domingo, 28 de mayo de 2017

El bebé

"Sí señor juez. Esa señora pérfida robó al hijo de esta familia. Les hicieron creer que su hijo había nacido muerto. Y este señor que se hace llamar médico fue el cómplice, si no el inductor. Una madre sola en lugar de una familia como Dios manda. La prueba genética no admite dudas. Este niño tan hermoso es el hijo de estos padres ejemplares" "Doctor ¿tiene usted algo que decir?" "Les contaré la verdad, pero ya les anticipo que no la van a creer"

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 "Señor, señora. Lo que tengo que decirles es muy dificil para mí. Nunca antes me había ocurrido y no he encontrado algo similar" "¡¡Doctor!!" "Todo iba bien en la revisiones. todo. He visto las ecografías mil veces, todo" "Iba" Sí iba. Su ...hijo... ha nacido sin cabeza y si extremidades, ni siquiera un esbozo, Incompatible con la vida. Lo siento" "Todo iba bien" "Lo siento. Es como si se hubieran disuelto antes de nacer" "Dios. ¿Puedo verlo?" "Por supuesto pero no es agradable. Mire" "Aparte eso de mi vista" "Ni siquiera ha llegado a respirar"

Por la tarde la limpiadora, una señora de casi sesenta años, muy gruesa. cogió el cubo de los restos quirúrgicos que se llevaban a la incineradora. Era muy pesado. En el silencio de la sala sintió un frémito, o quizáss fue simplemente un pálpito. Abrió el contenedor que ya estaba sellado. REmovió los restos y encontró un torso pequeñito. En su interior un corazón palpitaba. Lo cogió , le limpió las natas y las heces que nadie se había preocupado de quitarle después del parto y lo escondió debajo de su bata entre sus dos enormes senos. Al término de su jornada, cuando llegó a casa. lo sacó y el torso empezó a gemir. Volvió a introducirlo entre sus senos y calló. Notó un cosquilleo. Cenó como debe hacerlo una madre primeriza. Se acostó, se puso una pelota a la espalda para no aplastar a la criatura que de una forma tan tardía y accidentada le había traído la naturaleza. Por la mañana la desperó la sensación de un cosquilleo en uno de sus senos. Abrió el escote del camisón y vio que en el torso se insinuaban dos brazos, dos piernas  y una cabeza no mayores que la cabeza de un alfiler. Llamó al trabajo y dijo que estaba mala. Cogió la baja por una gripe que no sufría, y aprovechó los días para ver crecer a la criatura. Al séptimo día era ya un bebé muy hermoso, con su cabeza sus deditos y sus genitales de varón muy bien proporcionados. Fue entonces cuando pensó que debía inscribirlo. Era muy gorda. vivía en soledad. Diría que había parido pero que lo había mantenido oculto.

"Mujer eso no pude ser. Usted no tiene reglas desde hace ocho años. soy su ginecólogo, y además la acabo de reconocer y no hay señar alguna de un útero grávido. ¿De donde ha sacado al niño?" "..." "Dígamelo o tendré que informar a la autoridad y será peor para usted" "Lo cogí del cubo de los residuos. Nadie lo quería. Ni siquiera estaba completo" "¿cómo?" "Sólo era un cuerpecito sin cabeza, sin brazos y sin pies, en mi regazo se recompuso" "Eso es una locura" "No se fijó en las marcas que tenía al nacer. Cuatro antojitos en forma de media luna en  los dos hombros y en las dos nalgas" " A ver. Es cierto" "Pero son sus padres. Tiene que dejarlo en el nido. Mañana les avisaré"

Por la mañana la enfermeda avisó al doctor. El bebé de la noche anterior había sido sustituido por un torso inerte con cuatro antojos en forma de media luna en hombros y nalgas. El médico llamó a la mujer que estaba librando. La metió a su consulta. Cogió al niño y se lo entregó. Ella se colocó el torso en su regazo, lo acarició y el tórax empezó a latir, y delante de los ojos del doctor aparecieron la cabeza, las manos gorditas los pies y los genitales. No salía de su asonbro. Mantuvo a la criatura otra noche en el nido. Por la mañana instó a una enfermera a que lo acunase, sin resultado , inerte. Llamó a la limpiadora. Y el niño, de nuevo se recompuso. Un niño muy hermoso. Era evidente que el niño no deseaba o no podía vivir de otra manera. emitió la documentación del nacimiento, y la limpiadora lo inscribió como hijo suyo. el médico grabó con su cámara el desarroyo apresurado del bebé con el calor de su nueva madre.

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"Y esa grabación es la que he entregado señor juez" "Patrañas señor juez. Cine fantástico de serie B para enmascarar un delito" "Ya he dicho que no me iban a creer pero no tengo otra verdad, desde hace dieciocho años mantenía el secreto".



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