en sus manos. NO fue difícil localizar al hijo de piero que a su ves tuvo un hijo que tuvo un hijo que tuvo un nieto. La familia se arruinó, y el ultimo descendiete regentaba un restaurante en Madrid después de haberse arruinado en Argentina. El restaurante se llamaba sirio. Allí le entregaron el anillo que su tatarabuela no llegó a ver nunca.  

domingo, 16 de julio de 2017

LA ISLA ( ANEMIA 3ª TEMPORADA CAPITULO 5)

El Mar Menor es una laguna salada rodeada de llanuras. Al sur algunas colinas. Al Este La Manga. Al oeste el único resalte montañoso el El Carmolí. Un monte volcánico de unos cien metros de altitud que tiene dos o tres cuevas, más bien abrigos no muy profundos orientados a levante. Vlad había encontrado reposo en una bodega de un chalé antiguo de la urbanización del Carmolí. En las noches de verano, su naturaleza de vampiro lo llevaba a colgarse boca abajo en alguno de los abrigos poco accesibles del Carmolí. Ver la Luna en el suelo y el Mar en el cielo le daba una sensación de órden.Ver los barcos navegar por un mar invertido. La luna pender del mar colgada de un hilo inefable. Pero no más lirismo. Hora de cenar. La isla Perdiguera está en el centro de la laguna . Antes había un chiringuito y una línea de barcos. Pero la isla es privada y por eso o por la protección mediambiental el chiringuito fue demolido. A su alrededor fondean por la noche algunas embarcaciones. Vlad se descolgó y empezó a volar. Doce o trece barcos. Un pequeño buffet. LLegó a una de las dos colinas unidas por un tómbolo arenoso. Le gustaban los veleros, pero las cubiertas estaban demasiado ambientadas. No quería escándalos. Una cena íntima, profunda y tranquila. Una cata a fondo. Se lanzó al agua. se desplazó bajo las quillas. Bajo un yate blanco en el borde vio a una mujer. Se alejó. Era ella. La mujer que lo sublimó y le aumentó la condena de su vida eterna. Ella. Nadó a toda velocidad impulsado bajo el agua por sus alas, generando olas que alarmaron a los patrones. Se detuvo. Reflexionó. Si estaba allí y era de noche se acercaría. Un todopoderoso no debe temer nada. Pero la pústula que supuró en su costado se abría simplemente con pensar en su mirada. Emergió del agua y de un impulso se sentó en la popa. Deseaba ser visto. Ella lo miró. Dio un paso atrás y se echó la mano a la boca para reprimir un grito. "Vlad. Eres tú" "Aquí estoy. Pensabas que había muerto" "Por desgracia no. Todo el mundo sabe de tus andanzas. Sigues con tus cosas" "¿Con mis cosas? Una condena de eternidad son mis cosas" "Podría haber sido de otra manera" "Con mi muerte definitiva" "Vlad mejor la muerte" "Mejor la muerte. ¿Para qué? Habría muerto por tí, pero si moría no podría ya estar contigo" "Algún día" " ¿Le dices eso al siervo más fiel de BElcebú?, Juntos en el paraíso. Yo no quería eso. Quería el mundo humano, y eso no pudo ser" "No sé" "Yo sí lo sé. Había otra opción para nosotros" "¿Cual?" "La eternidad también para tí" "¿Tu eternidad sin vida?" "Quizás juntos se habría parecido a una vida" "Vlad yo no quiero eso. Preferiría morir. La eternidad de un maldito. No" "Pensándolo bien. Podría obligarte ahora. Quizás no tuve que darte opción" "¿Quien anda ahí?" "Apártate Luis puedo resolverlo yo. No te acerques" "Estuve ciego y olvidé la opción más sencilla" "Vlad. apártate. Puedes condenarme a la eternidad si lo deseas. Aquí no puedo escapar. Pero no te amaré nunca. Te odiaré por toda la eternidad. Vlad por favor. Por lo que fuimos" Vlad avanza. Le muestra los colmillos. La mira. Podría adormecerla y ella vendría a ofrecerse, pero ella lo mira. No puede. No puede una vez más" "¡Guardia Civil. El del traje negro manos arriba!" La patrullera de la guardia cicil se acerca a estribor. Vlad ha terminado . Salta por  la borda. Atrapa con sus manos la quilla de la patrullera y la encalla contra la playa de La Perdiguera. Sale del agua. Mira a los Guardias aturdidos. Una mujer joven socorre a uno de sus compañeros conmocionado. Su cena. Sorbe una sangre pero piensa en otra.

sábado, 15 de julio de 2017

CERVEZA Y PULPO

La guardia había sido dura. Desde la madrugada casi todo el tiempo en acción. A las nueve el relevo que llegó puntual. Un pase de quince minutos alrededor de un café, y a casa. Pero mientras bajaba las escaleras para coger el coche del párking, con el calor de julio, un antojo se iba pasando entre mi hipotálamo y mi estómago. La boca seca, pastosa y ya estaba sudando, el estómago vacío con los ácidos a bortones por el café. Una caña helada con escarcha en el vidrio y una tapa de pulpo al horno a la murciana se me antojó el mejor ungüento. Pero las diez de la mañana es temprano para el aperitivo y en la playa no hay ningún sitio donde trabajen el pulpo a mi gusto. Visita a casa de mis padres, y a las doce a la Plaza de las Flores. Solo. No importa.

Las 12:15. Un abrazo a mis padres. Les digo si se quieren venir. Hace mucho calor.

Una mesa a la sombra. El camarero no tarda- "¿Qué va a tomar?" "Una marinera, una caña y un trozo de pulpo" "Enseguida" La marinera me la trajo de inmediato con la cerveza. "El pulpo enseguida sale" La ensaladilla rusa con la anchoa en salmuera y la rosquilla son una delicia. Un sorbo de una cerveza con su pertinente toque de acidez completan un momento íntimo de placer. "Camarero, con el pulpo me trae otra caña" Me encanta el repiqueteo del cristal sobre la mesa de aluminio. " El pulpo y la caña" Me deja la cuenta y le pago. Aun disfruto de la tapa anterior. Cierro los ojos hasta que desaparece el sabor de la parte posterior de la lengua. Un poco de cerveza para dejar vía libre al sabor del pulpo al horno tostado por fuera y tierno por dentro sin que esté correoso ni como un chicle. Poca pimienta y una gotas de limón. Miro la mesa. Miro el plato. Y el pulpo no está. ¿quién se ha comido mi pulpo?. El plato tiene las marcas rosadas y negras del pulpo, luego el camarero lo ha traído, salvo que haya traído el plato vacío. Vuelvo a mirar y las marcas se extiende lineales hacia el borde del plato, y aunque con menos nitidez siguen por las escamas de aluminio de la mesa. Sigue por el borde y sorprendo mi taco de pulpo reptando hacia el suelo por la pata. "Camarero" "Señor" "Si hubiese queriido sushi habría ido al Izakaya" "No le comprendo señor" "Que el pulpo lo quería a la murciana. Al horno con agua y tostado , pero bien hecho" "Así lo hacemos siempre señor" "Esta vez el pulpo estaba muy poco hecho" "Le traigo otro señor lo siento" "Pero llévese este antes" "No está señor, se lo ha comido?" "NO me lo he podido comer, de hecho si no lo retira el pulpo se está retirando solo. Mire la pata de la mesa" El camarero se agacha "No puede ser señor. Me lo llevo" En la Plaza de las Flores los otros camareros se devanaban en tareas similares. Algunos clientes se levantaban de sus mesas espantados. Sabía que el pulpo es un animal correoso, antes cuando se pescaban había que golpearlos contra las rocas, para que su carne fuese mas blanda, ahora con la congelacion se evita esa tortura al bicho; pero traerlo crudo, es demasiado. Desde el exterior del bar se ve la cocina por una cristalera. Desde fuera vi a los camareros intentando retirar un pulpo de ocho kilos que había saltado de la llanda después de asado y se enroscaba en el cuello del cocinero que estaba ya muy congestionado. Los camareros no conseguían retirarlo. Un instante después en las cinco calles que acceden de la plaza de las Flores aparecieron furgonetas negras que bloquearon la salida. Bajaron quince o veinte agentes vestidos de negro y dos enfundados en escafandras de color aluminio. Los de las escafandras entraron a la cocina cubiertos por dos hombres armados y con unas pistolas eléctricas redujeron al pulpo díscolo y se llevaron las existencias que había en el almacén aun sin hacer, mientras los otros miraban por el suelo y las mesas que no quedase ningún trozo. Dos o tres habían escapado, pero perros adiestrados los localizaron. En cinco minutos las furgonetas y sus ocupantes habían desaparecido. La plaza recuperó su normalidad pero sin pulpo. El camarero se acercó a la mesa sudoroso "¿Un caballito y una caña señor?. Invita la casa" "Vale. ¿Porque pulpo no les queda verdad?" "No señor. De momento no"

viernes, 14 de julio de 2017

AGUJETAS

"Pero tú te has visto" "Por favor no empieces cariño" "No empiezo. Sigo. Hace ocho años me eché un novio que pesaba setenta kilos y ahora está hecho un batracio y  pasa de los cien" "No exageres cariño, son sólo noventa y nueve" "¡¿Noventa y nueve?!" " ...coma nueve" "Noventa y nueve coma nueve. Vamos, una oferta. Un saldo es lo que eres" "Cariño" "Y es que no te cuidas. Mira los vecinos. Mira el ast, bajito, antes incluso un poco gordito, pero empieza a correr un día y otro, y sin barriga, no está como para películas X, pero se cuida. Tienes que cambiar ya. Por tu salud, por tu estética y por mi. Si no..." "Por favor no sigas. Esta tarde voy al Decathlon y me equipo para empezar a correr" "Correr , o bici lo lo que quieras" "Ah y ya que vas al Decathlon pásate por el Alcampo y me traes compresas, crema solar, hidratante y gel de baño de avena. Y no traigas cerveza o dulces. Se ha terminado" "Sí cariño"

En el Decathlon visitó los artículos de pesca. Ese sí es un deporte bonito,tranquilo, puedes tomar una cerveza y si tienes suerte te llevas algo para la cena. Pero para perder peso no es el mejor de los deportes. Le preguntó a una chica muy fornida y le recomendó que con unos kilos de más empezara con la bicicleta. Pero la bicicleta había que subirla después al piso, por la escalera, un tercero sin ascensor. Otra cosa. Running. Correr, como el ast, en las fotos a todos lo corredores se les ve muy felices, quizás porque están delgados. Le preguntó a un muchacho que le reafirmó en su decisión, pero que cuidase de empezar caminando y trotar solo a pequeños tramos, pero que debía cuidar mucho la alimentación. Unos deportivos amarillos, una mallas porque le advirtieron que si no se rozaría los muslos, unos calcetines de alta tecnología y una camiseta técnica que traspirase. Un cinturón con un bidón, y como era verano le recomedaron unas pastillas de sales. Cuando llegó a casa era casi mediodía, su mujer no llegaba hasta las tres. Aparcó en su garaje y se fue al bar a tomar un aperitivo como dios manda y dos tercios. A casa. "Mira cariño" "No has puesto la mesa" "Ya la pongo. He ido a comprarme un equipo para correr" "¡Tengo que hacerlo yo todo!" "La pongo ya. La comida la dejé preparada por la mañana. Mira" "No miro nada. Estoy cansada. Si de todas formas no vas a hacer nada" "Eso me ha dolido" "Vamos a comer".

Ella trabajaba también por la tarde. Él estaba de vacaciones. Quitó la mesa . Fregó. Y solo en casa se fue a echar la siesta. Antes de echarse se puso su equipo de runner. No le quedaba muy bien.  Pero se lo iba a demostrar. Le entró un sopor profundo. Se sintió casi mareado. VEstido en ropa deportiva se acostó a dormir la siesta. Y soñó. Soñó que corría. Con tripa pero corría. Leyó 20 mile , la gente le animaba como a otros atletas. llegó a la meta en Central Park en cinco horas y cuarto, había terminado el maraton de Nueva York. Se encontraba muy cansado.Despertó. Había dormido justo cinco horas y cuarto. Ella estaba al llegar. Estaba empapado. Intentó levantarse pero apenas podía moverse tenía agujetas por todos lados. Le dolía todo. La puerta se abrió. "Cariño" "Estoy aquí" "¿Durmiendo todavía? No, estaba haciendo ejercicio . Tengo una sed" Engulló casi dos litros de agua "Sí que estás sediento"

Los siguientes días repitió la operación. Ella no se había molestado.Cuando se marchaba. Se vestía, le entraba el sopor, Dormía y en sueños un día hacía una mediamarathon, otro día treinta kilómetros por montaña. El sábado cuando ella regresó por la tarde. " El ejercicio te está haciendo efecto. ¿cuantos kilos has perdido?" "No me he pesado cariño" "Hazlo" " Noventa" "Oye muy bien" Siguió así . Leyó revistas de deporte y ya no sólo soñaba con ejercicios aerobicos, tambien que estaba en gimnasios de todo el mundo, o haciendo intensas sesiones de cross fit. Al final del verano, su cuerpo se iba compactanto, cada vez tenía menos agujetas y sus abdominales. Eran una enorme tableta de chocolate. " CAriño no sé como lo has hecho pero en la playa te miran más que a mi" "Es muy sacrificado cariño lo hago por tí"

Al final del verano hicieron un viaje.A Roma. No se llevó la ropa de deporte. Pasta pizza. Noches de fiesta , cenas en el Trestevere, vinos en las enotecas. Cuando regresó había recuperado diez kilos en cuatro días. "Cariño te has confiado" "Amor mío no te preocupes en esta semana me pongo al día" Y lo hizo, por la tarde se vestía las mallas que ya le quedaban holgadas, la camiseta técnica y los calcetines, dormía y soñaba.

Y así está mi vecino. Hecho un figurín con su método novedoso de adelgazamiento que sólo me ha contado a mi ast el que escribe. Y por si queréis saberlo, su mujer se lo dejó poco después, se fue con su jefe que tenía algo de tripa. A mi vecino no le importó mucho.

jueves, 13 de julio de 2017

QUESO CON ARÁNDANOS

"Señor quiere usted algo" "¿Qué traes niña?" "Queso de cabra y arándanos recien cogidos" "Todo el mundo tiene queso de cabra y arándanos de los bosques en Benasque" "No como los míos" "Los tuyos son los mejores" "Sí. Al menos eso creo. Son muy especiales" "Tienen buen aspecto, pero no me hacen mucha falta para mi restaurante. Hazme una propuesta al oído por todo. Sí. Eso es demasiado. La mitad y nos damos la mano" "Es muy poco y son muy buenos" "Era mi última oferta. Adiós" "Espere. Usted gana. Tome" " Haas hecho un gran negocio. Toma tu dinero. ¿No me das la gracias?" "La niña se dio la vuelta. No dijo nada. Cabizbaja pateando las piedras. Se marchó en dirección Cerler donde en una cabaña vivía con su hermano.

Cuando llegó a la cocina, el dueño del restaurante tomó una cuña del queso fresco. La paladeó. Y respiró sacudiendo la cabeza. Delicioso. Sabroso. Untuoso. Aromático. Perfecto. Perfecto. Muktiplicaría por diez el precio para ofrecerlo a sus clientes. Extendió la mano al cesto de los arándanos. Tomó uno . Lo posó en la lengua, apreció su tacto seco y rugoso, lo apretó y dejó sus jugos extenderse por las papilas. Hum. Nunca nunca había probado un fruto igual. El aroma intenso salía por la nariz y le hizo llorar. Ese mismo día en la comida agotó las existencias, no pudo permitir a los clientes repetir.

"Hola niña. ¿este queso es el mismo?. ¿Y estos arándanos?" "Sí pero hoy no se los voy a vender a un precio tan bajo. Mi hermano me ha dicho que es su precio ni un centímo más ni uno menos. Preferimos tirarlos a las gallinas" "Está bien. Me los llevo todos por el precio que ofreciste" "¿No me lo agradeces?" la niña se marchó, esta vez silbando.

En el restaurante, tachó del menú la oferta del postre queso con arándanos. si hacía algo de repostería, con algo tan delicioso, recuperaría ciento por uno su inversión. En efecto. Elaboró bizcocho de queso con arándanos. Le dio para una ración par cada comensal y aun pudo sacar porciones para la venta en la tienda de al lado del restaurante. A media tarde estaba todo agotado. Algunos clientes que no pudieron resistir la tentación de guardar algo tan delicioso, volvieron para reponer pero no fue posible.

"Niña. Te compro todo. Además hoy te daré un diez por ciento más que ayer" "Un veinte" "Vale. Has aprendido"

De regreso elaboró los bizcochos, pero un chef de un restaurante afamado de BArcelona. le pidió degustarlo. saboreó el queso y los arándanos,quedó tan encantado que le compró toda la producción por diez veces el valor. para servirlo en pequeñas porciones veinte veces más pequeñas en su propio local.

"Niña" "Hoy será un treinta por ciento" "Sí, lo que tú quieras, pero no me podrías traer más arándanos y más queso" "Tengo pocas cabras" Yo te compraré las que quieras" " Y los arándanos solo se pueden coger a media noche en un abrigo de la montaña" "¿A media noche?" "sí. Es el momento en que tienen su máximo sabor"

La niña le trajo todo lo que pudo recoger. El restaurador se afanó en aumentar la producción de su bizcocho. Todos los habitantes del pueblo y los visitantes acudían cada día a comprar una fracción más pequeña y más costosa de aquella delicia que se les hacía imprescindible. Pero un día un mes después de la primera ocasión el chef llegó con su abogado. Traía una propuesta de contrato que nadie en su sano juicio rechazaría. Además el bizcocho llevaría el nombre de su autor. Firmó y el chef cargó toda la producción, como haría en los días siguientes en un camión frigorífico que partió rumbo a Barcelona. Las gentes del pueblo se arremolinaron en la tienda y mostraron su disgusto por no tener acceso ni siquiera a una pequeña porcíón. El día siguiente la camioneta volvió a salir para Barcelona de madrugada, y los vecinos se quedaron sin su ambrosía.

"Niña necesito más todo lo que puedas traer" "Las cabras y las plantas están agotadas. Necesitan descansar, además pronto llegará el otoño y la nieve y no habrá más". La nieve. No había pensado que en invierno no tendría frutas. Buscó un proveedor que le trajo unos arándanos muy hermosos de Chile y un queso delicioso de Zaragoza. Elaboró el bozcocho y lo puso a la venta en la tienda. Aunque el sabor era bueno, la gente lo escupia, nada que ver con los arándanos que traía la niña. Gastó el talonario completo de hojas de reclamaciones. Por la tarde la gente se agolpó delante del establecimiento.No podían esperar más. Los nios, los ancianos y los de mediana edad exigían su porción. Blandían su dinero. El comerciante más rico, incluso ofrecía cantidades ingentes de dinero a quien pudiese darle auque fuese una  miga olvidad en un bolsillo. Llamó a la policía . Tenía miedo.La policía le dijo que lo tenía bien merecido por no dar al pueblo lo que necesitaba. Cuando anocheció llegaron las primeras piedras. DEspués fuego en el aire. Dos cócteles molotov prendieron fuego en el restaurante a la vez que la muchedumbre derribó las puertas y buscó por todos lados restos de la amborsía de queso y arándanos. El cocinero temió por su vida después que le zarandearan. Corrió  calle mayor abajo. Se subió al coche y huyó.

El restaurante de Barcelona que compró la producción también fue destruido por clientes enfurecidos que querían sus postre al día siguiente, cuando se les ofreció un sucedáneo con queso y arandanos de otro origen.

miércoles, 12 de julio de 2017

El francotirador.

Cuarenta y dos grados a la sombra es una temperatura normal en Falulla. Recorrer con tu fusil de norte a sur la carretera de salida de los convoyes del campamento español, a esa temperatura es un infierno. Daniel es bueno. El mejor desde que entró a la legion. Nadie creía que no había tirado nunca. Al principio le exasperaban las esperas. Horas con el sudor recorriendo tus vetientes sin poder moverte, o las moscas libando la humedad de tu cuerpo. Concentración. La meta. La victoria. Aunque cueste la vida. El compañero. El sacrificio. Salían cada vez que flaqueaba. Cinco intervenciones, cinco objetivos. Un kilometro. Una sacudida en el aire que veía como en una moviola y al suelo. No le gustaba la sangre. Un trabajo limpio, desde la distancia.
Cuarenta y dos grados y eran las once. Tenía que subir al mirador de la colina para cubrir la carretera. Hasta las tres iban a salir tres convoyes de carro, camión y ambulancia y regresarían otros tantos. La zona era un objetivo fácil para un loco que quisiera volarse junto a un carro o lanzar un misil. Un día de riesgo. La responsabilidad de la seguridad de la ruta hasta donde alcanzaba la vista era suya. Subió. Se apostó boca a bajo. Ajustó el ala de la gorra para que le diese el máximo de sombra y miró por la mirilla. Salía el primer convoy. Del desierto venía un hombre con un borrico. Despacio pero directo a la carretera. Los escoltas le hicieron señas de detenerse, pero siguió. De debajo de sus ropas sacó el perfil fijo de un misil anticarro. Lo fijó con la mirilla. La cabeza. No debía tener tiempo de reaccionar. Cuando iba a apretar el gatillo, vio una mano cruzarse delante de la mirilla.  Su corazón latió a doscientos por hora cogió el cuchillo de su pierna y se dispuso a herir al enemigo que le importunaba por la retaguardia. No había nadie. Escuchó disparos. Abajo los militares habían abatido al agresor. El misil explosionó en una duna. Daniel jadeaba. Sudaba. Escuchó por la radio los improperios de capitán. Le dijo que si estaba vivo que bajase inmediatamente. Mientras bajaba se atormentaba por haber fallado. El calor. La maldita mano que le había distraído en el momento justo. No dijo nada al capitán de la mano, simplemente que se había dormido. Le gritó. Después le dijo que descansase un par de días que le necsitaban.
Tres días después debían dar cobertura a un asalto del ejército americano. Subió a la colina desde la que se controlaba el pueblo. Se alejó. Miró a través de la mirilla. Controlaba los principales accesos. había cambiado la mirilla, la había limpiado a conciencia. No iba a volver a fallar. A du derecha, al sur escuchó un ruido. A cincuenta metros había un francotirador enemigo. Le apuntó. A esa distancia no podía fallar, salvo que el otro acabase con él antes que él disparase. Apuntó. Y de nuevo la mano le tapó la visión. Sabía que el otro le apuntaba pero no podía ver. Se echó la mano a la pistola. Miró a su enemigo que tambien había tenido problemas con el rifle. La pistola se atrancó en la cartuchera. su enemigo le apuntó de nuevo , intentó disparar, pero un misil de un Apache lo desintegró. De nuevo el capitán por la radio. No le contó lo de la mano pero sí que había tenido problemas al disparar. Problemas con la visión. Lo enviaron al hospital . En su situación era un riesgo. El oftalmólogo no encontró nada, ni el neurólogo, ni el psiquiatra. Sin diagnóstico dictaminaron estrés postraumático. Regresó a casa licenciado,muchos pensaron que era un cobarde. No sabía qué le ocuría pero cobarde no. Vio su escopeta de caza pero no se atrevió a salir. Un día, el veterinario vino a avisarlo. En lo alto de la peña más alta de su pueblo, unos cazadores habían visto a una hembra de lince perdida. Avanzaba hacia un barranco en que ni un felino tenía salida. Llevaba dos días en un abrigo de rocas y no se atrevía a salir. A la tarde se esperaba en la zona una tormenta de nieve, cuarenta o cincuenta centímetros. Tenian un fusil y un par de dardos anestésicos. DEbían arriesgarse a anestesiarlo antes que las temperaturas se desplomaran y la nieve le impidiera huir. Era una de las dos últimas hembras. Les dijo que él ya no tiraba. Le pidieron que lo intentara. Cogíó la carabina, ascendió por el bosque . Le enseñaron el abrigo cien metros más arriba. los escaladores estaban preparados. Puso el fusil en el hombro apuntó, temió que la mano arruinara el disparo pero la mano no apareció. El lince quedó dormido y fue rescatado.
Algún tiempo después, se encontró con el capitán, parecía desquiciado. Le habían jubilado. Le confesó con voz muy misteriosa, que habían empezado a fallar las armas, todas, pensaron en sabotajes, pero los informadores averiguaron que en los aliados y en el campo enemigo ocurría lo mismo. Sin poder luchar se firmó la paz. Los ancianos de un pueblo afgano guerrero desde el origen de los tiempos les explicaron que las guerras se acaban cuando quieren los muertos.
La versión oficial fue distinta

martes, 11 de julio de 2017

CONVIDADOS DE PELUCHE

"Vaya un marrón. Esta fiesta me apetece lo que yo te diga" "Sé que estás cansado. Yo también. Una fiesta así entre semana es muy pesada" "No es que sea entre semana ni que esté cansado. Es que no me apetecía venir" " A mi tampoco me apetecía" "Entonces ¿qué hacemos aquí?, todavía podemos volvernos a casa" "No podemos hacerle eso a Elia. Le cuesta mucho relacionarse con la gente. Es tan tímida. No podemos. Hemos decidido ir y vamos a ir. Es su cumpleaños" "Has decidido tú" "Además ya tenemos el regalo" "Ese peluche horrible" "Es muy tierno. Un elefante rosa con los colmillos arcoiris y los ojos verdes fosforescente" "Lo más elegante" "A Elia le gustan los peluches. ¿NO has visto su mesa, o las fotos del panel lateral?" "Una orterada" "Déjalo. Si nos aburrimos nos vamos. Las fiestas inesperadas, que sepas que son las más divertidas- Es aquí. El porche rosa fucsia" " No podías ser de otro modo" "Lleva tú el regalo. Venga más entusiasmo"

Tocan el timbre. Ruido de cascabeles. Silencio. Por un momento tienen la esperanza de haberse equivocado de día o de lugar. " ¿Nos vamos?" "Toca otra vez" De nuevo cascabeles. Se oyen pasos en el interior. Se abre la puerta. Una mujer de edad media con un delantal dos trenzas y una diadema rosa demasiado gruesa y demasiado avanzada hacia la frente." Qué sorpresa habéis venido. Estaba terminando de hacer los pasteles" "¿Todavía no ha venido nadie?" "Claro. Estamos todos" "No veo a nadie. ¿Están en el jardín?" Hace fresco para el jardín. Lo celebraremos dentro. ¿No veis las serpentinas?. ¿Los farolillos?. Sentaos en la mesa grande. Las mesitas pequeñas son para mis peluches, claro hay poca luz, a ellos no les gusta mucho la luz. La enciendo" Al rededor de la mesa camilla junto al ventanal con tres sillas, siete mesas con pequeñas sillas al rededor, entorno a las cuales decenas de peluches están dispuestos delante cada uno de un cubierto. en el centro de una cada mesa una vela. "No les he puesto nada porque tienen un apetito voraz, no habrían podido resisitirse a esperar. Voy a la cocina a sacar todo " ¿Te acompaño?" "No, esperad aquí. Ellos entán encantados con vuestra presencia. REcibimos tan pocas visitas" Se pierde por la cocina.Miran a su alrededor. Peluches. Algunos muy ajados por el tiempo. Inmóviles. Sombras alargagas allí donde hay luces. De repente las luces se apagan. De la cocina sale Elia. De un carrito accesorio saca pequeñas tartas con velas que deja en cada una de las mesas. La última la de ellos. "Elia.un momento, perdón. Hemos traído un regalo" "Después" "Creo que te gustará verlo antes. Toma" "¡Uy! Pobrecito mío. Tan encerrado en este papel mientras aquí se celebra una fiesta. Ven con mamá. Aquí tienes un hueco. Tu platito y tu servilleta. Estás entre tus nuevos amiguitos. Sigamos" De nuevo apagó la luz y se sentó junto a ellos. "Uno dos y tres" Sopló y se apagaron las velas, como se apagaron las velas del resto de tartas de todas y cada una de las mesas, menos en una mesa de la esquina donde los peluches eran minúsculos. Se levantó. "Mis pequeñines yo os ayudo" Sopló y la vela se apagó. De inmediato sonó cumpleaños feliz en una grabación de media docena de peluches que bailaban al compás. Ellos dos se sintieron obligados acompañar la canción. Al final sólo ellos aplaudieron. "GRacias. Muchas gracias. Está siendo una fiesta fantástica. Ahora os sirvo la tarta" Se acercó a cada mesa. Si no os importa pongo la luz más tenue. A ellos no les gusta nada comer con tanta luz " "No. No importa. Lo que tú desees" Cuando encendió la luz todas las porciones de tarta estaban casi consumidas, en un plato quedaba una guinda, en otro un trozo de nata y en los de los  peluches más estilizados casi no habían consumido nada. "Tenemos que marcharnos. Mañana trabajamos" "Claro. Yo me he cogido el día. Para ellos la fiesta empieza ahora. GRacias por vuestro regalo. Cuidaré bien de él. Tiene ya nuevos amigos" "Nos vamos" "Hasta el lunes" "Chicos despediros de mis amigos" Miraron alrededor y no apreciaron ningún movimiento en los peluches, muchos de los cuales tenían restos de nata en el morro o el hocico o la trompa. Salieron . Primero con parsimonia y después apresurados. "Cuando queráis podéis volver" "Un día de estos quedamos otra vez" "Sí sí"" La puerta se cerró. La luz de apagó. Cuando atravesó la cancela , ella volvió la vista. En las ventans le pareció ver decenas de ojos brillantes un par de ellos verdes fosforescentes "¡Mira!" " ¿Qué?" "Las ventanas"  "No veo nada" "Se han ido" Se marcharon. Al llegar a casa, tiraron todos los peluches al contenedor de reciclaje. Después se acostaron

lunes, 10 de julio de 2017

LA NORIA

"Ahí está la Wiener Riesenrand, la noria de Viena. Una de las norias más antiguas de Europa. No tan alta ni tan moderna como la London Eye, pero mucho más bonita con sus quince compartimentos de madera" "Vamos parece que va a parar y hay un poco de cola".
"No  puede pasar señor. Completa." " Ese compartimento está libre. NO podemos esperar. Tenemos billetes para la ópera y vamos muy ajustados" "Ese compartimento está sellado señor. No se pude ocupar" "¿Está en obras?. Yo lo veo perfectamente" "No se pude ocupar" "Estate atento. Cuando el controlador se despiste, nos colamos. Una simple pegatina no me va a detener. Estos austriacos son muy exagerados con la seguridad" "Yo no te sigo. Me da miedo". Con disimulo se les acercó un anciano" Jóvenes no sean ustedes imprudentes. No hagan lo que piensan o se arrepentirán" "Haga el favor de guardar silencio, Así será más emocionante que el simple vaivén de una noria" "No lo hagan. Además usted no puede" " Que no quiera acompañar a mi amigo no significa que no pueda" "No puede porque es judío" "No le tolero esa  muestra de racismo. Ahora sí que acompañaré a mi compañero" "No lo haga. Se lo suplico" "A tomar viento. No tengo miedo. Mira, el guardia se ha apartado. La noria echa a andar. Vamos." Se acercaron al compartirmento. Quitaron el precinto, movieron el pomo y se colaron en el amplio espacio de la forma de un vagón de tren."Quédate agachado. Ese viejo loco no nos delatará. Cuando estemos más alto nos asomamos a mirar. Ya" "¡Qué maravilla!" "Sí, el Danubio, el parque del Práter, La catedral, hemos tenido suerte en un día tan soleado" "Un momento. No notas algo raro" "No sé a qué te refieres" "No hay rascacielos en todo el perímetro del horizonte" " Viena es una ciudad histórica. No hay muchos rascacielos" "Pero cuando hemos subido sí que había" "Tienes razón. No hay ninguno. Será algún efecto óptico, quizás están proyectando hologramas históricos en pruebas y es por eso que estaba cerrado" "Y hay más barcas. Yo diría que el doble" "Nos miran" "Hay muchos militares montados, y en el suelo. Muchos militares con unos uniformes que me resultan familiares" "Como holografía está logrado. Cuando bajemos nos van a empapelar, pero ha merecido la pena" "Quizás si somos capaces de guardar el secreto no tengamos ningún problema" "Ya estamos llegando" "Salgamos. Lo que tenga que ser será. Eh" "Ahtüng. Al suelo" En el vagón entran seis militares con uniformes grises y calaveras en sus gorras. Dos perros les amenazan tirando de la cuerda con la mandíbula a una par de centímetros de su cuello" "Cállense. Passport" "Señor " "¡Silencio! ¿Juden?" "..." "No No somos judíos. Hemos venido de visita" "Passport" Le extienden el pasaporte. El Gestapo lo mira estupefacto. "Espía americano. y Juden" "NO señor. ESto es un error . O una pesadilla" "Vamos" Les golpean con las culatas y los sacan a la fuerza del vagón. En un último es fuerzo el muchacho menos corpulento se zafa de sus agresores. Se vuelve a introducir en la noria cuando ésta inica el movimiento. Mira por la ventanilla a su amigo atrapado. Llora de deseperación pero se protege. Escucha disparos de los mauser, ve los fogonazos a pocos metros pero no los ruidos de los impactos. La noria asciende. En lo más alto se atreve a mirar. A lo lejos los rascacielos. A los lados las barcas de la noria cargadas de turistas que miran espantados el rostro ensangrentado de un joven. Cuando llega abajo la policía austriaca le espera. Llaman una ambulancia para que le atiendan las heridas. Le preguntan qué ha hecho con su compañero. él les reponde que nada. Sabe que si dice la verdad le tomarán por loco. El oficial le pide el pasaporte. No podrá salir de Austria hasta que el juez lo decida. Le viene el rostro de su amigo. Su mirada de terror al verse protagonista del holocausto. No sabe qué ha pasado con él. No sabe nada. Debe ser una pesadilla. Nota a su lado una mano. El anciano que intentó disuadirles. "Estoy bien amigo. No te diré lo que sufrí pero sobreviví" Le pide que se lo diga a los guardias. Él le responde que no puede hacerlo. No puede.

domingo, 9 de julio de 2017

LA MAQUINA DE ESCRIBIR

"¿Qué haces tomado vodka a esta hora?" "Acabo de empezar. Siéntate. No estoy chispada" "Ya dejaste esto. ¿qué te ha pasado? ¿De nuevo un desamor? Los tíos son todos unos cabrones" "Noooooo. No te aceleres.Estoy triste. Y por un tío sí, pero no por amor sino por trabajo" "Te han despedido. Si eres su mejor lectora" "No me han despedido Pero nunca me había sentido tan frustrada" "Cuéntame" "En el bar de la esquina, donde tomo café cuando salgo del metro, me llamaba la tención un muchacho desaliñado que en un rincón con poca luz, tomaba un capuchino, montaba una máquina de escribir, ponía folios y de forma cadenciosa a veces y otras más fluida, escribía. Al principio pensé que lo hacía simplemente por llamar la atención, una barba desarreglada tipo Ché, siempre chaquetones o abrigos más tupidos de lo que el tiempo exigía, gafas gruesas y la máquina de escribir en un lugar donde todo el mundo paga un café muy caro por el acceso al wifi" "Un notas" "Eso pensé. Al principio.Un día me acerqué. Le pregunté si podía ver lo que escribía. Me dijo en una voz casi inaudible que sin ningún problema. Me senté. Y llamé a la oficina para decir que iba a llegar tarde" "¿Era bueno lo que escribía?" "Sublime. Sabes lo que es unir lo que sería una novela popular, un best seller, con la profundidad, la intemporalidad de un clásico, eso era lo que tenía entre mis manos. Una joya. Me identifiqué. Le dije que si podía venir a la oficina, que encontraba la novela muy interesante, que incluso si quería podíamos firmar un contrato y hacerle una entrega a cuenta" "Qué generosa te has vuelto" "Lo merecía. Pues me dijo que el contrato sí, que le había caído bien, que con que nos diésemos un apretón de manos era suficiente" "Y teniendo algo tan bueno entre manos te conformaste con eso. ¿Tú?" "Sí. Y leí en sus ojos que era cierto. Lo comenté a mi jefe y me lo recriminó, me reconoció mi olfato para captar un éxito, pero me insistió que debería haber sellado un contrato aunque fuese una grabación con el móvil o una rúbrica en una servilleta" "Y no acabó bien" "No" "Se olió con tus pistas que en su mente y en sus manos tenía una joya y se vendió a un mejor postor" "No. Cada día que cogía el metro le saludaba. Le preguntaba por el trabajo, que avanzaba a un buen ritmo. Cada hoja tenía más calidad que la anterior. Algunas veces, a nuestra espalda, se paraba una camarera menuda que leía mientras él escribía, un día me volví y le dije que no queríamos nada, que estaba molestándonos. Se fue. Él se giró hacia mí. Sus ojos mansos refulgíeron y lanzaron rayos de odio y de tristeza un instante, después agachó la cabeza y dejó de escribir. Lo comprendí. Los ojos negros de aquella muchacha, sus pasos sencillos, elegantes y a veces fatigados, su lectura robada eran el motor de la obra. Me levanté. Hice con ella un aparte y en un rincón donde él pudo verme le supliqué que me perdonara, que podía y debía leer cuanto quisiese. Ella me sonrió y yo me despedí. Uno días después mi escritor estaba en la esquina, con la espalda apoyada en el respaldo, el capuchino sin tocar y la máquina con un folio en blanco. Al entrar vi que la muchacha no estaba. Supe lo que ocurría. Antes de sentarme con él localicé al encargado y le pregunté por la chica. Ya no trabajaba allí. Había llegado con una empresa de trabajo temporal. Me dio las señas de la empresa. Me senté con mi autor y le dije que no se preocupase que la buscaría. Desde la oficina llamé a la empresa. Ya no trabajaba con ellos. Su documentación era falsa y había sido deportada. Llamé a la policía. Rastreé en el aeropuerto, pero sin identidad, un país como Sri Lanka,  casi imposible localizarla. Al día siguiente volví a entrar al café. Le dije que lo había intentado sin resultado. Me preguntó si había alguna esperanza. Le dije que a corto plazo pocas que si él tenía alguna seña. Nada, no conocía ni su nombre. Le pedí perdón pero tenía que preguntarle por la obra. Me dijo que necesitaba su mirada furtiva para terminarla, sin ella no era nadie, la obra sólo papel  e impresiones de tinta de una cinta gastada. Le pedí que me permitiese leerla desde donde lo dejé. No se negó. Cogí el paquete de folios. Leí. La frase final era brillante. Una de esas frases que te hace estremecerte al terminar un buen libro. Una frase que te lanzaría a volver a leerlo si no fuese por el temor de que algo pueda cambiar una sensación tan orgásmica. Estaba terminado y se lo dije. El me dijo que no . Los libros terminan cuando en la última página pone fin y en la primera los agradecimientos. Eso no estaba y él no tenía energías para terminar. Le supliqué. Intenté ponerlo en razón. Incluso le dije que tal vez el éxito de su libro, que daba por seguro, suspusiese una llamada para que ella apareciese. Me dijo que necesitaba su mirada. El libro no estaba terminado. Y se fue" "Y no tienes nada" "Nada. Le he llamado y dice que lo ha quemado. No ha vuelto a tomar su capuchino y la máquina, por cierto, la ha donado al bar que la luce en uno de sus estantes" "Camarero dos vasos fríos de chupito. Nos servimos uno cada una y no vuelvas a beber"

jueves, 6 de julio de 2017

TRECE CAMPANADAS

"¿Donde vamos a tomar las uvas?" "Aquí las toma todo el mundo en la plaza, al pie del campanario de la iglesia" "Ha llovido todo el día" "Mi abuela dice que por la noche va a despejar, pero hará frío" "Tengo ropa suficiente" "¿Y después?" "Una verbena" "Ja ja con baile y todo para celebrar el año" "Bueno la verbena se hace siempre, pero en realidad no siempre se celebra que el año va a ser bueno" "¿Cómo?" "¿No te ha contado nadie la historia de nuestras campanas?" "No" "Vamos a cenar. Después te cuento"

"Come más muchacha. Si estás en los puros huesos" "Gracias señora. Ya estoy a punto de reventar. Las chuletitas eran deliciosas" "Toma un cordialico" "No, dulces no, mejor luego en la verbena, siempre pasan algo que comer" "Está bien. Los había hecho, si sobran te mandaré un recadico para tus papás" Muchas gracias. No es necesario" "Vamos a arreglarnos. Ya falta poco" "Ves ya no llueve. Mi abuela no se equivoca nunca" "A ver si este año hay suerte nenicas" "Como todos los años señora. Buenos deseos señora y luego sale lo que sale" "Ya pero en el pueblo es distinto" "Bueno. Ya está bien. me tienen en ascuas. Cuéntenme por favor qué es lo que ocurre aquí" "Son leyendas" "Leyendas no son nena" "Yo te lo cuento. Resulta que cuando el Conde cuya familia posee casi todas estas tierras reconstruyó la torre de la iglesia que había ardido en un incendio, quiso hacer el regalo de un reloj acoplado a las campanas. Costó un dineral para la época. Mucho más de lo que al conde le habían presupuestado. Cuando el reloj ya estaba instalado, el artesano quiso cobrar el último pago. El conde se rió de él y le dijo que ya había pasado con creces el presupuesto inicial. El hombre dijo que no se iría y que acudiría a la Guardia Civil, el conde se rió más aún y le dijo que lo intentase, el artesano dio media vuelta y se dirigió a la torre. En la misma puerta, tres obreros del conde, uno de ellos mi tatarabuelo lo detuvieron y a empujones le hicieron dar la vuelta. El hombre lloró de rabia en medio de la plaza. Insultó en las pocas palabras que conocía de español al conde. Cuando el conde escuchó mentar a su madre ordenó que lo echaran a pedradas. El hombre, heridon, se montó en su mula cogió sus herramientas y salió del pueblo. Desde lo alto de la colina maldijo al pueblo y a todos sus habitantes en su lengua que unos dicen italiano y otros holandés" "¿Una maldición? ¿Creéis en una maldición?" "Maldición o no, desde 1898 cuando se terminó el reloj hasta nuestros días, nadie sabe por qué algunos años, sin ninguna periodicidad, en el último instante del año el reloj lanza una campanada más" "Alguna avería" "Han venido relojeros de todo el mundo y nadie ha sido capaz de encontrar el error. El caso es que el año que comienza con esas trece campanadas trae desgracias terribles para el pueblo. En 1905 una helada en junio acabó con todas las cosechas, medio pueblo tuvo que emigrar para evitar el hambre. En 1936 empezó la Guerra Civil. La preguerra aquí fue muy sangrienta, unos vecinos se levantaron contra otros con varios asesinatos y ejecuciones antes que empezase realmente la contienda, después el pueblo fue la parte más castigada del frente del Ebro, si ves las fotografías de la época, podrás ver que sólo quedó en pie la torre de la iglesia con el reloj, la población hoy no supone ni un tercio de la que había entonces. En 1973 una tormenta inesperada en Agosto arrasó el mercado que ocupaba la rambla. Murieron cuarenta personas y a cuatro no se les encontró nunca. Esos años el reloj dio trece campanadas" "Y no falló ninguno de los otros" "No . Las desgracias mayores del pueblo con mucha diferencia han sido en esos tres años" "Qué mal royo" "Estamos acostumbrados. Vamos a arreglarnos. Sólo ha ocurrido tres veces en algo más de cien años"

Al pie de la torre se concentraron todos los vecinos y visitantes. Cinco minutos antes de las doce, el cantante de la orquesta comenzó a dirigir la operacion, advirtió de que primero serían los cuatro cuartos y después las.. uvas, iba a decir el número pero lo omitió en el último instante. Avisó que eran los cuartos. Avisó de la primera , de la segunda, de la tercera, la cuarta, la quinta, la sexta, muchos tenían ya los carrillos abombados, la séptima, la octava, la novena, la décima, la décimo primera, la decimo y segunda y ......

miércoles, 5 de julio de 2017

Tormenta de verano (anemia 3ª temporada capítulo 4)

Estaba previsto, pero no así. Amanece un día azul.En las montañas al NOrte de la vega del Segura comienzan a desarrollarse algunas nubes. Los cumulonimbus se disparan a la estratosfera. En una hora el tiempo se oscurece y se desencadena una tempestad. Granizo del tamaño de un huevo de codorniz repiquetea contra su coche. Tiene el coche recien pintado. Busca un cobijo. El garaje del mercadona bloqueado. Sigue y en las afueras del pueblo una casa que parece abandonada.Un porche delante de la cancela la resguardará, introduce el morro del coche. La enorme cancela se abre. Del telefonillo escucha un pase. No lo piensa . Entra.Detiene el vehículo en el cenador que lleva a la puerta principal de dos alas de la casa. Ya hay menos granizo, en los caminos entre los parterres del jardían el agua se acumula. Alguien le ha dicho que pase. Ahora la puerta se abre. Un recibidor de una altura de dos plantas. Una escalera lo rodea hacia el piso superior. Todo está limpio, pero no hay luz. Aunque no hubiera tormenta y fuera un mediodía de Julio el lugar seguiría oscuro.

"Bienvenida" "Gracias por abrirme. El granizo era muy grueso" "Me llamo Vlad" "¿Vlad Tepes?" "El mismo. ¿Nos conocemos?" "Nunca te había visto, pero conozco cada una de tus historias. Soy gótica" "¿Como las catedrales?" "Je. Ahora voy vestida así porque vengo del trabajo, pero nos encantan los encajes, las faldas cortas. las medias tupidas, y los zapatos con remaches" "Ah" "Y el mundo de la noche, los demonios y los vampiros. Estoy tan emocionada. Es el destino lo que me ha conducido aquí. ¿NO dices nada?" "No paras de hablar tú. Te escucho" "Lo siento. Estoy muy emocionada. Si mis amigos nos vieran. Puedo..." "Di" "Hacerme un selfie contigo" "Aunque me lo haga contigo el selfie te lo harás tú sola" "Ay es verdad. Me morderás verdad" "Si te soy franco no me gusta ser tan directo. Además no estoy acostumbrado a no llevar la iniciativa" "Dios.." "¡Eh!" "Los siento. hablo demasiado cuando me emociono, quiero controlar todo, con algún chico me ha pasado, hablo y hablo y gatillazo. Y lo peor es que es con los que más me gustan. Cuanto más empeño pongo..." "Pasemos al salón. No pienses. Relájate. Creemos un ambiente" "Eres tan alto" "¡Sch!" "Lo siento pero.." "Sch. ¿quieres comer algo?" "Vale" "En ese frigorífico tienes algunas cosas. Sírvete tú misma" "Todo es carne o tiene manteca" "Eres vegetariana" "Soy vegana. No como de animales muertos" Eres entonces como yo" "Ese ha estado mejor. No te preocupes no tengo tanta hambre. Eres tan guapo" "¿Qué hace?" "Te abrazo. ¿Te molesta?" No le molestaba. Sentir un cuerpo palpitante junto al suyo frío le resultaba agradable incluso después de muerto, pero la separo brusco, la chica cayó al sofá, esa era la sensación que tanto evitaba, un sensación por la que un día estuvo apunto de renunciar a su eternidad. "Eres muy bruto. ¿Te callas?" "REcordaba" "Yo también he sufrido por lo mismo que tú. Me callo. Bueno. Me acuesto en esta butaca que tiene el respaldo bajo. Me recuesto. Con lo cansada que estoy igual me quedo hasta dormida. Echo la cabeza hacia atrás con mi melena colgando, ladeo la cabeza y te muestro el cuello. Será un mordisco robado. ¿Te parece?" "Tienes que decir todo antes de hacerlo" "Oye que encima que me ofrezco a saciar tu hambre. Si no quieres me voy" "Vale. Me gusta tu puesta en escena pero por favor guarda silencio cinco minutos" Se recostó. Era una mujer hermosa, el cabello castaño oscila por el cuello. El cuello tenía un tatuaje de una serpiente que lo rodeaba, con una cabeza de dragón que miraba la oreja izquierda. Vlad estaba hambriento.Un bocado suculento de día al amparo de su casa no podía despreciarlo. Se acercó. Le acarició el cuello. Los folículos del brazo se tensaron. Él se detuvo en escuchar el frémito de su sangre atropellarse por sus venas cerró los ojos y disfrutó antes de abrir la mandíbula y abatirse sobre su presa.

No llegó a sorber. Esperaba un sabor dulce. Almíbar. Ambrosía. Y la boca se llenó de un sabor amargo, acre a podredumbre y estiércol un olor hediondo incluso para alguien acostumbrado a vivir entre los muertos. Llegó a pensar que era su fin.

"¿Qué te ocurre? No me asustes" "¡¡¡¡Tu tatuaje!!!!!" "Es de tinta orgánica no testada en animales. La base es muy nueva. Ajo negro . Ay Dios" "Vete. Fuera de mi vista." Te llevo a urgencias" "Vete . Estoy bien, pero fuera de mi vista"

Vlad se quedó en ayunas. El mundo cambia muy deprisa. Ya no buscaba el alimento sino que el alimento lo buscaba a él. El mundo cambia muy deprisa incluso para alguien que tiene todo la eternidad para adaptarse

domingo, 2 de julio de 2017

EL PEN

En un país muy lejano, no muy lejos de nuestros días había un doctor muy querulante. El litigio , la confrontación era su fuerte. Era eso sí muy meticuloso, sabía que la precisión en la recogida de los datos podía suponer una victoria judicial. Sus litigios le absorbían una parte importante de su tiempo, pero él lo llevaba bien, porque siempre hay que perseguir la justicia para uno mismo.
"¡¿Quién ha manipulado mi pen?!" "¿Quien va a querer hacer eso?" "Tengo muchos enemigos.Esto no va a quedar así" "Pero ¿Qué ha pasado?" "Aquí tengo la copia de todas la actas judiciales, las reclamaciones, las denuncias, las pruebas de la persecución que se lleva contra mí. Lo he dejado en el ordenador, mientras descargaba una jurisprudencia, he ido a tomar un café con el jurídico del sindicato y al volver, todo estaba alterado" "No sé quien dijo el otro día que ese ordenador hacía cosas raras" "Las cosas raras me las conozco yo. Qué casualidad que me han borrado todo. Pero quien sea que no se preocupe que conseguiré nuevas copias de casi todo" "Ten en cuenta que si el ordenador detecta un virus en el pen, te borra los datos" "En realidad no me los ha borrado" "Entonces" "Mira" Introdujo el pen en la ranura USB. Mi PC. Disco extraible. Y leyeron. "Mira. Todos los archivos son felicitaciones de navidad, de cumpleaños, de santo, por el nacimiento de un nuevo hijo , etcétera con sus dibujitos para imprimir tarjetas. Felicitaciones en lugar de mi jurisprudencia. Una broma de mal gusto o un delito, porque el pen era mío y la información confidencial" "Es raro,pero este ordenador es raro. La semana pasada alguien me dijo, no fui yo por supuesto, que había metido un pen con películas porno y al sacarlo comprobó que estaban todos los capítulos de La abeja Maya" "Eso son pamplinas" " ¿Y lo tuyo?" "No te pases..." "Que me denuncias" " La cosa pinta mal. Entonces es peor de lo que pensaba, ya sé quien puede haber introducido este software malicioso para destruir mi documentación" "Que al otro también le pasó con sus películas, y ahora que recuerdo, te acuerdas de aquel trabajo en el que ninguna conclusión era válida, pero empezamos a hacerle apaños estadísticos, a darle vueltas y brochazos hasta que salió algo, pues lo metimos en este ordenador y fulminado. Nada de nada , sin embargo el resto de documentos estaban inalterados" "Una conspiración. Ya mismo hablo con mi abogado. Me ocuparé de que destripen la máquina hasta que averigüen quien lo ha hecho, y si no que la quemen"
Volvió a meter el pen en el ordenador. Borró todas las felicitaciones y descargó de Google Drive los documentos que tenía ahí guardados. Cerró sin problemas y respiró satisfecho. Al salir de la sala se cruzó con un enfermero y un residente que ni le miraron. Estaba acostumbrado. NO le iba a afectar. En el pasillo la secretaria tampoco le miró siquiera. Salió detrás de ella, le pasó la mano por delante de los ojos y ni parpadeó. Le dijo que qué le pasaba y ella no hizo ni un gesto. Repitió la llamada de atención con dos o tres personas que siempre habían sido intimos suyos y lo mismo. Entró en el baño. Se lavó la cara, se lavó las manos, se miró en el espejo, pero el espejo no lo reflejó. Pasó a la sala de espera atestada de pacientes dando gritos y nadie se inmutó. Se sentó en el ordenador. Abrió el programa de historias clínicas Venus, se buscó. Miró sus informes y había fallecido la víspera de un colapso repentino. Se había  muerto sin darse cuenta. Pero eso es imposible. Todo iba bien hasta que recargó el pen con su información original. No le apetecía seguir muerto. Una cosa es litigar con todo el mundo, que la gente no te aprecie y otra muy distinta no existir. Volvió al ordenador. Volvió a meter el pen con sus sentencias. Lo sacó y lo volvio a meter . El ordenador lo había llenado de felicitaciones y esta vez además de algunas canciones infantiles. Accedió al programa Venus. Su informe de defunción había desaparecido. Se sintió muy muy feliz, más todavía cuando salió y más o menos todos lo saludaban. Su resurrección le hizo sentirse un hombre nuevo. Se encontraba fuerte y saludable. Si se apresuraba llegaría a informática para averiguar quien era el responsable de haber cambiado el software del ordenador. Y después a la guardia civil a poner una denuncia.