lunes, 12 de junio de 2017

AGOTADA

A las cuatro y cuarto de la tarde baja del autobús. Jornada continua. Una suerte. Pero cogió el autobús de las cinco y media para llegar a tiempo. Diez minutos de paseo, agradable en primavera y otoño, pero demoledor en un junio tan caluroso como el actual. Ni una sombra. Cualquier duda al elegir la llave del portón de la entrada hace que su frente se perle de gotas de sudor. Bochorno y cansancio. Él no trabaja. Un año. Alguna chapuza. Un día como hoy lo agradece. Comida caliente. Agua fresca al instante... y compañía. No ha dudado. Abre. Sube los tres tramos de escaleras, otra llave pero ya sin calor. Abre. Entra. Nadie la espera. Deja la llave y en el cuenco donde dejan las llaves un papel. He salido. Es obvio. Ha salido. No está. No está él. No está la comida, no está el mantel ni el agua fresca ni la compañía. Cansancio.. Calor. Sueño. Sed. Hambre. Tristeza. Desesperación. Primero irá al baño. No ha meado en toda la mañana. ahora lo recuerda. Se sienta en la taza. Se lava. Va a la cocina. El frigorífico está vacío. Dos yogurest cadudacos de pocos días y salsas, de soja, mostaza, mayonesa, y yogourt. En la alhacena no hay ningúnas lentejas ni fabada. Ni siquiera una lata de atún. fin de mes. Debería acostarse. Sin comer, pero su estómago ruge. Hambre y cansancio. La cafetería de la esquina. Una chapata , una ensaladilla , una cerveza fresquita y un trozo de pulpo. Van escasos pero es su premio. Lo merece. Oh . Es martes. Los martes cierra. No queda otra que el supermercado. Se vuelve a calzar los zapatos que había dejado en medio del pasillo. Coge el monedero y sale. Baja los peldaños. Abre el portón. La luz blanca se cuela y le hace guiñar los ojos. A la derecha hay un supermercado.Poca cosa. Un bocadillo. una lata de atún, un tomate y unas manzanas. No pide más. comer y descansar. En el super no hay nadie a esas horas. Suerte. Alarga la tarjeta. sólo aceptan tarjetas para importes mayores de doce euros. Mira el monedero. su efectivo sólo le alcanza si deja las manzanas. Las deja. Sin postre. por la noche se resarcirá. Camina hacia el portal. La cabeza le duele por el sol. Se lleva la mano al bolsillo. Hasta el fondo y no hay nada. Mira en el fondo de los otros bolsillos de sus vaqueros, en el monedero. NO están. Se ha dejado las llaves en la casa. El móvil. Le llamará para pedir socorro. El móvil tampoco estaba cuando a buscado las llaves. El sudor perla su frente. El sudor empapa sus axilas. El peso del cansancio se abate de golpe sobre ella. Hay días que no debrían amanecer. Todo el mundo dormido . Hasta el día siguiente. REspira. Casi no tiene hambre pero tiene mucho calor. A diez minutos hay un banco bajo un árbol  en dirección contraria al autobús que la ha traído. Se acerca. el banco está ocupado por una indigente que huele a sudor y orines.No hay marcha atrás, está agotada. Se sienta. La mujer la mira. Prepara el bocadillo y con la lata del atún parte el tomate en dos una parte para ella y otra para la mujer que le extiende el brik de vino. Por hoy lo va a rechazar. Sigue sentada. A lo lejos ve la puerta de su casa. Cuando él llegue se acercará, antes aprovechará para descansar. Un coche se detiene en la acera de enfrente. Es él, qué suerte. No viaja sólo. Una mujer. Joven. Tan joven como ella. La está besando. Se marcha y la vuelve a besar. Y la abraza. Delante de ella y en un día así. Ella le dice si le acerca a su casa. Él le dice que no que está bien ahí. Sale del coche. Se mira en el espejo los restos de rímel. Mira atrás sonríe. y sigue por la acera hasta el portón. Entra. La indigente le pregunta si le pasa algo. Nada, le responde. Nada. Estoy agotada. Se siente rígida como la piedra pero consigue levantarse. Camina despacio. No se atreve a cruzar la acera que ha pisado él. Cruza la calle. Llama al portero eléctrico. Su voz no llega a sonar. Abre el portón. Arriba la puerta está entornada. Él está en la ducha. El móvil y las llaves en el descansillo. El papel no está. Desde dentro suena la ducha. Toma un papel del mismo taco que lo cogió él. Escribe:Me voy. Mañana volveré pero toma tus cosas y lárgate. Cierra la puerta esta vez con las llaves y el móvil. si se apura cogerá el autobús. Su amiga Marta la acogerá hasta mañana. Está agotada.

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